Bill Clinton pide a EE UU que deje a Obama acabar su trabajo
El pol¨ªtico hizo una defensa clara y detallada de las reformas del presidente
Si Barack Obama necesitaba un discurso de apoyo de cara a las elecciones presidenciales de noviembre, Bill Clinton le ofreci¨® anoche a ¨¦l y a la naci¨®n la m¨¢s clara y detallada defensa de sus reformas, y la m¨¢s dura y coherente refutaci¨®n de las principales propuestas republicanas en los asuntos cruciales en esta campa?a, como la deuda p¨²blica o la reforma sanitaria. En su discurso, el expresidente explic¨® las medidas de Obama mejor de lo que lo ha hecho la Casa Blanca en los pasados cuatro a?os y en esta campa?a electoral. Y pidi¨® cuatro a?os m¨¢s para que el presidente acabe sus reformas. "No hay presidente, ni yo, ni ninguno de mis predecesores, que pudiera haber reparado el da?o que sufri¨® la econom¨ªa en solo cuatro a?os", dijo Clinton.
No hay presidente, ni yo, ni ninguno de mis predecesores, que pudiera haber reparado el da?o que sufri¨® la econom¨ªa en s¨®lo cuatro a?os" Bill Clinton
En su discurso, Clinton ofreci¨® un marcado contraste entre las propuestas de Obama y las de sus oponentes conservadores. Habl¨® de empleos, de impuestos, de la reforma sanitaria y de los programas de ayuda social del Gobierno. En todos los asuntos dio una razonada defensa de las medidas del presidente. "La cuesti¨®n m¨¢s importante es, ?en qu¨¦ tipo de pa¨ªs queremos vivir? Si queremos un pa¨ªs en el que estemos solos, en el que el ganador se lo lleve todo, deber¨ªamos apoyar a la candidatura republicana", dijo, en s¨ªntesis. "Si queremos un pa¨ªs de prosperidad compartida y de responsabilidad compartida, y una sociedad en la que todos avancemos juntos, deber¨ªamos votar a Barack Obama¡±.
El expresidente enardeci¨® a los 6.000 delegados. Su labor, formalmente, era presentar al candidato, para que votaran a favor de ¨¦l las delegaciones de los 50 Estados y los territorios norteamericanos. ¡°Vengo aqu¨ª a nominar a un hombre que parece fr¨ªo por fuera, pero que arde por Am¨¦rica por dentro¡±. Logr¨® arrancarle a los delegados una aclamaci¨®n un¨¢nime, convertida en un rugido que resonar¨¢ hasta el d¨ªa mismo de las elecciones: ¡°?Queremos cuatro a?os m¨¢s!¡±. El presidente Obama compareci¨® con ¨¦l en el escenario tras el discurso, en se?al de reconocimiento y gratitud. Ambos se fundieron en un abrazo, olvidadas viejas rencillas, unidos en la labor de seguir con la agenda de cambios iniciada en 2008. Desde las gradas les contemplaban la primera dama, Michelle Obama, y el vicepresidente, Joe Biden.
Clinton equipar¨®, con la destreza que le llev¨® en dos ocasiones a la Casa Blanca, a Mitt Romney y a su n¨²mero dos, Paul Ryan, con las pol¨ªticas de George W. Bush y el gasto exorbitante de su Gobierno. "Las pol¨ªticas republicanas cuadruplicaron la deuda p¨²blica en los ocho a?os previos a que yo accediera al Gobierno, y la doblaron despu¨¦s de que me march¨¦", dijo el expresidente. ¡°Romney quiere volver a las viejas pol¨ªticas que ya nos pusieron en apuros en un primer lugar, bajarles los impuestos a las personas de rentas m¨¢s altas a¨²n m¨¢s de lo que se los baj¨® el presidente Bush¡±, a?adi¨®. Los argumentos de unidad nacional y de reconciliaci¨®n pol¨ªtica, fundamentales en la campa?a de Obama en 2008, quedaron enterrados anoche. El de Clinton fue un discurso de partido, de defensa del ideario dem¨®crata, frente al acoso republicano de los ¨²ltimos cuatro a?os.
Aunque a menudo no estoy de acuerdo con los republicanos, nunca aprend¨ª a odiarles del modo en que la extrema derecha que ahora controla a su Partido parece odiar al presidente y a los dem¨®cratas" Bill Clinton
¡°La prioridad n¨²mero uno de los republicanos no ha sido poner a EE UU en marcha de nuevo. Ha sido echar al presidente Obama de su puesto de trabajo¡±, dijo Clinton. "Aunque a menudo no estoy de acuerdo con los republicanos, nunca aprend¨ª a odiarles del modo en que la extrema derecha que ahora controla a su Partido parece odiar al presidente y a los dem¨®cratas", a?adi¨®, con aire de incredulidad. "El Partido Republicano piensa que el Gobierno es el enemigo, y que llegar a compromisos es una debilidad". Fueron esos momentos los que m¨¢s enardecieron a un p¨²blico agradecido por encontrar una defensa tan apasionada de las razones por las que han venido aqu¨ª a Charlotte a volver a nominar a Obama, en esta Convenci¨®n.
Si las encuestas aseguran que la econom¨ªa es la principal preocupaci¨®n de los votantes, con un 8,3% de desempleo y un d¨¦ficit p¨²blico de 16 billones de d¨®lares, Clinton convirti¨® esos problemas en otra raz¨®n para defender a Obama. Se march¨® de la Casa Blanca en 2001 con super¨¢vit, y en el contexto de una bonanza econ¨®mica. ¡°El presidente comenz¨® con una econom¨ªa m¨¢s d¨¦bil que la m¨ªa¡±, dijo. "Obama hered¨® una econom¨ªa profundamente da?ada. Comenz¨® el largo camino hacia la recuperaci¨®n y coloc¨® los cimientos para una econom¨ªa m¨¢s moderna, m¨¢s equilibrada, que producir¨¢ millones de nuevos empleos, nuevos negocios, vibrantes, y nueva riqueza para los innovadores¡±.
El de Clinton fue un discurso de partido, de defensa del ideario dem¨®crata, frente al acoso republicano de los ¨²ltimos cuatro a?os
El discurso fue un cambio sustancial respecto a hace cuatro a?os, cuando Obama le gan¨® las primarias a la mujer del expresidente, Hillary Clinton. Entonces Obama y Bill Clinton eran rivales dentro del Partido. Las heridas aun estaban abiertas, por acusaciones cruzadas y maniobras de campa?a. Cuando Obama gan¨® las primarias de Carolina del Sur, Bill Clinton dijo que all¨ª tambi¨¦n hab¨ªa ganado el reverendo afroamericano Jesse Jackson en 1984. Algunos operativos de Obama acusaron veladamente a Clinton de racista, algo que crisp¨® aun m¨¢s los nervios. Clinton, finalmente, habl¨® en la Convenci¨®n de 2008, pero como mero pr¨®logo al discurso de aceptaci¨®n del vicepresidente, Joe Biden. Ayer, aquellas rencillas quedaron enterradas por un abrazo que mostr¨® a la naci¨®n la unidad del Partido Dem¨®crata.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.