Clegg defiende que no hay alternativa a la austeridad
El l¨ªder de los liberales dem¨®cratas reconoce ante los suyos que no queda m¨¢s remedio que conseguir que la coalici¨®n con los 'tories' aguante hasta las pr¨®ximas elecciones
Si hay en la pol¨ªtica brit¨¢nica un partido atrapado entre la realidad de la crisis y el descontento de los electores es el de los liberales dem¨®cratas. Y si hay un l¨ªder atrapado en esa misma trampa es el de los liberales, Nick Clegg. Quiz¨¢s por eso, su discurso de esta tarde en Brighton ante las bases liberales, cerrando el tradicional congreso de oto?o, ha estado marcado por el realismo. No est¨¢n los tiempos ni para m¨¢s promesas que luego no se pueden cumplir ni para euforias que no tienen ning¨²n apoyo en la realidad. Y Clegg se aferr¨® a esa regla para lanzar dos mensajes: no queda m¨¢s remedio que conseguir que la coalici¨®n con los conservadores aguante hasta las pr¨®ximas elecciones y para ello es necesario mantener la actual pol¨ªtica de ajuste ¡°porque no hay plan B¡±.
Clegg, cuyo futuro pol¨ªtico est¨¢ siempre en duda, contaba con dos ventajas: no hay ahora mismo apetito por cortarle la cabeza en este momento de transici¨®n, justo a mitad de legislatura, y no ha habido revuelta contra los recortes: las bases hab¨ªan aprobado d¨ªas atr¨¢s las pol¨ªticas econ¨®micas defendidas por la direcci¨®n.
En ese escenario, Nick Clegg se decidi¨® por un discurso breve (37 minutos) en el que quiso, sobre todo, hacer calar el mensaje de que m¨¢s vale tener problemas gobernando que seguir siendo el eterno partido protesta en la oposici¨®n: ¡°Ese partido se ha ido para no volver¡±, subray¨®, junto a mensajes como ¡°por primera vez, el futuro est¨¢ en nuestras manos¡±, o ¡°el ¨¦xito no llega r¨¢pido¡±, o al pedir a la militancia que se apriete el cintur¨®n ante la ¡°inevitable¡± realidad de que los liberales han pasado ¡°de la comodidad de la oposici¨®n a las duras realidades del Gobierno¡±. ¡°No teng¨¢is ninguna duda: si aseguramos el futuro de nuestro pa¨ªs, aseguraremos el nuestro¡±, insisti¨®, defendiendo la pol¨ªtica de austeridad econ¨®mica.
Marc¨® algunas distancias con los conservadores, como cuando asegur¨® que les obligar¨¢n ¡°a mantener sus promesas sobre el medio ambiente¡± y, sobre todo, al asegurar que no permitir¨¢ ning¨²n recorte adicional en el tipo m¨¢ximo del IRPF, que se rebaj¨® del 50% al 45%.
Los liberales est¨¢n por los suelos en las encuestas, pero la incertidumbre que rodea en estos momentos a la pol¨ªtica brit¨¢nica, no es imposible que tras las pr¨®ximas elecciones vuelvan a ser necesarios para la formaci¨®n de Gobierno. Y quiz¨¢s entonces la pareja no sean los conservadores, sino los laboristas, que en estos momentos encabezan los sondeos electorales.
Su argumento para merecer el apoyo de los votantes desencantados es que, sin ellos en el Gobierno, los recortes estar¨ªan haciendo la vida a¨²n m¨¢s dif¨ªcil a los sectores m¨¢s desfavorecidos de la poblaci¨®n. ¡°Tenemos que estar orgullosos del hecho de que hemos conseguido impuestos m¨¢s justos en tiempos dif¨ªciles¡±, dijo parafraseando el lema del congreso. Y exhort¨® a los delegados a tener fe: ¡°Os digo una cosa: Hay un futuro mejor esper¨¢ndonos. No como tercer partido, sino como uno de los tres partidos que gobiernan¡±.
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