Suleim¨¢n, jefe del espionaje de Mubarak y cerebro de su supervivencia
Fue el cerebro que facilit¨® la supervivencia de Mubarak y el hombre que anunci¨® la dimisi¨®n del ¡®rais¡¯.
Omar Suleim¨¢n ha desaparecido tan discretamente como vivi¨®. El que fuera confidente del depuesto Hosni Mubarak y jefe de sus servicios secretos durante dos d¨¦cadas ha fallecido este jueves en un hospital de Estados Unidos, donde se somet¨ªa a una revisi¨®n m¨¦dica. Ten¨ªa 76 a?os y seg¨²n la agencia estatal egipcia, Mena, sufr¨ªa una enfermedad de pulm¨®n y problemas cardiacos. No deja de ser parad¨®jico que despu¨¦s de dedicar su vida a combatir a los Hermanos Musulmanes haya tenido que ver a uno de sus dirigentes al frente de Egipto.
Como el ex presidente, Suleim¨¢n fue un joven de or¨ªgenes modestos que escap¨® de la pobreza de su Alto Egipto natal entrando con 19 a?os en la Academia Militar de El Cairo. Tambi¨¦n ampli¨® su formaci¨®n castrense en la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica y particip¨® en las guerras contra Israel de 1967 y 1973. En los a?os siguientes se licenci¨® en Ciencias Pol¨ªticas por la Universidad de El Cairo, a la vez que empezaba a trabajar para los servicios de informaci¨®n del Ej¨¦rcito, donde tras conocer a Mubarak ascendi¨® hasta la c¨²pula y se convirti¨® en el segundo hombre m¨¢s poderoso del r¨¦gimen.
Considerado por muchos como el cerebro de la supervivencia de Mubarak, Suleim¨¢n ser¨¢ recordado sin embargo como el hombre que anunci¨® la dimisi¨®n del fara¨®n. De poco sirvi¨® su ¨²ltimo servicio al aceptar el nombramiento de vicepresidente el 29 de enero de 2011, cuatro d¨ªas despu¨¦s de que estallara el levantamiento popular. Ni siquiera la astucia del viejo sabueso logr¨® frenar la avalancha. Al contrario, su afirmaci¨®n de que los egipcios no estaban preparados para la democracia ofendi¨® a¨²n m¨¢s a los manifestantes.
Tras la toma del poder por la Junta Militar, Suleim¨¢n se retir¨® de la vida p¨²blica. Hasta que el pasado abril intent¨® presentarse a las elecciones presidenciales, algo que alarm¨® a los sublevados de Tahrir. Atrajo a numerosos leales del r¨¦gimen con la promesa de restablecer el orden y la seguridad, perdidos a ra¨ªz de la revuelta. Tambi¨¦n busc¨® el respaldo liberal y laico, con las credenciales de su lucha contra los islamistas. Pero fue descalificado al no lograr el suficiente n¨²mero de apoyos.
Entonces abandon¨® Egipto sin hacer ruido. Estuvo en Abu Dhabi, donde ten¨ªa familia, y tambi¨¦n en Arabia Saud¨ª. Hasta que hace tres semanas su salud empeor¨® y se traslad¨® al hospital de Cleveland donde ha muerto. Aunque el comunicado oficial le define como ¡°honesto y patriota¡±, su figura resulta tan controvertida como el legado que deja en el espionaje egipcio, centrado en la lucha contra los islamistas. Quienes impulsaron el levantamiento de la plaza de Tahrir lamentar¨¢n sin duda que no haya sido juzgado.
Su percepci¨®n de los Hermanos Musulmanes como una amenaza para la seguridad del r¨¦gimen, que compart¨ªa con Mubarak, se consolid¨® durante sus primeros a?os a la cabeza de la agencia nacional de espionaje, cuando tuvo que hacer frente a una oleada de atentados y asesinatos de Gamaa al Islamiya y Yihad Isl¨¢mica, dos grupos radicales que beb¨ªan en la ideolog¨ªa de aquellos. Sus ¨¦xitos en ese terreno se conocieron antes que su nombre, que no se revel¨® oficialmente hasta el a?o 2000. Tambi¨¦n le pusieron en contacto directo con EEUU.
A partir de entonces, su trabajo adquiri¨® una mayor proyecci¨®n p¨²blica. Mubarak le encarg¨® mediar entre Israel y los palestinos durante la segunda intifada (logr¨® un alto el fuego en 2003) o entre los diferentes grupos palestinos tras la retirada israel¨ª de Gaza. Su discreci¨®n le dio fama de arreglalotodo en la sombra y empez¨® a rumorearse que podr¨ªa ser un relevo para Mubarak m¨¢s aceptable que su hijo Gamal.
Pero la direcci¨®n de una de las agencias de espionaje m¨¢s poderosas de Oriente Pr¨®ximo tambi¨¦n ten¨ªa un lado oscuro. Suleiman fue el interlocutor de la CIA para su programa de rendiciones extraordinarias, las entregas secretas de sospechosos de terrorismo para que pudieran ser interrogados sin las limitaciones que las leyes estadounidenses imponen a la tortura. ¡°Nuestra colaboraci¨®n con Omar Soliman [sic]¡ es probablemente ahora el elemento m¨¢s exitoso de la relaci¨®n [entre EEUU e Israel]¡±, aseguraba en 2006 uno de los documentos de la Embajada norteamericana en El Cairo revelados por Wikileaks.
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