La leyenda de Evita cumple 60 a?os
El Gobierno argentino ha anunciado que pondr¨¢ en circulaci¨®n billetes con la figura de la primera dama en el aniversario de su muerte Ser¨¢ la primera vez en la historia del pa¨ªs que el rostro de una mujer aparezca en un billete
Poco se puede decir de Evita que no se haya dicho ya. Casi todo el mundo ha tenido ocasi¨®n de leer que proven¨ªa de una familia muy pobre, que conoci¨® a Per¨®n en 1944, cuando apenas ten¨ªa 25 a?os, que muri¨® a los 33 de c¨¢ncer de ¨²tero; que era tan odiada por las clases m¨¢s conservadoras de Argentina que llegaron a escribir en las paredes durante su convalecencia ¡°viva el c¨¢ncer¡± (aunque de esto ¨²ltimo no haya ninguna prueba gr¨¢fica); que le apodaban la Yegua, que la tachaban de prostituta, que fue la gran benefactora de los ¡°descamisados¡± y que su tumba sigue siendo la m¨¢s visitada en el cementerio de la Recoleta, donde yacen los padres de la patria argentina. Su nombre sigue generando debate, discusiones, reproches, libros y anuncios hist¨®ricos
Con motivo del 60 aniversario de su muerte, que se cumple hoy 26 de julio, la presidenta de Argentina, Cristina Fern¨¢ndez, anunci¨® ayer la puesta en circulaci¨®n de billetes de cien pesos (equivalente a 18 euros seg¨²n el cambio oficial y a unos 14 seg¨²n el paralelo), los de mayor valor en el pa¨ªs. Ser¨¢ la primera vez en la historia del pa¨ªs que el rostro de una mujer aparezca en un billete.
¡°Este billete es un homenaje que nos debemos los argentinos, es tambi¨¦n reparador de nuestros propios errores, de nuestras equivocaciones¡±, indic¨® Fern¨¢ndez. ¡°Y no es que Eva haya sido perfecta, no es que haya sido una santa, al contrario; lo que la convierte en algo m¨¢s grande, en algo m¨¢s inolvidable e inmortal es que fue una humilde mujer de pueblo que tuvo la inmensa suerte de encontrarse con un hombre y con un pueblo, porque se encontr¨® con un hombre y con un pueblo¡±.
A los pocos minutos del discurso, el nombre de Evita ya se situaba en Twitter entre los de mayor tendencia. Muchos internautas recordaban la legendaria frase err¨®neamente atribuida a Evita:: ¡°Volver¨¦ y ser¨¦ millones¡± para hacer el chiste de que ser¨ªa millones en billetes de cien. Otros aprovechaban para atacar al Gobierno ¨C ¡°?El billete nuevo Evita la inflaci¨®n?- y no faltaba tampoco quien atacaba al mito con el mismo odio y mezquindad que hace 60 a?os: ¡°Perfecto homenaje para una prostituta como Eva Per¨®n, pasar de mano en mano hecha billetes¡±.
Tambi¨¦n en la redes sociales se reprodujo el debate de amor y odio. ¡°Cuando se habla del amor y odio que despierta por igual nunca se suele recordar que quienes la odian son muchos menos que quienes la aman¡±, aclara el historiador argentino Felipe Pigna, quien ha publicado este mes el libro Evita, jirones de su vida. En el libro, se recuerda una entrevista del periodista y escritor Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez con el general Juan Domingo Per¨®n en Madrid en marzo de 1970:
¡ª General, usted se da cuenta que Eva Per¨®n como mito es m¨¢s fuerte ahora que usted en la Argentina
?l se ofendi¨®, se molest¨® y dio un golpazo sobre la mesa y dijo:
¡ª Eva Per¨®n es un producto m¨ªo, yo la hice, yo la prepar¨¦ para que fuera lo que ella fue.
¡°Es verdad que Evita sin Per¨®n no hubiese existido; Per¨®n sin Evita, s¨ª. Pero habr¨ªa tenido un perfil distinto¡±, aclara Pigna. ¡°?l nunca pens¨® que esa mujer iba a romper el molde de una primera dama. A trav¨¦s de la Fundaci¨®n Evita ella logr¨® asistir a miles de ancianos, ni?os y madres solteras. Y es un punto muy importante ¨¦ste porque en los a?os cuarenta hubo grandes migraciones de hombres del campo a la ciudad. Las mujeres se quedaban solas, sin medios de subsistencia. Y en cuatro a?os, desde 1948 a 1952, ella puso en marcha una acci¨®n fort¨ªsima y de una eficacia muy r¨¢pida: regal¨® miles de m¨¢quinas de coser y con eso muchas mujeres encontraron una forma de traer dinero a casa, foment¨® cr¨¦ditos para viviendas, implant¨® las escuelas de doble turno. Fue una obra que contrastaba con lo poco que se hab¨ªa hecho durante 120 a?os en la Argentina¡±.
Y aqu¨ª llegamos a la cuesti¨®n del odio: ¡°Evita le quit¨® a la Iglesia el tema de la beneficencia y empez¨® a hablar de ayuda social. Las monjas fueron reemplazadas por enfermeras en los hospitales. Y el peronismo auspici¨® la llegada de la clase obrera a lugares donde nunca antes hab¨ªan estado. Se construyeron albergues en Mar de Plata, que era el gran balneario de la oligarqu¨ªa argentina. Y como los oligarcas no quer¨ªan mezclarse con los obreros, se marcharon a Punta del Este, a Uruguay. Ella cre¨® los hogares del estudiante, que eran en aquella ¨¦poca hoteles de lujo a disposici¨®n de los alumnos de las clases m¨¢s humildes¡±.
Entre las partes m¨¢s sombr¨ªas de su trayectoria pol¨ªtica Pigna destaca en su libro los ¡°contenidos personalistas y autoritarios¡± de la pol¨ªtica educativa. ¡°El uso obligatorio de manuales que exaltaban las personalidades de Per¨®n y Evita y el r¨ªgido control de la emisi¨®n de opiniones de docentes y alumnos desluc¨ªan los logros cuantitativos. M¨¢s de 700 profesores fueron cesanteados [despedidos] por no adherir al peronismo o por no ser lo suficientemente obsecuentes [halagadores] seg¨²n el gusto de los alcahuetes de turno. En las universidades se viv¨ªa un clima opresivo y eran frecuente las invasiones de las facultades por miembros de las fuerzas policiales¡±, relata el libro.
El libro rese?a la enorme cantidad de avances sociales (periodos de vacaciones y descansos, inversiones en salud y educaci¨®n¡) que se consiguieron bajo el peronismo, pero no elude afrontar la forma en que Per¨®n y Evita combatieron a sus enemigos pol¨ªticos. ¡°La vida pol¨ªtica de los partidos estaba muy controlada por los organismos de seguridad; sus militantes eran perseguidos y se pon¨ªan m¨²ltiples trabas a la edici¨®n y circulaci¨®n de sus medios de prensa. En las comisar¨ªas eran frecuentes las torturas a los detenidos pol¨ªticos¡±.
Tambi¨¦n se cuenta c¨®mo las militantes socialistas y comunistas argentinas no se sent¨ªan identificadas con la esposa de Per¨®n, sobre todo aquel junio de 1947 en el que Evita parti¨® hacia Madrid en calidad de primera dama para ser recibida en Barajas por una multitud de 300.000 personas que gritaba ¡°Franco y Per¨®n, un solo coraz¨®n¡±.
A Evita la invent¨® Per¨®n, pero tambi¨¦n la invent¨® Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez, con su libro Santa Evita. ¡°Tanto es as¨ª que a m¨ª, como historiador, me toca ir desmintiendo hoy en d¨ªas cuestiones que se narran en esa novela maravillosa, que la gente toma como verdaderas y solo existieron en la imaginaci¨®n de Tom¨¢s. Hubo un tiempo en que se pod¨ªa evaluar la calidad de un libro sobre Evita con solo ver lo que dec¨ªa sobre su cad¨¢ver. Porque copiaban en libros de historia cosas que se hab¨ªa inventado Tom¨¢s¡±.
Gran parte del m¨¦rito de que Evita se haya convertido en el mito que hoy es, seg¨²n Pigna, hay que atribu¨ªrselo a sus enemigos, los militares. ¡°Su cad¨¢ver estuvo secuestrado 14 a?os. Y eso, sin duda, sirvi¨® para engrandecer su figura. Adem¨¢s, se muri¨® en la gloria, no se desgast¨® con el poder pol¨ªtico¡±.
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