Grecia no es una ciencia exacta
El bipartidismo ha dado paso a la polarizaci¨®n. ND ha metabolizado peque?os partidos de la derecha; Syriza se ha beneficiado de mucho descontento del Pasok, e incluso de los comunistas
Duelo al sol entre ¡°el hombre m¨¢s peligroso de Europa¡± (Alexis Tsipras, seg¨²n le ha calificado la versi¨®n alemana del Financial Times) y el adalid del rescate y el euro, Andonis Samar¨¢s. Primer error: enfocar as¨ª la pugna electoral. Ni el l¨ªder de Syriza es el coco, por mucho que defienda renegociar las condiciones de la ayuda, ni el conservador acredita un celo europe¨ªsta de larga data; al rev¨¦s, incurre en el mismo nacionalismo levantisco de gran parte de la derecha, algo que Bruselas y Berl¨ªn deber¨ªan tener en cuenta.
En esta irresoluble agon¨ªa en que se ha enredado la democracia griega, conviene recordar que Samar¨¢s y su partido, Nueva Democracia (ND), se opusieron en mayo de 2010 al primer rescate. Entonces estaban en la oposici¨®n y era lo que tocaba: decir no a todo, aunque el pa¨ªs estuviese a punto de la quiebra. La cosa cambi¨® cuando, tras integrar un Gobierno de coalici¨®n con los socialistas, en noviembre, el razonable sentido de Estado ¡ªo el reparto de ministerios¡ª les hizo cambiar de opini¨®n y asentir a pies juntillas al segundo.
Samar¨¢s, hoy adalid del euro, vot¨® en 2010 contra el primer rescate
A diferencia de Samar¨¢s, encarnaci¨®n del antiguo r¨¦gimen, Tsipras se merece el beneficio de la duda no solo por haber sabido vehicular la desesperaci¨®n de una gran parte de la ciudadan¨ªa, sino por ser el ¨²nico l¨ªder inc¨®lume a los vicios del sistema que colaps¨® en mayo: el clientelismo y el caudillismo.? Con los resultados de hoy, puede condicionar el juego pol¨ªtico a corto plazo.
El bipartidismo vigente desde 1974 (ND-Pasok) ha dado paso a la polarizaci¨®n, que a su vez ha ocupado el centro del debate pol¨ªtico (y del escrutinio). ND ha metabolizado peque?os partidos de la derecha; Syriza se ha beneficiado de mucho descontento del Pasok, e incluso de los comunistas. Pero lo que resulta m¨¢s sorprendente es el alivio generalizado de Europa ante unos resultados pr¨¢cticamente similares a los de mayo: ND, primero; Syriza, segundo; Pasok, tercero. ?Cree alguien que por ganar los conservadores se aleja la amenaza de Grexit? La negativa de Syriza a integrar una coalici¨®n de gobierno, y la insistencia del Pasok en que lo haga para participar, no auguran una gobernabilidad inmediata.?
Hace solo un mes, en el milieu pol¨ªtico ateniense ¡ªincluidos algunos despachos del Ejecutivo de coalici¨®n que lideraba Lukas Papadimos¡ª sonaba alto y claro que Andonis Samar¨¢s no est¨¢ preparado para gobernar. Cuando Yorgos Papandreu, el primer ministro socialista obligado a dimitir en noviembre por su ocurrencia de convocar un refer¨¦ndum sobre el segundo rescate, le ofreci¨® participar en un Gabinete de unidad nacional, el err¨¢tico Samar¨¢s contest¨® que no, como al primer rescate. M¨ªster No lleva meses prepar¨¢ndose para ganar, pero a la vez resisti¨¦ndose a hacer el que algunos califican estos d¨ªas de ¡°peor trabajo de Europa¡±: gobernar lo ingobernable. Pero a saber, porque Grecia nunca ha sido una ciencia exacta.
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