Ca?ones de agosto
La crisis del euro y los ¨²ltimos sucesos en Siria configuran un verano caliente
Vivimos un verano caliente con guerras cl¨¢sicas y un conflicto econ¨®mico con potencialidad para laminar a la clase media de los pa¨ªses que hasta ahora pasaban por pr¨®speros. El filosofo dan¨¦s Soren Kierkeegaard dec¨ªa que ¡°la historia vive hacia delante pero es comprendida marcha atr¨¢s¡±. Hace 98 a?os Europa enloquec¨ªa lanz¨¢ndose a la contienda m¨¢s cruel conocida nunca, tras el asesinato en Sarajevo del heredero al trono austroh¨²ngaro. Los imperios de 1914 desataron la I Guerra Mundial que nadie quer¨ªa, dando paso al terrible siglo XX. La historiadora estadounidense B¨¢rbara Tuchman lo cuenta en el fascinante cl¨¢sico hist¨®rico Los ca?ones de agosto (C¨ªrculo de Lectores). Kennedy le regal¨® el libro al primer ministro brit¨¢nico, MacMillan, como caso pr¨¢ctico para que los estadistas contempor¨¢neos evitaran los errores que condujeron a aquel est¨ªo de 1914.
Tambi¨¦n ante este agosto de 2012 se perfilan algunos ca?ones. ?La crisis econ¨®mica podr¨ªa conducirnos a unas consecuencias sociales catastr¨®ficas por la detenci¨®n del crecimiento y el agravamiento del paro, si seguimos poniendo parches? Todav¨ªa no podemos responder a la pregunta clave: ?qu¨¦ hay detr¨¢s del euro, Alemania, el Banco Central Europeo, o directamente nada? El Pew Research Center de Washington acaba de publicar una encuesta mundial realizada entre 26.000 personas de 21 pa¨ªses. Detecta una abrumadora p¨¦rdida de confianza ciudadana en el capitalismo y en los pol¨ªticos. Solo los ciudadanos de China, Alemania, Brasil y Turqu¨ªa creen que van bien econ¨®micamente. Y ¨²nicamente uno de de cada 10 europeos conf¨ªa en que vivir¨¢ mejor que sus padres.
Otro ca?¨®n de agosto, no en los Balcanes como en 1914, sino en Oriente Medio. El previsible colapso de la Siria de El Asad, la dinast¨ªa que ocupa desde hace 42 a?os el poder en el ¨²ltimo r¨¦gimen laico frente a la primavera ¨¢rabe que favorece la llegada al gobierno de los islamistas. En el camino de Damasco, la capital m¨¢s vieja del mundo, bombardeada por su propio Ej¨¦rcito, se est¨¢ jugando la partida final de esta guerra civil. La guardia pretoriana del atildado oftalm¨®logo de profesi¨®n y dictador sanguinario que lleva 16 meses masacrando a su propio pueblo, ha sido diezmada de un solo golpe. Un atentado que recuerda al magnicidio fallido contra Hitler en 1944, en su cuartel general de la Guarida del Lobo.
En un pa¨ªs como Siria, sin embargo, nadie es irreemplazable salvo el jefe del Estado. Por ello quiz¨¢s sea a¨²n prematuro afirmar que lo sucedido es el principio del fin, ya que podr¨ªa ser tambi¨¦n, lamentablemente, el inicio de algo mucho peor. Siria, guardi¨¢n ¨²ltimo del nacionalismo ¨¢rabe, aliado estrat¨¦gico de la teocracia de Ir¨¢n y desestabilizador de L¨ªbano, podr¨ªa desintegrarse en cantones como la antigua Yugoslavia, con la minor¨ªa alau¨ª, que gobierna con El Asad a sangre y fuego, haci¨¦ndose fuerte en la costa norte alrededor de Latakia. Otra taifa kurda pegada a la frontera con el Kurdist¨¢n iraqu¨ª, con un disminuido poder central sun¨ª en Damasco.
Los ¨²ltimos sucesos alejan la posibilidad de una salida negociada. Como Gadafi, Bachar el Asad y su clan, los Borgia de Oriente Medio, parecen decididos a morir matando. Como dec¨ªa Michael Corleone en El padrino, ¡°si la historia nos ense?a algo es que puedes matar a cualquiera. La Mafia solo entiende sus propias reglas¡±. Obama, que lo que menos necesita ahora a solo tres meses de las elecciones es una intervenci¨®n militar en un pa¨ªs ¨¢rabe, se prepara para el colapso de Siria, un Estado que posee un importante arsenal de armas qu¨ªmicas que podr¨ªan caer en manos de los yihadistas de Al Qaeda tras una implosi¨®n del r¨¦gimen. Sin un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia, ¨²ltimo contrafuerte que aguanta al r¨¦gimen sirio, no se abrir¨¢ el camino de Damasco. En este asunto, como en la crisis nuclear con Ir¨¢n, ocurre algo parecido a lo sucedido hace ahora 50 a?os, la crisis de los misiles nucleares en Cuba, que estuvo a punto de provocar una guerra nuclear en 1962. Kennedy y Jruschov escalaron hasta el l¨ªmite pero se detuvieron a tiempo. Los sovi¨¦ticos retiraron los misiles nucleares y Estados Unidos se comprometi¨® a no invadir Cuba.
Rusia se resiste a abandonar a Siria, teme que la desaparici¨®n de El Asad inflame de islamismo el C¨¢ucaso. Putin busca la restauraci¨®n del antiguo poder de la URSS y para ello nada mejor que negar la victoria a Occidente en el tablero sirio. Este agosto nos hallamos tambi¨¦n ante la elecci¨®n entre ca?ones y mantequilla, el cl¨¢sico ejemplo planteado por Paul Samuelson en su Curso de econom¨ªa. En la crisis econ¨®mica parece que hemos optado por los ca?ones: antes rescatar a los bancos que a los hospitales. No queda para mantequilla. En Siria ya solo escuchamos el horr¨ªsono sonido de las armas. Pero como recomendaba el f¨ªsico Niels Bohr, es prudente no hacer previsiones, especialmente acerca del futuro.
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