El rey y los islamistas pugnan por el poder en Marruecos
Interior proh¨ªbe un acto al aire libre en el que deb¨ªa de participar el jefe del Gobierno
La convivencia entre un Gobierno encabezado por un islamista y el rey Mohamed VI hace aguas en Marruecos a los ocho meses de empezar. Las constantes fricciones entre ambas instituciones desembocan poco a poco en una crisis justo cuando el pa¨ªs empieza a padecer turbulencias econ¨®micas. La prueba m¨¢s palpable del conflicto entre el palacio real y el Gobierno que dirige Abdelila Benkiran ha sido la prohibici¨®n por la wilaya (Gobierno Civil) de T¨¢nger del acto de clausura al aire libre del s¨¦ptimo congreso de las juventudes del Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), la formaci¨®n islamista que ostenta la mitad de las carteras del Gobierno.
El propio Benkiran deb¨ªa intervenir en ese acto al que estaba previsto que acudiesen, el s¨¢bado, 2.600 j¨®venes islamistas en la plaza de las Naciones. Qued¨® prohibido ¡°por razones de seguridad y de mantenimiento del orden¡±, seg¨²n inform¨® Interior a la agencia AFP, aunque finalmente pudo desarrollarse en una sala sin capacidad para tanto p¨²blico. En la c¨¦ntrica plaza tangerina se han celebrado recientemente otros eventos culturales y la juventud islamista del PJD no se caracteriza por alterar el orden p¨²blico.
La iniciativa de Interior, un ministerio que depende en teor¨ªa de Benkiran pero que en la pr¨¢ctica obedece m¨¢s bien al soberano, parece una r¨¦plica ¡ªuna ¡°venganza¡±, afirman los j¨®venes barbudos¡ª a las soflamas que algunos oradores del PJD, ninguno de ellos miembro del Gobierno, lanzaron estos d¨ªas en T¨¢nger contra la actuaci¨®n del monarca.
Solo con escucharlos, y antes de que se produjese la prohibici¨®n de la clausura, la prensa independiente ya sac¨® sus conclusiones: ¡°Una nueva crisis aflora entre el palacio real y el PJD¡±, titulaba, por ejemplo, en portada el diario Al Massae, el de mayor difusi¨®n en Marruecos.
Abdelila Hamdiedine, un dirigente islamista, afirm¨® nada menos en el congreso que la reciente decisi¨®n de Mohamed VI, de ordenar una investigaci¨®n sobre la corrupci¨®n de polic¨ªas, aduaneros y gendarmes en las fronteras de Ceuta y Melilla y en los puertos de T¨¢nger y Nador, es ¡°inconstitucional¡±.
¡°La Constituci¨®n otorga al jefe del Gobierno y no al rey el poder de solicitar a sus ministros que abran una investigaci¨®n sobre un determinado asunto¡±, declar¨® Hamdiedine, el m¨¢s aplaudido de los oradores. ¡°No hay ninguna disposici¨®n que permita al rey dar instrucciones al ministro del Interior (¡)¡±, recalc¨® antes de arremeter contra la ¡°anacr¨®nica¡± beia, la ceremonia anual en la que los altos cargos juran fidelidad a Mohamed VI.
El soberano tom¨® esa decisi¨®n tras una reuni¨®n, que convoc¨® el 9 de agosto en Casablanca, en la que participaron dos ministros, ninguno de ellos islamista, y varios altos cargos. El jefe del Gobierno no fue invitado. Hasta ahora 180 funcionarios destinados en las fronteras septentrionales de Marruecos han sido apartados de sus puestos por sus supuestas pr¨¢cticas corruptas.
Alguna peque?a formaci¨®n de izquierdas, parte de la prensa independiente y el PJD, aunque lo suele hacer sotto voce, reprochan al palacio real hacer una lectura sesgada de la nueva Constituci¨®n, que entr¨® en vigor hace 13 meses. La Carta Magna supone, en teor¨ªa, un recorte de los poderes del rey en beneficio del jefe del Ejecutivo.
Mucho antes de que Interior prohibiese la clausura del congreso, las hostilidades ya hab¨ªan empezando. A los ataques frecuentes contra Benkiran del diario Le Matin du Sahara, considerado af¨ªn al palacio real, se a?adi¨®, a finales de agosto, el de la agencia oficial MAP cuyo director nombra el rey. ¡°El discurso de Benkiran, ?comunicaci¨®n pol¨ªtica o populismo?¡±, titulaba un comentario sin precedentes.
Mientras que la instituci¨®n mon¨¢rquica aborta la reforma de la televisi¨®n p¨²blica, para darle un toque islamista, o nombra a altos cargos, como el presidente del Tribunal de Cuentas, ignorando al jefe del Gobierno, este se queja en p¨²blico no del rey sino de sus consejeros que le asesoran mal e interfieren con la labor del Ejecutivo aunque despu¨¦s suele recoger velas. Al paso que van las cosas es posible que acabe rezongando contra el propio monarca.
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