El asedio a¨¦reo de Alepo acelera la huida de miles de sirios a Turqu¨ªa

La ciudad de Alepo se desangra. Y no solo por dentro. Mientras el armamento pesado de los aviones y helic¨®pteros del r¨¦gimen mantiene su f¨¦rrea ofensiva para reconquistar los barrios tomados por los rebeldes en la capital comercial de Siria, miles de sus ciudadanos huyen hacia la frontera turca para, sin fecha de salida ni billete de vuelta, abandonar su hogar. ¡°Salimos a media noche de nuestras casas en medio de los bombardeos y nos escondimos entre las calles¡±, explica Abde Rahman Haj desde el campo de desplazados improvisado a las afueras de la ciudad siria de Azaz. Rahman tom¨® un autob¨²s, junto a cuatro ni?os, su mujer y su hermana y recorrieron los 40 kil¨®metros que les separaba del pa¨ªs vecino. Ahora solo pueden esperar. ?l y los otros 4.000 sirios que a¨²n pueblan, a la sombra y sin techo donde cobijarse, la v¨ªa de salida hacia Turqu¨ªa.

En una de las rutas de escape hacia Jordania, en la zona del paso fronterizo de Tel Shihab, tropas jordanas y sirias a bordo de veh¨ªculos blindados intercambiaron disparos el viernes por la noche seg¨²n inform¨® a Reuters un activista sirio y confirm¨® a la misma agencia una fuente jordana.

Seg¨²n datos de la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), alrededor de 150.000 personas han abandonado Siria desde el inicio de la revoluci¨®n, en marzo de 2011. Solo en los ¨²ltimos siete d¨ªas, cerca de 6.000 lo hicieron a trav¨¦s de la porosa frontera turca. Y no ser¨¢n los ¨²ltimos. ¡°La situaci¨®n ha empeorado¡±, se?ala Abu Sufian, responsable de controlar el tr¨¢nsito de sirios hacia Turqu¨ªa. ¡°La guerra de destrucci¨®n que est¨¢ llevando a cabo el r¨¦gimen ha acelerado la huida¡±. Tambi¨¦n ha agilizado el desplazamiento de cientos sirios a trav¨¦s de la frontera. Seg¨²n los c¨¢lculos de Sufian, unos 6.000 ciudadanos han dejado el campo en los ¨²ltimos d¨ªas. ?De d¨®nde hu¨ªan? ¡°De Alepo y los alrededores¡±, afirma Sufian. ¡°Y en primer lugar del barrio de Saladino¡±, contin¨²a. Ah¨ª es donde rebeldes y Ej¨¦rcito mantienen a¨²n un toma y daca que no parece vaya a inclinar la balanza al bando revolucionario.

El polvo que escupe la tierra al paso de las furgonetas enga?a al ojo frente a un manto blanco de bolsas de pl¨¢stico mezclado con el verde de los olivos plantados a solo un par de kil¨®metros del control militar que se reparten el Ej¨¦rcito Libre de Siria (ESL), en un lado, y las autoridades turcas, en el otro. Es el campo Tilal el Sham, el centro de acogida al que lleg¨® Rahman con su familia. Quieren volver a Siria en cuanto puedan. ¡°Pero ni siquiera sabemos cu¨¢ndo saldremos o qu¨¦ haremos fuera¡±. Y eso no puede m¨¢s que provocar el llanto de la madre de Rahman, que escucha sentada c¨®mo su hijo, un empleado de una empresa relacionada con la medicina, afirma que detr¨¢s de ellos y en medio del bombardeo de la fuerza a¨¦rea del r¨¦gimen lo dejaron ¡°todo¡±.

El relato de Rahman se interrumpe por la llegada del 74, el autob¨²s que trae a los desplazados de Tel Rifat, una de las localidades que parten el camino que lleva desde Turqu¨ªa a Alepo. Y uno de los puntos que, un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n, bombardea la aviaci¨®n siria en una suerte de castigo progresivo sobre las posiciones de los alzados que separan Alepo de la frontera turca. ¡°Atacan a las seis y media de la ma?ana, aunque a veces tambi¨¦n lo hacen por la noche¡±, detalla Ahmed, junto a los restos de una casa partida por la mitad y reducida a escombros hace tan solo cuatro d¨ªas. ?Rebeldes en su interior? ¡°No, no, no¡±, interrumpe Ahmed, ¡°solo viv¨ªan un hombre mayor, tres mujeres y dos ni?os¡±. Murieron todos. Los vecinos de Tel Rifat que todav¨ªa rondan el lugar, un laberinto del horror salpicado de piedra blanca, simplemente creen que los aviones del r¨¦gimen disparan sin objetivo. ¡°Creen que todos los de aqu¨ª somos terroristas¡±, dice Ahmed mostrando el carn¨¦ en el que indica que es natural de Tel Rifat.

No fueron estas siete v¨ªctimas las ¨²nicas que sufri¨® en las ¨²ltimas horas esta ciudad, situada a cuatro kil¨®metros de Azaz. Decenas de vecinos de Tel Rifat se unieron ayer en el funeral de Yahia Bahyat Yammal, alcanzado por un francotirador mientras manejaba una ametralladora sobre una furgoneta en la encarnizada batalla de Saladino, barrio de Alepo del que este jueves los rebeldes se vieron obligados a salir. La otra batalla, la de la propaganda, quiso ayer, 24 horas despu¨¦s, equilibrar la contienda. Seg¨²n un portavoz del ELS, los rebeldes hab¨ªan retomado sus posiciones en Saladino. Una versi¨®n algo matizada por el comandante Abu Ali, herido en el basti¨®n de Alepo y que sostuvo, de retirada moment¨¢nea en Azaz, que est¨¢n lejos de controlar Saladino ante la arremetida del r¨¦gimen.