Bruselas tantea los l¨ªmites de la UE
Van Rompuy propone la creaci¨®n de un superministro de Finanzas europeo
En lo que va de crisis europea, y de pronto son a?os, Alemania ha protagonizado un liderazgo mezquino, plagado de c¨¢lculos pol¨ªticos, de dogmatismo ideol¨®gico y de negativas a diestro y siniestro: la recesi¨®n se ha instalado en el Sur para mucho tiempo, en parte por la digesti¨®n de los ¨²ltimos a?os de expansi¨®n descontrolada, en parte por esos rescates que suponen solidaridad de segunda divisi¨®n y por las pol¨ªticas de recortes estrictos (peligrosamente estrictos) que ha impulsado Berl¨ªn con el sindi¨®s de la austeridad expansiva. Esa magia ten¨ªa que devolver la confianza a la eurozona, pero ha metido al euro en una crisis existencial. Y sin embargo los tiempos est¨¢n cambiando. La canciller Angela Merkel, el ministro Wolfgang Sch?uble y el presidente del banco central alem¨¢n, Jens Weidmann, han cocinado en los ¨²ltimos d¨ªas una vieja nueva propuesta: nunca en los ¨²ltimos 20 a?os Berl¨ªn habl¨® tan alto y claro de uni¨®n pol¨ªtica. Bruselas recogi¨® ayer el guante con un ambicioso documento que busca reconstruir el edificio europeo: lanz¨® una propuesta que tantea los l¨ªmites de la UE a la vista de que la par¨¢lisis ha debilitado al euro hasta extremos peligrosos. A cambio, siempre que se den pasos claros hacia esa uni¨®n pol¨ªtica, elimina obst¨¢culos para que Alemania empiece a abrir la mano en algunas cosas. Aunque ese camino, como casi siempre cuando se trata de Europa, est¨¢ plagado de inc¨®gnitas.
Sobresalen dos: qu¨¦ papel quiere jugar la Francia de Hollande -Par¨ªs no va a limitarse a acompa?ar al primer viol¨ªn alem¨¢n, pero a la vez debe luchar contra la deriva intergubernamental, contra su urticaria hacia el modelo federal-, y c¨®mo se puede gestionar la fenomenal crisis del euro en el muy corto plazo para evitar un big bang. Ambas cuestiones quedan totalmente abiertas en la propuesta que han elaborado cuatro presidentes: el del Consejo, Herman Van Rompuy; el de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Barroso; el del BCE, Mario Draghi, y el del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Las posibles salidas de esos dos callejones empezar¨¢n a dilucidarse en Bruselas a partir de ma?ana, en una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que ha generado unas expectativas solo a la altura de anteriores fracasos. Los l¨ªderes decidir¨¢n si ese documento sale adelante o se queda en un mero ejercicio ret¨®rico, sin un calendario preciso. Y est¨¢n obligados a buscar una salida r¨¢pida para los pa¨ªses que est¨¢n con el agua al cuello. "Las propuestas pueden llegar tarde si no se acompa?an de un gui?o a los mercados en el muy corto plazo", indicaron fuentes diplom¨¢ticas.
Con una visi¨®n muy inspirada en los deseos de Alemania, la versi¨®n 2.0 de la UE quiere atar corto a cada pa¨ªs. Seg¨²n el documento, que fija como fecha clave el pr¨®ximo diciembre, desde Bruselas no solo se fijar¨ªa un techo del gasto y de la deuda p¨²blica: si un Estado miembro quisiera emitir m¨¢s deuda de la fijada, deber¨ªa "justificar y recibir" el aprobado previo por parte de las instituciones europeas. Esta decisi¨®n supondr¨ªa entregar de facto la llave de la caja fuerte a algo parecido a un superministro de Finanzas, y en ¨²ltima instancia la creaci¨®n de un Tesoro. Triunfar¨ªan as¨ª las tesis de Berl¨ªn de avanzar cuanto antes hacia la uni¨®n fiscal. La contrapartida para Alemania vendr¨ªa en forma de algo que hasta ahora se considera tab¨²: aceptar cierto grado de mutualizaci¨®n de la deuda; eso s¨ª, por etapas, en busca de la habitual f¨®rmula de compromiso europea. "En una perspectiva de medio plazo, la emisi¨®n de deuda conjunta deber¨ªa analizarse como un elemento m¨¢s de la uni¨®n fiscal", se?ala en direcci¨®n a los eurobonos, casi de puntillas, la propuesta. Adem¨¢s, se avanza hacia una uni¨®n bancaria: un supervisor com¨²n, el BCE, con un fondo de garant¨ªa com¨²n y un fondo de liquidaci¨®n de bancos. -Quienes mejor suelen traducir los galimat¨ªas europeos son los mercados. "Se trata de los primeros pasos para una uni¨®n pol¨ªtica y fiscal, indispensables para que Merkel acepte algo parecido a los eurobonos", explicaron fuentes financieras. "La supervisi¨®n del BCE va en la buena direcci¨®n: da m¨¢s poder al Eurobanco, condici¨®n necesaria para que Draghi anuncie nuevas medidas excepcionales", seg¨²n las mismas fuentes, que apuntan tambi¨¦n las lagunas a las que se pueden agarrar los inversores para seguir apostando contra el euro: "No hay un calendario claro. Ni la propuesta es lo suficientemente concreta, lo que hace pensar que persisten profundos desacuerdos. Lo bueno es que Europa se mueve. Lo malo es que sigue dej¨¢ndolo todo para m¨¢s adelante: hay elecciones en Alemania en oto?o y Berl¨ªn ha demostrado sobradamente la importancia de los c¨¢lculos electorales, a pesar de la gravedad de la crisis".
La cumbre, en fin, calienta motores. Esta vez con la pelota en el alero de Fran?ois Hollande, que ha dado nuevos aires al proyecto europeo pero tiene que aclarar hasta d¨®nde quiere llegar. El ministro franc¨¦s Pierre Moscovici apunt¨® que Europa "debe sentar las bases de la segunda fase del euro" y "aportar las pruebas de que es capaz de dotarse de una integraci¨®n bancaria, presupuestaria y pol¨ªtica". Su hom¨®logo alem¨¢n, Wolfgang Sch?uble, le adelant¨® por la derecha: en una entrevista con Der Spiegel reclam¨® un superministro de finanzas europeo "con derecho de veto contra los presupuestos nacionales"; pidi¨® un presidente de la Comisi¨®n elegido en las urnas; una uni¨®n fiscal y una uni¨®n bancaria, en suma, antes de dar su brazo a torcer en lo relativo a un mecanismo de solidaridad. No faltar¨¢ quien arquee las cejas: la canciller Angela Merkel se despach¨® con un frase lapidaria a menos de 48 horas de la cumbre. "No compartiremos totalmente las deudas mientras yo viva".
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