Michelle Obama: ¡°El cambio es lento, pero al final siempre llega¡±
La primera dama destaca los ideales y el car¨¢cter del presidente como raz¨®n para su reelecci¨®n
¡°El cambio es duro, el cambio es lento, y nunca sucede de forma repentina. Pero al final llega, siempre llega¡±. Michelle Obama rescat¨® el viejo lema electoral de hace cuatro a?os, "cambio", y le dio un nuevo sentido, para convertirlo en una defensa apasionada de su marido no solo como gobernante, sino como una persona de firmes convicciones y grandes planes, inacabados, para la naci¨®n. Solo la primera dama pod¨ªa defender de ese modo, con esa convicci¨®n, al hombre al que conoce tal vez mejor que nadie, y del que dijo que merece un segundo mandato para culminar una ambiciosa agenda de reformas que garantizar¨¢ un futuro mejor a las generaciones venideras.
Michelle Obama defendi¨® las pol¨ªticas de su marido haciendo solo breves referencias a la reforma sanitaria y a las ayudas a los estudiantes para aliviar la deuda. Su principal labor fue explicar las razones por las que el presidente, por sus ideales y su car¨¢cter, merece otros cuatro a?os en la presidencia. ¡°Despu¨¦s de tanto luchar y tantos triunfos y de momentos que han puesto a prueba a mi marido de formas que nunca pude imaginar, he visto de primera mano que ser presidente no cambia tu modo de ser... revela tu modo de ser¡±, dijo la primera dama, en una de las frases m¨¢s aclamadas de su intervenci¨®n.
El de Michelle Obama fue un discurso sobre su marido, pero a diferencia del de Ann Romney en la Convenci¨®n Republicana, no fue un discurso de supeditaci¨®n
El de Michelle Obama fue un discurso sobre su marido, pero a diferencia del de Ann Romney la semana pasada, en la Convenci¨®n Republicana, no fue un discurso de supeditaci¨®n. Fue una defensa de la persona, por encima de la pol¨ªtica y del partido, desde el punto de vista de una compa?era, una madre y una esposa, en la l¨ªnea de la campa?a que hace cuatro a?os ilusion¨® a una naci¨®n entera y llev¨® a la familia Obama a la Casa Blanca. Respecto a la victoria de 2008, la primera dama dijo: ¡°Amaba la vida que hab¨ªamos construido para nuestras hijas. Amaba profundamente al hombre con el que hab¨ªa erigido esa vida. Y no quer¨ªa que cambiara si se convert¨ªa en presidente¡±.
La mujer del presidente evit¨® defender la agenda que ha hecho propia en los pasados cuatro a?os, la defensa de la comida sana y el apoyo a los veteranos de guerra. Dedic¨® todo su discurso a defender una causa, la de su marido, desde un punto de vista muy personal. Expres¨® con sinceridad sus reservas en 2008, los temores a que la vida en Washington cambiara a su familia para siempre. Pero el mensaje fue claro: Barack no ha cambiado, Barack sigue siendo el mismo. ¡°Cuando la gente me pregunta si estar en la Casa Blanca ha cambiado a mi marido, puedo decir con honestidad que, en lo que respecta a su personalidad, y sus convicciones, y su coraz¨®n, Barack Obama es a¨²n el mismo hombre del que me enamor¨¦"
Como hace cuatro a?os, cuando le present¨® formalmente ante la naci¨®n, Michelle Obama rescat¨® an¨¦cdotas personales, que evocaron la imagen de aquel Obama del pasado que a¨²n no era presidente. ¡°Aun cuando Barack era senador, y candidato a la presidencia, para m¨ª segu¨ªa siendo el chaval que me recog¨ªa para las citas en un coche tan oxidado, que pod¨ªa ver el asfalto a trav¨¦s de un agujero en la puerta lateral del asiento del copiloto. Era el chaval cuya posesi¨®n m¨¢s preciada era una mesa de centro que se hab¨ªa encontrado en la basura, y cuyo ¨²nico par de zapatos decentes eran media talla demasiado peque?os¡±, dijo, entre las risas del p¨²blico.
El mensaje fue claro: Barack no ha cambiado, Barack sigue siendo el mismo
No hubo en el discurso de Michelle Obama ni una sola menci¨®n a Mitt Romney o a los republicanos. No la necesit¨®. De trasfondo quedaba la fortuna de Romney, su vida acomodada en una familia pudiente, sus 250 millones de d¨®lares en el banco. ¡°A Barack le crio una madre soltera que lo pasaba mal para pagar las facturas, y unos abuelos que le ayudaron cuando necesitaba ayuda¡±, dijo. ¡°Mi padre estaba al cargo de un surtidor en la planta depuradora de la ciudad, y le diagnosticaron una esclerosis m¨²ltiple cuando mi hermano y yo ¨¦ramos j¨®venes... A pesar de sus desaf¨ªos, mi padre casi nunca se perdi¨® un d¨ªa de trabajo. ?l y mi madre hab¨ªan decidido darnos a mi hermano y a m¨ª el tipo de educaci¨®n con la que ellos solo pod¨ªan so?ar¡±.?
¡°Barack no ha olvidado sus comienzos¡±, culmin¨® la primera dama ahondado en esa idea de que el hombre que hace cuatro a?os logr¨® ilusionar a una naci¨®n con esperanzadoras promesas no ha cambiado. Michelle Obama se apoy¨® en sus experiencias personales, en su conocimiento de primera mano del presidente. Este, recientemente, dijo que uno de sus principales errores en el Gobierno hab¨ªa sido no saber contarle adecuadamente sus reformas a la naci¨®n. El martes, la primera dama defini¨® el contraste con los republicanos de forma clara y sencilla: ¡°Para Barack lo importante no es cu¨¢nto dinero gana, sino si puede marcar una diferencia en las vidas de los dem¨¢s". No qued¨® nada m¨¢s que decir.
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