Merkel y Barroso impulsan el plan que reformar¨¢ Europa

¡°Si Espa?a cae, todos sufrir¨¢n. ?Por qu¨¦ entonces Europa no hace lo necesario para evitar la cat¨¢strofe?¡±, le preguntaban hace unos d¨ªas a un alto funcionario comunitario. ¡°Porque, por ahora, a los alemanes no les aprieta el zapato¡±, respond¨ªa con una franqueza que desarmaba.

Precisamente para acabar con estas deficiencias ¡ªel que una parte de la eurozona pueda estar al borde del abismo mientras la otra ni se entere¡ª la Comisi¨®n se ha embarcado en una reforma muy ambiciosa de la UE. Berl¨ªn, por el momento, no quiere ir tan lejos. Prefiere centrarse en la coordinaci¨®n fiscal, y dejar para m¨¢s tarde todo lo que implique compartir cargas (eurobonos o uni¨®n bancaria con un fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos com¨²n).

En estos tiempos convulsos, cada semana parece que est¨¢ en juego la supervivencia de Europa. El lunes oscil¨® entre el pesimismo, el optimismo y todo lo contrario. Empez¨® con una entrevista en la que el gobernador del Banco Central de Chipre, Panicos Demetriades, confesaba al Financial Times que no descarta un rescate a su pa¨ªs para sufragar ¡ªc¨®mo no¡ª el agujero de su banca.

La comparecencia del comisario de Asuntos Econ¨®micos, Olli Rehn, sirvi¨® para calmar los ¨¢nimos. Bast¨® con que defendiera la inyecci¨®n directa de fondos en la banca europea para que la prima de riesgo se contuviera y la Bolsa espa?ola ¡ªal contrario que las del resto del continente¡ª se disparara. Otro motivo para el optimismo: Portugal anunci¨® que hab¨ªa pasado el examen de Bruselas y del FMI y que, como premio, recib¨ªa el tramo de 4.100 millones del rescate que le toca.

Pero el plato fuerte lleg¨® con la cena. En una misma mesa se sentaron la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Barroso. Con la reforma del sector financiero como uno de los temas estrella.

El portugu¨¦s prepara junto a los presidentes del Consejo Europeo, del BCE y del Eurogrupo un plan para reestructurar la uni¨®n monetaria, seg¨²n el peri¨®dico alem¨¢n Die Welt. Este proyecto gira sobre cuatro ejes: reformas estructurales, uni¨®n del sistema financiero, uni¨®n fiscal y uni¨®n pol¨ªtica. Se trata de impulsar un plan que abandere la lucha por el crecimiento y no solo por la austeridad en las finanzas p¨²blicas.

Las nuevas medidas? est¨¢n pensadas para el largo plazo, no para solucionar los problemas que ahora atraviesan pa¨ªses como Espa?a o Grecia

Pero nadie garantiza que Bruselas vaya a lograr tan pronto un programa tan ambicioso. ¡°No es realista pensar que los Veintisiete se vayan a poner de acuerdo tan pronto para aprobar este big-bang. Adem¨¢s, muchas de estas medidas sirven para el largo plazo, no para solucionar los problemas actuales de pa¨ªses como Espa?a o Grecia¡±, se?alan fuentes diplom¨¢ticas alemanas.

Merkel pretende arrancar a sus socios un acuerdo para aumentar la cohesi¨®n en la pol¨ªtica econ¨®mica europea, con la creaci¨®n de un ministro de Finanzas europeo y la cesi¨®n de m¨¢s poderes al Parlamento, la Comisi¨®n y el Tribunal de Justicia. La idea es asegurarse de que antes de que se aprueben medidas que implican la mutualizaci¨®n de la deuda, las finanzas de los pa¨ªses del sur de Europa est¨¦n controladas. Tanto los eurobonos como la uni¨®n bancaria llegar¨ªan en una segunda fase reformista, seg¨²n los planes alemanes. Nada nuevo, por tanto, en estos dos frentes de negociaci¨®n. Pero el debate est¨¢ en pleno apogeo.

La Bolsa alemana ha sufrido el peor mes de mayo desde que naci¨® el ¨ªndice DAX, hace 25 a?os. Aumentan los temores de que la crisis de la deuda est¨¦ a punto de alcanzar de lleno a la ¨²nica econom¨ªa importante que respetaba. La decisiva influencia alemana en Europa obliga tanto a los ciudadanos como a sus l¨ªderes a plantearse qu¨¦ est¨¢n dispuestos a sacrificar para preservar la uni¨®n monetaria y, con ello, su propia econom¨ªa.

Antes de verse con Barroso, Merkel defendi¨® la creaci¨®n de un organismo de supervisi¨®n bancaria europeo, aunque record¨® que se trata de un plan ¡°a medio plazo¡±. Este responder¨ªa a la necesidad de mayores controles por parte de las instituciones europeas, sin las cuales ¡°no podr¨¢ funcionar la uni¨®n monetaria¡±.

En cuanto la democristiana Merkel habla de avanzar en la uni¨®n pol¨ªtica, saltan los conservadores de su coalici¨®n de centro-derecha. El diputado liberal Frank Sch?ffler, uno de los m¨¢s notorios euroesc¨¦pticos del Gobierno, dec¨ªa que estamos ante ¡°un proyecto de econom¨ªa planificada impuesto desde arriba sin legitimaci¨®n democr¨¢tica¡±. Se refer¨ªa al plan ¡°secreto¡± que mencionaba el peri¨®dico conservador Die Welt para integrar el mercado bancario bajo un ¨²nico supervisor, un dep¨®sito de garant¨ªas y un fondo de salvamento de las entidades afectadas por la crisis.

El sistema bancario alem¨¢n no pidi¨® ayuda a Europa, pero tuvo que ser saneado con decenas de miles de euros del erario p¨²blico. De ah¨ª su resistencia a los rescates bancarios directos desde fondos comunes.

Alemania prefiere una financiaci¨®n independiente a trav¨¦s de los propios bancos o de un impuesto a las transacciones financieras. Merkel est¨¢ dispuesta a introducirlo en toda Europa. Sin embargo, este m¨¦todo es demasiado lento para responder a los problemas actuales.

Otro punto ¨¢lgido de la semana llegar¨¢ ma?ana, cuando la Comisi¨®n presente su propuesta de reforma para el sector financiero, que incluye la intervenci¨®n directa de los Gobiernos en las entidades con problemas.

El objetivo es evitar futuras quiebras de entidades que acaben arrastrando al resto del sector financiero. Bruselas tambi¨¦n regular¨¢ el fondo que las entidades tendr¨¢n que dotar para sufragar futuras crisis. ¡°Tratar¨¢ de solucionar crisis bancarias sin que haya que recurrir al dinero de los contribuyentes¡±, dicen en la Comisi¨®n. Habr¨¢ que esperar hasta entonces para saber si es recibido con optimismo o pesimismo.