La batalla de Damasco se libra calle a calle
Los rebeldes y el Ej¨¦rcito combat¨ªan el martes a solo dos kil¨®metros del palacio presidencial El aumento de las deserciones agrava la descomposici¨®n en las filas del r¨¦gimen de El Asad
Lo que en un principio parec¨ªa ser una ef¨ªmera incursi¨®n de la resistencia armada en las barriadas populares del sur de Damasco se est¨¢ convirtiendo en una batalla en toda regla por el control de la capital y, en definitiva, por la supervivencia del r¨¦gimen de Bachar el Asad, instaurado por su padre hace 42 a?os.
Por tercer d¨ªa consecutivo se segu¨ªa combatiendo el martes en esa ciudad de 2,5 millones de habitantes. No solo la temible IV Divisi¨®n, que manda Maher el Asad, hermano peque?o del dictador, no logr¨® reconquistar los barrios del sur, parcialmente en manos de la guerrilla desde el domingo, sino que los enfrentamientos se extendieron hasta el mismo coraz¨®n de la capital. El mi¨¦rcoles amaneci¨® con nuevos combates.
Los choques armados entre fuerzas leales al r¨¦gimen y el Ej¨¦rcito Sirio Libre (ESL), integrado mayoritariamente por desertores, llegaron hasta las inmediaciones del Parlamento, del Banco Central, la c¨¦ntrica calle Bagdad y la plaza de los Abasidas mientras los damasquinos se refugiaban en sus casas, seg¨²n relatan testigos presenciales.
¡°Mi madre era libanesa y esto me empieza a recordar a Beirut en sus peores d¨ªas¡±, coment¨® a trav¨¦s de Skype Amine, un ingeniero cuarent¨®n damasquino que asegura vivir en el distrito de Kfar Susa. ¡°Los disparos y bombazos no cejan en todo el d¨ªa¡±, a?ade. ¡°Vemos a lo lejos las columnas de humo que se elevan al cielo¡±.
Pese a su escasa potencia de fuego, el ESL va a por todas. El martes por la ma?ana anunci¨® que hab¨ªa desencadenado la Operaci¨®n Volc¨¢n de Damasco y Se¨ªsmos de Siria, consistente en hostigar al Ej¨¦rcito regular y dem¨¢s fuerzas de seguridad en todo el pa¨ªs para, se supone, impedir al r¨¦gimen concentrarse en la contraofensiva para recuperar Damasco.
Pero El Asad y su camarilla de leales est¨¢n empe?ados en no perder Damasco y sus suburbios para no perder el poder que a¨²n les queda. Para lograrlo utilizaron sistem¨¢ticamente, a partir del lunes por la noche, helic¨®pteros artillados que ametrallaron y dispararon misiles sobre Hajar al Asuad, Al Qabun... En este ¨²ltimo barrio un helic¨®ptero fue derribado, seg¨²n el ESL.
¡°Los hemos tenido toda la noche y el d¨ªa volando sobre nuestras cabezas¡±, afirma a trav¨¦s de Skype Jamal, estudiante de inform¨¢tica de 22 a?os que reside con sus padres en el distrito de Barze. ¡°No hemos pegado ojo¡±, se queja. A diferencia de lo que sucedi¨® en junio en el suburbio de Duma, m¨¢s alejado del centro de la capital, la aviaci¨®n no ha bombardeado zonas civiles.
Los helic¨®pteros se a?aden a los bombardeos de la artiller¨ªa y a los carros de combate con los que Maher el Asad embiste contra las defensas del ESL. A diferencia de lo que sucedi¨® en el barrio de Bab Amro de Homs, la ciudad m¨¢s castigada por la represi¨®n, los rebeldes armados han optado en Damasco por ser m¨¢s m¨®viles y retirarse tras asestar golpes.
El feudo de la insurrecci¨®n armada es el distrito de Al Tadamon, de donde los insurrectos no han sido desalojados tras m¨¢s de 50 horas de combates, y parte de Al Midan, mucho m¨¢s cerca del centro, cercado de carros de combate que se dispon¨ªan a dar el asalto. Los civiles fueron invitados por megafon¨ªa a salir de la zona.?El ESL mostr¨® en un v¨ªdeo c¨®mo sus hombres se apoderaron ah¨ª de un veh¨ªculo blindado.
Aparentemente desbordado, el r¨¦gimen ha trasladado refuerzos a la capital desde el Gol¨¢n, a 70 kil¨®metros, donde vigilan la zona fronteriza con Israel. ¡°Desde mi terraza he visto avanzar columnas de carros desde el sur¡±, se?ala a trav¨¦s de Skype una mujer residente en el elegante barrio de Al Mazze. Hace falta ver si esos refuerzos entran todos finalmente en combate.
No hay buenas noticias para el Gobierno. El goteo de deserciones se aceler¨® un poco m¨¢s, s¨ªntoma de la r¨¢pida descomposici¨®n del r¨¦gimen. Un general de brigada y un pu?ado de oficiales huyeron a Turqu¨ªa, mientras que un piloto de la fuerza a¨¦rea, Ziad Tlass, de la poderosa familia sun¨ª que ayud¨® a los Asad a auparse al poder, lleg¨® a Amm¨¢n, capital de Jordania. En total son ya 18 los generales que se han escapado a Turqu¨ªa, pa¨ªs en el que ya hay 42.680 refugiados sirios, algo menos de la mitad de los que se han exiliado.
El m¨¢s c¨¦lebre de los militares desertores, el general Manaf Tlass, de 48 a?os, que mandaba una unidad de la Guardia Republicana, rompi¨® ayer su prolongado silencio acusando al ¡°poder¡± de ¡°tener la mayor parte de la responsabilidad¡± en la actual crisis. ¡°Solo puedo expresar mi dolor al ver al Ej¨¦rcito empujado a desarrollar un combate contrario a sus principios¡±, afirma en un comunicado entregado a la agencia France Presse.
En el mismo Damasco unos desertores mostraron el lunes, poco despu¨¦s de cambiar de bando, una orden del Ministerio de Defensa para que sus funcionarios civiles empu?en tambi¨¦n las armas y secunden al Ej¨¦rcito regular. Si se except¨²a esta nota, el r¨¦gimen est¨¢ ausente. Ninguno de sus dignatarios toma la palabra y sus medios de comunicaci¨®n ignoran lo que est¨¢ sucediendo.
Para la agencia de prensa Sana, la principal noticia del d¨ªa era no ya la lucha contra los ¡°terroristas¡± del ESL sino un decreto presidencial que garantiza plazas en la universidad para los hijos de los ¡°m¨¢rtires¡±, es decir, los militares y miembros de las fuerzas de seguridad muertos en combate desde que hace m¨¢s de 16 meses estall¨® la rebeli¨®n en Deraa, ciudad situada en la frontera con Jordania.
¡°A la vista de c¨®mo se est¨¢n poniendo las cosas hemos debatido en familia si deb¨ªamos intentar ponernos a salvo huyendo de Damasco¡±, afirma Jamal, el inform¨¢tico. ¡°Algunos vecinos lo han hecho, pero nosotros nos quedaremos porque no tenemos claro que podamos encontrar un lugar m¨¢s seguro¡±.
¡°Aqu¨ª estamos, con frecuentes cortes de luz y sin salir de casa en todo el d¨ªa, a menos que salgamos a la escalera a departir con los vecinos¡±, prosigue Jamal. ¡°La gente tiene miedo... A primera hora de la ma?ana, cuando parec¨ªa que amainaba un poco el fragor de los bombardeos, salimos a comprar el pan, pero los pocos comercios que abrieron no tardaron en cerrar¡±, a?adi¨®.
Hasta las tiendas del c¨¦lebre zoco central Al Hamidiy¨¦ estaban cerradas, as¨ª como las de Halbuni, el barrio de las librer¨ªas. Se solidarizaban as¨ª con los distritos m¨¢s castigados, seg¨²n el ESL, o, simplemente, sus propietarios atemorizados prefirieron no abrirlas porque no iban a aparecer los clientes.
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