Pakist¨¢n permite abastecer de nuevo a la OTAN en Afganist¨¢n
Hillary Clinton pide perd¨®n a Islamabad por el ataque en el que murieron 20 soldados
Finalmente, Hillary Clinton dijo las palabras m¨¢gicas tan esperadas ¨C¡°We are sorry¡± (lo sentimos)- y la ruta de abastecimiento a Afganist¨¢n a trav¨¦s de Pakist¨¢n, vital para la continuaci¨®n de la guerra, ha vuelto a abrirse hoy despu¨¦s de estar ocho meses cerrada como protesta del Gobierno paquistan¨ª por un ataque norteamericano en el que murieron m¨¢s de 20 soldados de ese pa¨ªs. Estados Unidos tambi¨¦n ha desbloqueado 1.100 millones de d¨®lares de ayuda a Pakist¨¢n.
Pakist¨¢n hab¨ªa exigido desde hace tiempo una disculpas p¨²blicas de parte de Estados Unidos por el episodio ocurrido el pasado mes de noviembre, en el que un avi¨®n sin tripulaci¨®n (drone) hab¨ªa bombardeado un puesto militar paquistan¨ª en su propio territorio. La Administraci¨®n norteamericana se resist¨ªa a pedir perd¨®n porque aseguraba que, desde esa posici¨®n, se hab¨ªa producido un ataque contra sus fuerzas en Afganist¨¢n y que el asunto est¨¢ siendo objeto de una investigaci¨®n oficial.
A lo largo de este tiempo, Pakist¨¢n y EE UU, cuyas relaciones est¨¢n permanentemente sometidas a encontronazos y tensiones, han mantenido numerosos contactos para resolver un problema de importancia crucial para los militares norteamericanos. Esos contactos han incluido en alguna ocasi¨®n a los propios presidentes de los dos pa¨ªses, Barack Obama y Asif Ali Zardari.
Las autoridades paquistan¨ªes, que soportan la presi¨®n de una poblaci¨®n irritada por los continuos ataques con drones y la sucesi¨®n de muertes entre la poblaci¨®n civil, necesitaba un verdadero reconocimiento de culpa de parte de Washington para permitir el reabastecimiento.
Finalmente, la secretaria de Estado hizo p¨²blica ayer una nota oficial, tras su conversaci¨®n con la ministra de Exteriores paquistan¨ª, Hina Rabbani Khar, en la que admite ¡°los errores que resultaron en la p¨¦rdida de vidas de militares paquistan¨ªes¡± y reitera su ¡°m¨¢s profundo pesar¡± por ese ¡°tr¨¢gico incidente¡±. ¡°Sentimos la p¨¦rdida sufrida por el Ej¨¦rcito paquistan¨ª y nos comprometemos a trabajar de cerca con Pakist¨¢n y Afganist¨¢n con el fin de evitar que esto vuelva a ocurrir¡±, a?ade el comunicado.
¡°La ministra Khar¡±, asegura Clinton, ¡°me ha informado de que las l¨ªneas de abastecimiento terrestre en Afganist¨¢n est¨¢n abiertas. Pakist¨¢n no cobrar¨¢ ninguna tasa por ese tr¨¢nsito, en inter¨¦s de la paz y la seguridad en Afganist¨¢n y en la regi¨®n¡±.
Con esto puede, quiz¨¢, pasarse p¨¢gina a lo que ha sido un conflicto que ha comprometido la capacidad de las fuerzas armadas norteamericanas de mantener su plena operatividad en Pakist¨¢n. Sin la colaboraci¨®n paquistan¨ª, EE UU se ven¨ªa obligado a hacer un largo desv¨ªo para abastecer a sus tropas desde el norte de Afganist¨¢n, lo que, adem¨¢s de su complejidad, representa un considerable aumento del presupuesto.
Pero dif¨ªcilmente este paso ser¨¢ suficiente para recomponer una relaci¨®n maltrecha que ha atravesado por numerosas dificultades en los ¨²ltimos a?os, especialmente tras la muerte de Osama bin Laden a manos de un comando norteamericano en territorio paquistan¨ª.
Precisamente, el pasado mes de mayo fue detenido en Pakist¨¢n un doctor, Shakil Afridi, a quien se consideraba una pieza fundamental de la estructura de espionaje que mont¨® la CIA para encontrar la pista de Bin Laden. Esa detenci¨®n molest¨® enormemente al Gobierno norteamericano, que la consider¨® una forma de venganza por la actuaci¨®n del comando a espaldas de las autoridades paquistan¨ªes. Algunos destacados congresistas llegaron a pedir la suspensi¨®n de la ayuda militar a Pakist¨¢n como represalia por la captura de Afridi.
La ayuda militar, calculada en torno a los 800 millones de d¨®lares anuales, es el principal argumento que Washington exhibe todav¨ªa para mantener sus v¨ªnculos con Pakist¨¢n, especialmente con su influyente jerarqu¨ªa castrense. Adem¨¢s de un aliado imprescindible durante la guerra, Pakist¨¢n es decisivo tambi¨¦n para la b¨²squeda de la paz, dada su influencia sobre los l¨ªderes past¨²n que dirigen el movimiento de los talibanes.
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