Isabel II consolida la paz con su hist¨®rica visita al Ulster
La reina ha asistido a un servicio de acci¨®n de gracias en Enniskillen concelebrado por sacerdotes protestantes y cat¨®licos Hoy, en un acto de m¨¢ximo simbolismo, la reina saluda al primer ministro de Irlanda del Norte exl¨ªder del IRA, Martin McGuinness
Lleg¨® una hora tarde debido al mal tiempo pero muchos a?os antes de lo que se pod¨ªa pensar hace no tanto tiempo. No es la primera vez que Isabel II pisa Irlanda del Norte desde que hace 60 a?os accedi¨® al trono brit¨¢nico. Ha estado ya antes en 19 ocasiones. Pero esta vez todo es diferente. Esta vez su estancia ha recibido la bienvenida de las dos comunidades han vivido tanto tiempo enfrentadas. Esta vez, la reina que para unos ha sido s¨ªmbolo de la opresi¨®n brit¨¢nica y para otros el s¨ªmbolo m¨¢s visible de su v¨ªnculo al Reino Unido, ha llegado a plena luz, en un viaje anunciado desde hace d¨ªas, sin la necesidad del secretismo que en las 19 ocasiones anteriores oblig¨® a ocultar su presencia hasta que ya hab¨ªa llegado.
El viaje de la monarca forma parte de la gira que a lo largo del a?o est¨¢ haciendo por todo el pa¨ªs. Pero pocas etapas pueden tener tanto simbolismo como esta. Nada m¨¢s llegar, Isabel II se ha dirigido a la catedral de St. Martin's en Enniskillen, una poblaci¨®n de menos de 15.000 habitantes del Oeste de la provincia que fue escenario de una de las matanzas m¨¢s sangrientas del IRA: una bomba mat¨® a 11 personas (una m¨¢s muri¨® tiempo despu¨¦s) e hiri¨® a varios cientos el domingo 8 de noviembre de 1987, coincidiendo con los festejos por el armisticio de la I Guerra Mundial.
All¨ª, en la catedral anglicana, la reina ha asistido a un servicio de acci¨®n de gracias concelebrado por sacerdotes protestantes y cat¨®licos. Luego se ha entrevistado con familiares de las v¨ªctimas de aquella matanza.
La visita alcanzar¨¢ su m¨¢ximo grado de simbolismo este mi¨¦rcoles, cuando en el segundo y ¨²ltimo d¨ªa de su estancia en Irlanda del Norte Isabel II y el ministro principal adjunto de Irlanda del Norte, Martin McGuinness, se saluden en un acto cultural ben¨¦fico en Belfast. No ser¨¢ un apret¨®n de manos cualquiera, sino un saludo entre la reina de Inglaterra y un hombre que ha presumido en p¨²blico de haber ocupado cargos de alta responsabilidad en el IRA y del que se sospecha que tiene las manos manchadas de sangre.
Para muchos, ese saludo permitir¨¢ cerrar el c¨ªrculo de la paz en Irlanda del Norte. A pesar de que la convivencia entre unionistas y republicanos, entre protestantes y cat¨®licos, sigue siendo dif¨ªcil en el d¨ªa a d¨ªa, ni siquiera cuando se firmaron los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998 era f¨¢cil imaginar que, menos de 15 a?os despu¨¦s, la reina y el IRA se dar¨ªan la mano.
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