Fern¨¢ndez responde en EE UU m¨¢s preguntas que en un a?o en Argentina
La presidenta argentina se enfrenta a las cuestiones de alumnos de la Universidad de Harvard
En Estados Unidos sucedi¨® esta semana lo que suele suceder cuando un pol¨ªtico que no est¨¢ acostumbrado a responder preguntas desagradables, por m¨¢s previsibles que parezcan, accede a contestarlas. Todo comenz¨® cuando un joven de apenas 18 a?os, estudiante de Pol¨ªtica Internacional en la Universidad de Georgetown (Washington), con camiseta gris, camisa desabotonada y gafas, tom¨® la palabra. Delante de ¨¦l ten¨ªa a la presidenta de Argentina, Cristina Fern¨¢ndez, quien hab¨ªa viajado a Estados Unidos para asistir a la Asamblea General de la ONU y aprovech¨® para pronunciar una conferencia en Georgetown (Washington) el mi¨¦rcoles y otra el jueves en Harvard (Boston).
¡ª?Gracias, gracias por haber venido, presidenta ¡ªle dijo el estudiante¡ª. Me llamo Gavin Bade, soy de Michigan y tengo una pregunta muy simple que yo s¨¦ que muchos argentinos tienen hoy: ?Por qu¨¦ nosotros los estudiantes en Georgetown tenemos la oportunidad de hablar contigo, cuando usted no habla con la prensa en la Argentina desde hace muchos a?os?
La respuesta de Fern¨¢ndez iba a dar mucho juego:
¡ª No es as¨ª. En realidad hablar, hablo todos los d¨ªas. Con la prensa hablo much¨ªsimo cuando voy a actos, me entrevistan. Lo que sucede es que en la Argentina no hablar con la prensa es no decir lo que ellos quieren escuchar; me parece que hay una gran diferencia. Cualquiera que vaya a alguno de los actos pol¨ªticos a los cuales voy en el Gran Buenos Aires (el conurbano de la capital) o en el interior del pa¨ªs¡ No hablo siempre, es cierto, no hablo todos los d¨ªas. Pero si el periodista me pregunta le respondo. Es cierto que a algunos periodistas no les gusto cuando no les respondo lo que ellos quieren, pero es parte de la libertad del que pregunta y es parte de la libertad del que responde. Adem¨¢s, te puedo asegurar que cuando se hacen preguntas en algunos ¨¢mbitos¡ Y es mentira eso de hace a?os. He hablado much¨ªsimo con periodistas acreditados en la Casa de Gobierno permanentemente; no lo hago a trav¨¦s de regulares y cada 15 ¨® 20 d¨ªas conferencias de prensa. Me gustar¨ªa que asistieras a alguna conferencia de prensa en la Rep¨²blica Argentina, donde cuando a alg¨²n periodista no le gusta algo empieza a gritar y hacer esc¨¢ndalo y cosas que realmente¡ No todos, pero le ha tocado a alg¨²n ministro por ejemplo ser respondido en la sala de conferencias de la Casa Rosada. Y lo veo a Obama cuando da conferencias, el periodista pregunta, el presidente responde y all¨ª termina. All¨¢, si no les gusta la respuesta que vos das, gritan, se enojan, patean una puerta¡ Una vez nos patearon una puerta en la Casa de Gobierno en la sala porque no les gustaba la respuesta que hab¨ªan dado.
Al d¨ªa siguiente, en Argentina sucedi¨® lo que tambi¨¦n parec¨ªa bastante probable que podr¨ªa ocurrir: Los periodistas acreditados en la Casa Rosada emitieron un comunicado en el que desmintieron las palabras de Fern¨¢ndez. ¡°La jefa del Estado dio su ¨²ltima conferencia de prensa formal el 15 de agosto de 2011. Cuando los acreditados logran acercarse a la presidenta despu¨¦s de los actos, Cristina Kirchner habitualmente no responde las preguntas¡±, se?ala el comunicado.
As¨ª que, mientras en Argentina la presidenta lleva m¨¢s de un a?o sin comparecer en conferencia de prensa, en Estados Unidos respondi¨® en apenas 48 horas a casi una veintena de preguntas. Y eso sirvi¨® para que en Harvard por primera vez un estudiante pudiera plantearle en p¨²blico lo que nadie hab¨ªa podido hacer hasta ahora: si deseaba promover una reforma de la Constituci¨®n para aspirar a presidir el pa¨ªs durante un tercer mandato. La presidenta eludi¨® responder con un s¨ª o un no y dijo que no depend¨ªa de que ella quisiera sino de que ella pudiera. No era un tema menor. Entre quienes se manifestaron hace dos semanas con sus cacerolas, las protestas m¨¢s recurrentes eran contra una posible reelecci¨®n.
Este jueves volvieron a o¨ªrse cacerolas en Buenos Aires, pero de forma mucho m¨¢s tenue y limitada. Tras las respuestas de la presidenta en Georgetown, en las redes sociales se hab¨ªa convocado a otro cacerolazo desde las nueve a las nueve y media (hora local), previsto para cuando Fern¨¢ndez comenzara a hablar en Harvard. El cacerolazo son¨® en ciertos lugares adinerados de la capital, como el barrio de Recoleta. Pero no coincidi¨® con el momento en que Fern¨¢ndez habl¨® en Harvard, ya que lleg¨® con retraso a la universidad.
Varios canales de informaci¨®n conectaron en Argentina en directo con la charla de la presidenta en Harvard, en la que tambi¨¦n le cuestionaron sobre temas espinosos como las cifras de inflaci¨®n, la libertad de expresi¨®n en Argentina, las restricciones a la compra de d¨®lares... Por primera vez en mucho tiempo Fern¨¢ndez tuvo que soportar un ambiente donde no todo el mundo sonre¨ªa y aplaud¨ªa a sus palabras. De hecho, le silbaron cuando se refiri¨® a un estudiante como ¡°tu compa?erito¡±. Y ante los silbidos, ech¨® mano de la iron¨ªa:
¡ª?Chicos, por favor, que estamos en Harvard y no en La Matanza¡ª, en referencia a una de los municipios m¨¢s pobres de la periferia bonaerense.
Pero varios estudiantes recogieron la mecha que hab¨ªa encendido Gavin Bade en Georgetown y volvieron a preguntar a Fern¨¢ndez por qu¨¦ no acced¨ªa a responder preguntas a los periodistas de su pa¨ªs. Fern¨¢ndez contest¨®: ¡°Yo hablo con millones de argentinos en los 20.000 actos adonde voy. Hablo con periodistas en Formosa, en C¨®rdoba, adonde me encuentran. ?A vos os parece que si no hubieran hablado habr¨ªa ganado con el 54%?¡±
La respuesta de Fern¨¢ndez daba a entender que ¡°hablar¡± durante un discurso ante miles de seguidores o frente a cientos de militantes listos para aplaudir en la primera inflexi¨®n de voz equivale a someterse a las preguntas de un grupo de periodistas. Pero, por primera vez, no todos los asistentes salieron convencidos.
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