El Supremo de Brasil inicia el jueves el juicio por el esc¨¢ndalo del ¡®mensal?o¡¯

Tras siete a?os de investigaci¨®n, el Supremo de Brasil comienza el jueves el proceso que ha investigado el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n del mensal?o, que zarande¨® el primer Gobierno del expresidente Lula de Silva y que tiene en vilo no solo a la clase pol¨ªtica, sino tambi¨¦n a la opini¨®n p¨²blica, que ve el resultado del proceso como un test sobre el peso de la impunidad reinante en Brasil.

Seg¨²n Roberto Gurgel, procurador general de la Rep¨²blica, se trata del ¡°m¨¢s atrevido y escandaloso esquema de corrupci¨®n y de desvio de dinero p¨²blico de la historia de Brasil¡±.

Seg¨²n un informe de la Polic¨ªa Federal, la trama de corrupci¨®n llevada a cabo en 2005 por el Gobierno de Lula y su formaci¨®n, el Partido de los Trabajadores (PT), gast¨® un total de 101 millones de reales (unos 50 millones de euros) procedentes de los fondos p¨²blicos en sobornos a partidos y diputados para que apoyaran en el Parlamento al primer Gobierno de izquierdas de la democracia brasile?a. El soborno a los diputados ser¨ªa de 30.000 reales mensuales, de ah¨ª el nombre de mensal?o.

El proceso es, en n¨²meros, el mayor de la historia del Supremo de Brasil: 38 reos; 50.000 p¨¢ginas, 600 testigos interrogados por los magistrados en 42 ciudades diferentes y un ej¨¦rcito de abogados defensores con minutas millonarias.

Despu¨¦s de siete a?os de estudio, ser¨¢ tambi¨¦n el juicio que ocupar¨¢ m¨¢s tiempo: todo el mes de agosto y mitad de septiembre, con un total 90 horas divididas en 15 sesiones.

Al mismo tiempo, se trata de un proceso cuyo resultado puede tener consecuencias importantes en el futuro pol¨ªtico del pa¨ªs, ya que el Supremo juzga entre otros a Jos¨¦ Dirceu, exministro de la Casa Civil y mano derecha de Lula, considerado entonces su probable sucesor. Dirceu fue fundador del PT junto a Lula y es acusado de ser ¡°el jefe de la cuadrilla¡± que organiz¨® la trama de corrupci¨®n.

Dirceu est¨¢ acompa?ado en el banquillo de los acusados por toda la c¨²pula de entonces del Partido de los Trabajadores: presidente, secretario general y tesorero. De ah¨ª que algunos consideren el caso como un juicio a Lula y a su partido, a pesar de que el expresidente qued¨® fuera del proceso por falta de pruebas de su participaci¨®n directa.

En 2005, cuando estall¨® el esc¨¢ndalo, Lula, en un mensaje retransmitido por todas las televisiones, pidi¨® perd¨®n al pa¨ªs y se declar¨® ¡°enga?ado¡± por su partido.

El procurador general de la Rep¨²blica afirma que ¡°ha sido recogido durante el proceso un conjunto de pruebas que no deja lugar a dudas de la procedencia de las acusaciones¡±.

Sin embargo, Lula lleg¨® a afirmar a lo largo de estos a?os que el mensal?o ¡°no existi¨®¡± y que fue solo una invenci¨®n de la oposici¨®n para derribar al primer presidente "llegado del pueblo".

Ahora la palabra la tienen los 11 magistrados del Supremo, de los cuales ocho fueron nombrados por Lula y dos por la actual presidenta, Dilma Rousseff.

Lula ha sido acusado de haber influenciado y hasta en alg¨²n caso chantajeado a alguno de los magistrados para que el proceso se retrase a¨²n m¨¢s con la esperanza de que muchas de los delitos pudieran prescribir. Se les acusa de siete: formaci¨®n de cuadrilla criminal, corrupci¨®n activa y pasiva, peculado, blanqueo de dinero, evasi¨®n de divisas a para¨ªsos fiscales y fraude.

La sentencia ser¨¢ tambi¨¦n, de alguna forma, una condena o una absoluci¨®n a Lula y a su partido. De ah¨ª su importancia pol¨ªtica, que podr¨ªa influenciar la reelecci¨®n de Dilma, ya que Dirceu est¨¢ considerado como su enemigo oculto, ya que su sue?o fue siempre ser el sucesor de Lula.

Los magistrados del Supremo est¨¢n entre la espada y la pared: si condenan a Dirceu y a sus correligionarios del PT estar¨¢n condenando tambi¨¦n de alguna manera a Lula. Si los absuelven se enfrentar¨¢n a una opini¨®n p¨²blica que cada d¨ªa soporta menos la corrupci¨®n y la impunidad de la que gozan los pol¨ªticos.

Lula, sin embargo, es un pol¨ªtico muy astuto que siempre ha salido a flote de todo. Seg¨²n algunos analistas, est¨¢ preparado para su defensa en caso de condena de los suyos: fue ¨¦l qui¨¦n retir¨® de su Gobierno a Dirceu, que era su brazo derecho, y pidi¨® a los entonces responsables del partido que dejaran sus cargos, como hicieron. Alegar¨ªa haber sido, al final, solo una ¡°v¨ªctima¡± de los suyos.