Los testimonios m¨¢s terribles del juicio por los ni?os robados en Argentina
Varios protagonistas del drama de la usurpaci¨®n de menores relatan los traumas que a¨²n intentan superar
Despu¨¦s de escuchar durante un a?o y medio m¨¢s de 200 testimonios sobre el robo de menores en la dictadura, ?qu¨¦ historia ser¨ªa la que m¨¢s se qued¨® en la cabeza de quienes siguieron de cerca el caso? El abogado de las Abuelas de Plaza de Mayo, Alan Lud, cree que siempre recordar¨¢ el momento en que en la sala se escuch¨® la voz de la desaparecida Cecilia Vi?as. ¡°Cecilia hab¨ªa desaparecido en 1977. De pronto, a fines de 1983, sus padres comenzaron a recibir llamados telef¨®nicos. Evidentemente, Cecilia estaba secuestrada. Y algunas llamadas se realizaron en 1984, ya durante la democracia. La madre consigui¨® grabar dos de esas conversaciones. Y nunca se olvidar¨¢ el d¨ªa en que pasaron esos audios en la sala¡±. En la grabaci¨®n, Cecilia preguntaba por el paradero de su hijo y se apresuraba a cortar la conversaci¨®n por temor a sus posibles secuestradores. ¡°La escuch¨¦ muy angustiada, muy muy desesperada y me habl¨® del hijo y me habl¨® del marido y me pidi¨® que le ayud¨¢ramos. Y esa es la ¨²nica grabaci¨®n m¨¢s o menos audible que qued¨® de ella. Por el que preguntaba era por el hijo, porque cre¨ªa que lo ten¨ªamos nosotros¡±, relat¨® la madre de Cecilia en una entrevista televisiva.
Para Alejandra Dandan, periodista de P¨¢gina 12, uno de los momentos m¨¢s estremecedores durante el juicio se produjo cuando declar¨® Victoria Montenegro, hija de desaparecidos. ¡°Era la primera vez que declaraba contra su apropiador, el coronel Herman Tetzlaff. ?l siempre le hab¨ªa dicho que no hab¨ªa que llorar. ¡°Y ella se repensaba cada palabra y de pronto empez¨® a llorar y re¨ªa y lloraba al mismo tiempo¡±.
Tengo claro que yo tuve otra vida, otro nombre y una ideolog¨ªa totalmente opuesta a la que deber¨ªa haber sido la m¨ªa. Ahora, con este juicio me queda una sensaci¨®n de victoria"
Victoria Montenegro, 36 a?os, ni?a robada
Victoria Montenegro tiene 36 a?os y cree que el hecho de apoyar el proyecto oficialista del Gobierno le ha ayudado a superar su trauma. ¡°Yo antes de ser de Victoria era Mar¨ªa Sol. Y cuando me llamaba Mar¨ªa Sol, todo lo que aport¨¦ a la justicia era para proteger a mi apropiador, ¨²nicamente. Puse much¨ªsimas trabas. Y siempre ten¨¦s esa deuda interna con vos mismo, ese vac¨ªo de no haber aportado lo suficiente a la justicia. Cuando declar¨¦ como nieta el nueve de abril de 2011 fue como exorcizar todo lo malo que hice cuando era Mar¨ªa Sol. Mi apropiador falleci¨® en el 2003 y mi apropiadora en el 2007. Yo los amaba profundamente, nunca los odi¨¦. Pero tengo claro que yo tuve otra vida, otro nombre y una ideolog¨ªa totalmente opuesta a la que deber¨ªa haber sido la m¨ªa. Ahora, con este juicio me queda una sensaci¨®n de victoria, de saber que estas personas que nos apropiaron jam¨¢s, jam¨¢s, jam¨¢s¡ iban a pensar que un grupo de amas de casas, como eran entonces las abuelas, iban a llegar adonde han llegado. Todo ese abanico de avances cient¨ªficos, de ciencia junto con amor, jam¨¢s se lo imaginaron. Yo te lo puedo decir porque me cri¨® un cuadro del Ej¨¦rcito y s¨¦ que jam¨¢s pensaron que las abuelas llegar¨ªan adonde han llegado¡±.
Siempre fui criado con mucho amor y, pese a lo que ocurri¨®, no puedo ir en contra de lo que siento"
Carlos D¡¯El¨ªa, 34 a?os, ni?o robado
La vicepresidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo, Rosa Roisinblit, de 92 a?os, relata c¨®mo se vieron obligadas a cambiar sus estrategias de lucha conforme pasaban los a?os. ¡°Yo sal¨ª a manifestarme a la calle el mismo d¨ªa que se llevaron a mi hija, el 6 de octubre de 1978, que estaba embarazada de ocho meses. Entonces nadie hablaba de desaparici¨®n de personas, solo de detenci¨®n. Lo que nunca me imagin¨¦ que mi nieto iba a nacer en el campo de concentraci¨®n de la ESMA el 15 de noviembre de 1978. Y al cabo de mucho tiempo busc¨¢ndolo me encontr¨¦ con un nieto de 21 a?os. Ahora ya es un hombre mayor de edad, est¨¢ casado, tiene dos beb¨¦s. Nuestras estrategias de las Abuelas tuvieron que ir cambiando a medida que cambian la edad de nuestros nietos. Al principio exig¨ªamos que los nietos volvieran con la familia biol¨®gica. Despu¨¦s, trat¨¢bamos de acercarnos a ese nieto y hacerle entender. No era f¨¢cil para un chico de 16 a?os saber que esas personas son unos apropiadores. Y entonces recurrimos a un equipo de psic¨®logos. Despu¨¦s aparecieron nietos que eran ya adultos y casados. No se puede pretender que vivan con las abuelitas. A mi nieto le llev¨® un poco de tiempo asumir la realidad, pero finalmente ¨¦l est¨¢ orgulloso de ser mi nieto y a sus hijos le pone mi apellido, que no tendr¨ªa por qu¨¦ hacerlo. Y yo con eso me conformo¡±.
Yo sal¨ª a manifestarme a la calle el mismo d¨ªa que se llevaron a mi hija, el 6 de octubre de 1978, que estaba embarazada de ocho meses"
Rosa Roisinblit, 92 a?os, vicepresidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo
Muchos nietos como Carlos D¡¯El¨ªa, 34 a?os, se vieron en su d¨ªa entre las dos familia y decidieron no renunciar a ninguna. ¡°Yo recuper¨¦ mi identidad en 1995, con 17 a?os. Siempre fui criado con mucho amor y, pese a lo que ocurri¨®, no puedo ir en contra de lo que siento. A Carlos y a Marta, las personas que me criaron, los quise y los quiero como padre y madre. Mucho de lo traum¨¢tico tuvo que ver porque ellos estuvieron presos durante nueve meses cuando los juzgaron por apropiarse de m¨ª. Yo iba a visitar a mis viejos todos los d¨ªas de esos nueve meses. Y al mismo tiempo trataba de conocer a mi familia biol¨®gica. Carlos y Marta, por m¨¢s que criaron con mucho amor, no hab¨ªan hecho las cosas como correspond¨ªa y por eso estuvieron detenidos. Yo lo ¨²nico que pod¨ªa hacer en esos momentos es ser lo m¨¢s aut¨¦ntico posible, ser como soy y abrirme a mi familia biol¨®gica, a mi abuela, primos y t¨ªos que tanto me hab¨ªan buscado durante 17 a?os. Y en casi todos ellos encontr¨¦ mucho amor y mucha compresi¨®n¡±.
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