¡°?Que Dios castigue a El Asad!¡±

El rostro duro y castigado por los a?os de Zeno Said Ali no evita, pese al dolor que lleva dentro, dejar una sonrisa de agradecimiento al que escucha su historia de horror. Tres de sus diez hijos perdieron la vida desde que la revoluci¨®n comenz¨® en marzo de 2011. Vive, junto a su familia, en Azaz, primera localidad siria desde el paso fronterizo de Turqu¨ªa. Y sigue creyendo en la revoluci¨®n. Sentada en el centro del sal¨®n de su casa relata con el detalle de un testigo imparcial c¨®mo fueron cayendo sus tres hijos. Y borda el detalle cuando recuerda a Omar, de 28 a?os. ¡°Los agentes entraron cuando ¨¦l estaba comiendo conmigo y trat¨® de escapar¡±, cuenta Said Ali, empujada en su narraci¨®n por la fuerza con la que mueve de un lado a otro sus manos.

Omar era el m¨¢s joven de los tres que fallecieron en Azaz a manos de grupos pro-Asad. Al escuchar que entraban en casa, salt¨® a la vivienda de su hermana. Con quien se encontraron entonces los secuaces del r¨¦gimen fue con Said Ali. A preguntas sobre el paradero de su hijo, esta madre de 70 a?os neg¨® tener pista alguna. ¡°Registraron la casa, encontraron una escalera que daba hacia arriba y me acusaron de dejar salir por all¨ª a terroristas [forma con la que el r¨¦gimen se refiere a los rebeldes]¡±. Said Ali no niega su adhesi¨®n a la revoluci¨®n y admite con orgullo haber dado de comer a miembros del Ej¨¦rcito Libre de Siria (ELS). ¡°Ojal¨¢ Dios ayude al ELS¡±, reitera en varias ocasiones. El grupo de asalto sali¨® tras Omar con Said Ali pis¨¢ndoles los talones para persuadirles. Lo que se encontr¨® en la puerta fue con una r¨¢faga de disparos que impactaron en la casa y dejaron varias heridas en su rodilla y tobillo.

Tras ser apresado, tan solo cuatro horas despu¨¦s, el cuerpo de Omar apareci¨® en el cementerio de la ciudad con la cara desfigurada. Los que all¨ª le vieron describen un cad¨¢ver torturado y tiroteado. Al conocer la noticia, su hermano Mahmud, de 38 a?os, se alist¨® en el ELS. Y alcanz¨® la comandancia. Una operaci¨®n de apoyo para ayudar a un grupo de desertores acab¨® con su vida. Era el tercer hijo de Said Ali muerto desde el alzamiento contra el r¨¦gimen. El primero, el mayor, Ahmed, de 42 a?os, muri¨® de un disparo en la cabeza tras, seg¨²n defiende la familia, ser delatado por fieles a El Asad como participante habitual de las manifestaciones prodemocr¨¢ticas.

?C¨®mo se siente con la revoluci¨®n tras perder a tres hijos? ¡°Que Dios destruya el r¨¦gimen¡±, zanja Said Ali.