El ala dura del Gobierno de Israel presiona para atacar ahora a Ir¨¢n
Los halcones del Estado jud¨ªo esgrimen nuevos informes sobre el progreso del programa nuclear iran¨ª La prensa israel¨ª se hace eco de una inmediata incursi¨®n
El ministro de Defensa israel¨ª, Ehud Barak, ha confirmado el supuesto contenido del informe del espionaje estadounidense, del que a su juicio se deriva la ¡°urgencia¡± a la hora de tomar una decisi¨®n acerca de un posible ataque a Ir¨¢n. Tanto Barak, como el primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu creen que el tiempo corre en contra de Israel y que en cuesti¨®n de meses ser¨¢ demasiado tarde para evitar que Teher¨¢n tenga la capacidad de hacerse con un arsenal nuclear.
Israel, el ¨²nico pa¨ªs de la regi¨®n del que se asume cuenta con un arsenal nuclear, considera una amenaza existencial la posibilidad de que Teher¨¢n se haga tambi¨¦n con un arma at¨®mica. Teher¨¢n sostiene que su programa nuclear tiene fines civiles. Barak, para resaltar la necesidad de actuar cuanto antes, recurre a lo que llama ¡°zona de inmunidad¡±; la idea de que llegar¨¢ un momento a partir del cual el programa nuclear iran¨ª no podr¨¢ ser destruido con las bombas israel¨ªes, porque parte de su infraestructura estar¨¢ protegida bajo tierra.
¡°Todas las opciones est¨¢n todav¨ªa sobre la mesa¡±, ha dicho Barak a la radio israel¨ª. Las quinielas acerca de cu¨¢ndo, c¨®mo y si atacar Ir¨¢n son continuas en los medios pol¨ªticos y period¨ªsticos israel¨ªes. En las ¨²ltimas horas el aluvi¨®n de noticias que anuncian un ataque antes de fin de a?o ha sido, sin embargo, especialmente intenso. Ir¨¢n domina las primeras p¨¢ginas de las ediciones del fin de semana.
Nahum Barnea y Shimon Shiffer, dos de las plumas que con m¨¢s atenci¨®n se leen en Israel y que acostumbran a no equivocarse, dedican un extenso art¨ªculo en su diario, Yediot Ahronot. El texto en cuesti¨®n empieza as¨ª: ¡°Si depende de Netanyahu y de Barak, Israel atacar¨¢ las instalaciones nucleares iran¨ªes el pr¨®ximo oto?o, antes de las elecciones en EE UU¡±. Los autores contin¨²an explicando algo que en Israel casi todo el mundo sabe, que al margen de Netanyahu y de Barak, la c¨²pula del Ej¨¦rcito, del espionaje y hasta el presidente est¨¢n en contra de atacar.
El ministro de Defensa habla de la ¡°urgencia¡± de decidir sobre una ofensiva
No es que los que se oponen a un ataque piensen que el programa nuclear iran¨ª tenga como fin el uso exclusivamente civil. Es que piensan que el precio que Israel pagar¨ªa si decide lanzar una ofensiva en contra de la voluntad de Washington es demasiado grande comparado con el supuesto beneficio. Los expertos coinciden en que un ataque como el que barruntan los pol¨ªticos israel¨ªes podr¨ªa retrasar un cierto tiempo ¡ªaqu¨ª las estimaciones var¨ªan¡ª el programa nuclear iran¨ª, pero no lo eliminar¨ªa totalmente.
Desvelan tambi¨¦n los autores las conversaciones que han tenido lugar entre bambalinas, durante las sucesivas y recientes visitas de destacadas figuras de la Administraci¨®n de Obama a Israel, incluidos la secretaria de Exteriores, Hillary Clinton, y el de Defensa, Leon Panetta. Los estadounidenses han compartido con los israel¨ªes la nueva informaci¨®n que le ofrece su espionaje, y ambas coinciden en su gravedad, seg¨²n ha publicado tambi¨¦n el diario Haaretz, y ahora confirma Barak.
El Ej¨¦rcito, el espionaje y el presidente rechazan la operaci¨®n
Los informes del espionaje aseguran que Ir¨¢n ha logrado ¡°avances significativos¡± tanto en investigaci¨®n como en desarrollo de componentes clave para su supuesto programa nuclear con fines armament¨ªsticos. Si Barak y Netanyahu creen que hay que tomar una decisi¨®n lo antes posible, Washington es partidario primero de agotar la v¨ªa diplom¨¢tica, de esperar a ver qu¨¦ efecto tienen las nuevas sanciones. La proximidad de las presidenciales de EE UU, en noviembre, son otro factor clave para interpretar las mermadas ambiciones b¨¦licas de la Administraci¨®n estadounidense.
El jueves la prensa tambi¨¦n publicaba una noticia que, de confirmarse, resultar¨ªa muy reveladora del estado de creciente tensi¨®n entre EE UU e Israel a cuenta del informe iran¨ª. Yediot public¨® que durante una de sus visitas a Israel los enviados de Obama le hicieron llegar al Ejecutivo israel¨ª el siguiente mensaje: Arabia Saud¨ª le ha aclarado a la Casa Blanca que no permitir¨¢ a ning¨²n avi¨®n militar israel¨ª sobrevolar su territorio camino de Ir¨¢n, y disparar¨¢ contra los aparatos si es necesario. Seg¨²n el diario, el mensaje resulta casi irrelevante desde un punto de vista operativo, ya que el Ej¨¦rcito israel¨ª puede recurrir a la v¨ªa jordano-iraqu¨ª. La misiva resulta relevante porque puede suponer que Washington trata de disuadir a Israel de lanzar un ataque en solitario.
Mientras los pol¨ªticos en Israel debaten, la mayor¨ªa de los israel¨ªes asiste aparentemente inmutable a la posibilidad de que su pa¨ªs se embarque en una nueva guerra. La ¨²ltima encuesta publicada por el diario Maariv refleja que el 31% de los encuestados cree que si Ir¨¢n adquiere armamento nuclear, habr¨¢ un segundo Holocausto, frente al 25% que rechaz¨® esa posibilidad. Fueron tambi¨¦n m¨¢s lo que dijeron confiar en el criterio del t¨¢ndem Netanyahu-Barak ¡ª31%¡ª que los que desconf¨ªan, el 23%. Por ¨²ltimo son m¨¢s los israel¨ªes que prefieren que sea la comunidad internacional liderada por EE UU la que ataque ¡ª41%¡ª frente a una posible agresi¨®n unilateral israel¨ª ¡ª33%¡ª.
El escritor israel¨ª David Grossman se preguntaba d¨ªas atr¨¢s en un apasionado art¨ªculo en Haaretz sobre el supuesto ¡°conocimiento¡± de Barak y Netanyahu para adoptar una decisi¨®n, la de atacar, de consecuencias impredecibles: ¡°?Est¨¢ fundamentado en hechos o es subjetivo y alimentado por ansiedades, deseos y ecos de traumas pasados, de los que el primer ministro es un maestro en construir?¡±. Y se preguntaba tambi¨¦n: ¡°?Por qu¨¦ no salimos a la calle en masa para protestar ante la posibilidad de una nueva guerra lanzada por nosotros? Como el poeta Bialik dijo en otro contexto, somos nosotros los que pagaremos el precio del fuego con nuestra sangre y nuestro tu¨¦tano¡±.
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