Comienza el juicio contra 16 amish acusados de cortar barbas en Ohio
Miembros de un grupo apartado de la ortodoxia est¨¢n acusados de cr¨ªmenes motivados por el odio Los amish creen que la barba en los hombres es s¨ªmbolo de la identidad masculina
No hay mayor humillaci¨®n entre los amish que despojar a un hombre de su barba. Esta comunidad cristiana, que sigue viviendo como si estuviera en el siglo XVII -en grupos cerrados renunciando a todos los adelantos t¨¦cnicos- y la gran mayor¨ªa de sus 250.000 integrantes residen en Estados Unidos, se encuentra, una vez m¨¢s, en el punto de mira debido a un conflicto interno destapado en octubre de 2011, cuando varios miembros amish afirmaron que en el asentamiento de Bergholz (Ohio) se practicaba este tipo de castigo.
Para este grupo religioso dejarse la barba en los hombres tras el matrimonio es s¨ªmbolo de la identidad masculina, de la misma forma que su Biblia obliga a las mujeres a dejarse el cabello largo. Diecis¨¦is personas fueron detenidas, 10 hombres y seis mujeres, todas ellas, adem¨¢s, eran integrantes de un grupo disidente que se hab¨ªa traslado en 1995 a las monta?as de ese Estado a ra¨ªz de disputas de contenido religioso con otros miembros de la comunidad.
El juicio contra este grupo de amish, acusados de cr¨ªmenes motivados por el odio, ha comenzado este lunes en Cleveland (Ohio). Adicionalmente se les imputan cargos por conspiraci¨®n, manipulaci¨®n de pruebas y obstrucci¨®n a la justicia -la semana pasada un juez prohibi¨® a la Fiscal¨ªa que lleva el caso definir al grupo como secta-. La condena podr¨ªa llegar a los 20 a?os de c¨¢rcel. La elecci¨®n del jurado ha comenzado este lunes a las 11.30 de la ma?ana (17.30 en la Espa?a peninsular).
Uno de los imputados es el l¨ªder del asentamiento de Bergholz, Samuel Mullet (padre de 17 hijos), explica la agencia de Associated Press. Seg¨²n el informe de los hechos, Mullet, de 66 a?os, permiti¨® que se propinaran palizas a los que desobedec¨ªan las normas, lleg¨® a tener relaciones sexuales con mujeres con el fin de ¡°purificarlas¡± e incluso, el oto?o pasado instig¨® a sus seguidores a cortar el pelo y la barba de ¡°los supuestos pecadores¡±, acto considerado muy ofensivo en la cultura amish.
Los acusados -entre ellos cuatro hijos de Mullet y tres de sus sobrinos- se oponen claramente a que el Gobierno de Estados Unidos se haya inmiscuido en lo que para ellos simplemente son cuestiones disciplinarias internas y ¡°que por supuesto no implican un sesgo anti-amish¡±. Todos rechazan los cargos y han desestimado una oferta de acuerdo de la parte acusadora que implicaba condenas de entre dos y tres a?os. Dos de ellos han alegado que los cr¨ªmenes de odio, que pueden ser penados con la cadena perpetua, no se aplican a las disputas intrarreligiosas, seg¨²n el diario Chicago Tribune.
Mullet ha defendido su postura en varios medios y ha asegurado que ¨¦l no orden¨® los cortes pero que tampoco los detuvo. ¡°Ustedes cuentan con sus leyes ciudadanas o de tr¨¢fico. Si alguien las desobedece son castigados. ?Y yo no tengo el derecho a castigar a mi propia gente?¡±, asegur¨® este l¨ªder amish en octubre 2011. ¡°Si cada familia pudiera hacer lo que quisiera, ?qu¨¦ clase de religi¨®n ser¨ªa la nuestra?¡±, a?adi¨® entonces.
En el primero de los incidentes, el 6 de septiembre de 2011, Martin y Barbara Miller, un matrimonio que hab¨ªa abandonado Bergholz para instalarse en un pueblo cercano, fueron atacados por sus propios hijos, sus esposas y sus yernos, que hab¨ªan decidido permanecer en la comunidad liderada por Mullet, seg¨²n The New York Times. El grupo cort¨® la barba al padre de la familia y el cabello a la madre, a su vez cu?ada del l¨ªder. Seg¨²n informaba el matutino neoyorquino en octubre de 2011, poco despu¨¦s del ataque, el matrimonio se neg¨® a testificar y afirm¨® que prefer¨ªa ¡°poner la otra mejilla¡±. Aunque Los informes judiciales narran que los conflictos comenzaron en 2005, cuando se produjeron demandas por el comportamiento de Muller, seg¨²n la cadena de televisi¨®n ABC.
La ortodoxia amish se define como cristiana, y aunque tiene ra¨ªces en la Europa del siglo XVII, la inmensa mayor¨ªa de sus 250.000 integrantes vive en EE UU. En la actualidad existe una docena de grupos amish viviendo en el Condado de Holmes en Ohio, una de las comunidades m¨¢s numerosas de EE UU, seg¨²n ha explicado al diario The Washington Post el profesor de antropolog¨ªa Wooster College. ¡°Ha aumentado el n¨²mero de estas iglesias que permiten tecnolog¨ªa en su modesta y simple vida. Unas decisiones que chocan entre los miembros, incluso hay casos de j¨®venes que se han visto obligados abandonar a sus comunidades¡±, ha agregado Wooster.
Estas comunidades, sin embargo, suelen mantener relaciones de cooperaci¨®n, algo que no ocurre en el caso de la aislada secta de Bergholz, seg¨²n ha explicado al diario The New York Times el antrop¨®logo David MacConnell, experto en el grupo religioso.
La Fiscal¨ªa sostiene que los ataques de la secta de Mullet son una venganza por su fallido intento de excomulgar de la religi¨®n amish a ocho familias que abandonaron Bergholz hace unos seis a?os, seg¨²n el Chicago Tribune. Los l¨ªderes de otras comunidades intervinieron para evitarlo y desde entonces Mullet ha acumulado un gran resentimiento, seg¨²n explic¨® al diario neoyorquino el sheriff del condado de Jefferson en octubre pasado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.