La clave es la ni?a Zainab
La peque?a de siete a?os solo vio ¡°a un malo¡± en el crimen de los Alpes El fiscal del cu¨¢druple asesinato de Annecy dirige sus pistas a Inglaterra
Diez d¨ªas despu¨¦s del cu¨¢druple asesinato de Chevaline, junto al lago alpino de Annecy, donde el 5 de septiembre fueron abatidos a tiros tres miembros de la familia brit¨¢nica de origen iraqu¨ª Al Hilli y un ciclista franc¨¦s que pasaba por el lugar, la investigaci¨®n sigue estancada, el fiscal del lugar afirma que ¡°no hay sospechosos¡± y las escasas noticias que confirman los investigadores brit¨¢nicos y franceses no permiten construir un relato que ayude a entender el misterio.
La ¨²nica y buena noticia es que el testigo ocular de la matanza, la hija mayor de los Al Hilli, Zainab, de siete a?os, se ha despertado del coma farmacol¨®gico que le provocaron los m¨¦dicos tras recibir un tiro en el hombro y sufrir varios traumatismos craneales. El pasado viernes, la ni?a fue trasladada desde el hospital de Grenoble donde estaba ingresada hasta un lugar secreto de Reino Unido y, seg¨²n medios franceses, antes de marcharse cont¨® a los polic¨ªas que solo vio a ¡°un malo¡±.
El fiscal de Annecy, Eric Maillaud, un hombre parco en palabras, ha decidido actuar con una cautela tan extrema que le hace aparecer a menudo como el menos informado del caso. Los que le conocen bien dicen que es una estrategia de despiste, pero el caso es que Maillaud siempre echa balones fuera. Sobre Zainab, se limit¨® a decir que ¡°su testimonio puede ser clave, aunque lo que diga una ni?a de siete a?os no siempre es determinante, incluso si es la ¨²nica que vio algo¡±.
Fuentes oficiales solo confirmaron que, cuando se despert¨®, Zainab pregunt¨® por su hermana peque?a, Zeena, de cuatro a?os, que result¨® ilesa tras esconderse durante ocho horas bajo la falda de su madre. En la escena del crimen se encontraron hasta 25 casquillos de bala, y esto hab¨ªa alimentado la teor¨ªa de que hubiera m¨¢s de un asesino. Si solo fue un hombre, dijeron fuentes francesas, o llevaba dos pistolas o tuvo tanta sangre fr¨ªa como para recargar el arma y seguir disparando. Los tres fallecidos dentro del BMW granate de la familia eran el padre, Saad al Hilli, de 50 a?os; la madre, Iqbal, de 47, y la abuela materna, Suhaila al Allaf, de nacionalidad sueca, origen iraqu¨ª y 74 a?os de edad.
Los detectives parecen atravesar todav¨ªa la larga fase inicial de eliminar hip¨®tesis. En las ¨²ltimas horas, la pista del conflicto econ¨®mico entre el difunto Saad y su hermano Zaid por unos bienes heredados en Espa?a o Irak parec¨ªa perder peso mientras lo ganaban otras dos no mucho mejor precisadas por Maillaud: el origen iraqu¨ª del padre y su profesi¨®n: Al Hilli era ingeniero y trabajaba en una empresa aeron¨¢utica especializada en microsat¨¦lites.
Las autoridades francesas pasan visibles fatigas para lidiar con el pasado de Al Hilli, seg¨²n el fiscal: ¡°No sabemos c¨®mo trabajar con Irak de manera fiable¡±. El elemento cient¨ªfico ha disparado adem¨¢s la imaginaci¨®n de los periodistas, que no han tardado en sugerir que Saad al Hilli era un esp¨ªa. ¡°Basta de fantasear¡±, ha pedido esta semana un teniente de la Gendarmer¨ªa.
Lo que parece cierto es que, salvo que el fiscal mienta, la investigaci¨®n no avanza. El pasado jueves, Maillaud viaj¨® a Londres y pas¨® ocho horas encerrado con sus pares brit¨¢nicos y otros agentes de Surrey. Iba acompa?ado por Michel Mollin, uno de los dos jueces de instrucci¨®n del caso, y al llegar declar¨®: ¡°Somos perfectamente conscientes de que Annecy solo es el lugar fortuito de este drama y que probablemente el origen, las causas y la explicaci¨®n se hallan en Gran Breta?a¡±.
El viaje sirvi¨® para superar algunas dificultades jur¨ªdicas creadas por las diferencias entre los sistemas judiciales de los dos pa¨ªses. El fiscal no pas¨® por la casa de los Al Hilli en Claygate, que seg¨²n se ha sabido al otro lado del Canal ha sido registrada ¡°de forma muy meticulosa¡±.
El lenguaje t¨ªpico de los tabloides coincide con las primeras declaraciones televisadas del hombre que descubri¨® el crimen mientras paseaba en bici. William Brett Martin, un antiguo piloto de la Royal Air Force, due?o de una segunda residencia en la zona, ha descrito la escena a la BBC como ¡°una pel¨ªcula de Hollywood¡±.
Cont¨® que hab¨ªa mucha sangre, que el coche estaba encendido y las ruedas giraban, que el ciclista estaba tumbado delante del coche sin la bici, y luego encontr¨® a la ni?a de siete a?os ¡°titubeante, saliendo del bosque, seriamente herida¡±. Martin concluy¨®: ¡°Pens¨¦ que alguien iba a decir ¡®corten¡¯, pero lamentablemente era la vida real¡±.
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