Tabloides en los Alpes
Como en el caso de Madeleine McCann, la prensa inglesa ha convertido la matanza de Annecy en un crimen global
Pas¨® lo mismo en Portugal cuando la ni?a Madeleine McCann ¡ªPoor Maddie¡ª desapareci¨® en mayo de 2007 en el Algarve. Un ej¨¦rcito de periodistas brit¨¢nicos tom¨® al asalto Praia da Luz ¡ªSky News supo la noticia antes que la polic¨ªa lusa¡ª, empez¨® a regar billetes entre los vecinos, y convirti¨® la tragedia en el secuestro m¨¢s global de la historia. La preciosa ni?a rubia fue portada en los tabloides durante muchos meses, y de paso una perfecta cortina de humo para la guerra de Irak y la crisis del laborismo en el poder.
La invasi¨®n de los tabloides se repite en Chevaline, peque?a aldea alpina ba?ada por el lago Annecy. Los primeros brits llegaron la noche de la matanza, los dem¨¢s el jueves por la ma?ana. Decenas de ellos. Prensa, televisiones, radios. Y los vecinos ya saben c¨®mo se las gastan. ¡°Desde esta ma?ana a las seis estoy recibiendo diez llamadas a la hora¡±, contaba el viernes el alcalde, Didier Berthollet. ¡°Muchos me hablan de diferentes pistas, como si fuera un atentado de Al Qaeda o irland¨¦s, ?pero yo no tengo la menor informaci¨®n!¡±.
¡°La profesionalidad de la prensa brit¨¢nica ¡ªy su poder¨ªo¡ª produce complejo a los medios franceses¡±, escribe en Lib¨¦ration la enviada especial Catherine Coroller. Muy cierto, aunque tambi¨¦n produce verg¨¹enza ajena la prepotencia, la fantas¨ªa, el cinismo, la histeria y esa forma imperial de comprar informaci¨®n a cualquier precio que caracteriza a los muchachos de la prensa trash. El estilo Murdoch caus¨® graves problemas en el Algarve. El di¨¢logo con los cautos fiscales y polic¨ªas portugueses era imposible, y al final eran fuentes an¨®nimas de la polic¨ªa brit¨¢nica o exoficiales del Ej¨¦rcito quienes alimentaban a diario la ceremonia de la confusi¨®n. In¨²til y cruel constatar que, con esos mimbres, la b¨²squeda de Maddie solo pod¨ªa acabar como acab¨®.
En Annecy se est¨¢ produciendo, en menor grado de momento, un choque cultural parecido. Eric Maillaud, el fiscal republicano, se resiste a confirmar ning¨²n dato sin el respaldo de ADN o huellas; la prensa del Imperio llama a Londres y revela los nombres de las v¨ªctimas y de las menores implicadas. La prensa francesa (y la espa?ola) copia a la inglesa, y Maillaud asume que le ha ca¨ªdo encima un crimen anglo: ¡°Esa informaci¨®n parece seria, viene de la polic¨ªa brit¨¢nica¡±, dijo.
Otra semejanza con el Algarve es que el hombre que avis¨® a la polic¨ªa de la matanza ¡ªno hay testigos, a menos que los tabloides se inventen uno¡ª es tambi¨¦n ingl¨¦s. Es un ciclista que tiene casa en la zona y fue miembro de la RAF (?socorro!). El fiscal se niega a dar su nombre, pero el fontanero de Liverpool ya lo sabe.
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