La Santa Sede prepara m¨¢s arrestos por la filtraci¨®n de documentos
La Gendarmer¨ªa cree que el mayordomo Paolo Gabriele no actu¨® solo
Se dice en el Vaticano que los cuervos raramente vuelan solos. Que Paolo Gabriele, el mayordomo de Benedicto XVI arrestado el jueves pasado por robar y difundir documentaci¨®n secreta, no es el ¨²nico traidor. Se sospecha ahora de una mujer, igualmente al servicio directo del Papa. Joven. Casada. Italiana... Los rumores que suben y bajan el T¨ªber a veces dicen una cosa y otras veces justo la contraria. ¡°El cuervo ha cantado¡±, aseguran unos, ¡°y est¨¢ se?alando uno por uno a sus c¨®mplices¡±. Otros, en cambio, sostienen: ¡°Paoletto, en su celda, reza y calla¡±.
Unos y otros, sin embargo, coinciden en que ni el mayordomo desleal ¡ª46 a?os, casado, tres hijos, profundamente religioso¡ª ni la misteriosa mujer a¨²n sin nombre actuaron por su cuenta. Habr¨¢ m¨¢s detenciones. De m¨¢s nivel. La Gendarmer¨ªa vaticana ¡ªbajo el auspicio de una triada de cardenales nombrados por el Papa¡ª trata de responder la pregunta clave: ?a qui¨¦n beneficia la filtraci¨®n masiva de documentos secretos conocida como Vaticanleaks? Todas las miradas se dirigen hacia las m¨¢s altas instancias de la Santa Sede, all¨ª donde desde un tiempo a esta parte los hombres de Dios libran una guerra endiablada por sentarse en la silla de Pedro en cuanto Joseph Ratzinger, que acaba de cumplir 85 a?os, se muera o dimita.
Se sospecha de una
mujer italiana, casada,
que trabaja al servicio
directo del Papa
El cuervo Paolo, en ese caso, solo ser¨ªa un chivo expiatorio. Su esposa, Manuela Citti, asegura: ¡°Mi marido quiere bien a la Iglesia. Estoy segura de que no habr¨ªa hecho jam¨¢s ninguna cosa que pudiera hacer da?o al Santo Padre¡±. El mayordomo tiene la doble nacionalidad italiana y vaticana y, hasta su arresto, viv¨ªa con su familia en un confortable apartamento dentro de las 40 hect¨¢reas del Estado Vaticano. Fue all¨ª donde los gendarmes encontraron ¡°cajas repletas¡± de documentos y ¡°el aparataje necesario para reproducirlos¡±. Tras la acusaci¨®n formal de robo, Paolo Gabriele design¨® a dos abogados de su confianza, que ya se han entrevistado con ¨¦l en una c¨¢mara de seguridad en el Tribunal de Vigilancia del Vaticano. El Papa, que seg¨²n sus portavoces se encuentra ¡°golpeado y triste¡±, no ha hecho referencia expl¨ªcita al esc¨¢ndalo, si bien ha aprovechado las celebraciones religiosas del fin de semana para enviar a los fieles un mensaje de tranquilidad: ¡°El viento golpea la casa de Dios, pero el edificio construido sobre la roca no cae¡±.
No obstante, las diferencias entre los m¨¢s altos representantes de la Curia, que hasta ahora se dirim¨ªan en secreto, empiezan a salir a la luz p¨²blica. El cardenal Carlo Maria Martini (Tur¨ªn, 1927) ya advirti¨® ayer que la Iglesia, tras los ¨²ltimos esc¨¢ndalos, ¡°debe pedir perd¨®n a todos para recuperar la confianza de los fieles¡±. El jesuita se remonta 2.000 a?os para decir que tambi¨¦n Jes¨²s fue traicionado y vendido y que ahora el Papa ha sido v¨ªctima de una acci¨®n malvada. Tal vez, insin¨²a el cardenal, porque los hombres de Dios est¨¢n demasiado pendientes de ¡°los tesoros de la Tierra¡±. Aunque sus amigos rechazan que Paolo Gabriele buscara lucrarse con la difusi¨®n de documentos, la Gendarmer¨ªa vaticana est¨¢ examinando sus cuentas bancarias y sus llamadas de tel¨¦fono para saber qui¨¦nes fueron sus compa?eros de traici¨®n.
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