Romney, urgido de un golpe de efecto en el debate presidencial
Ni siquiera la baza econ¨®mica es un terreno claro para el candidato republicano
El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Mitt Romney, afronta este mi¨¦rcoles el primer debate electoral urgido de un golpe de efecto, una carta sorpresa, que cambie bruscamente una tendencia que ahora mismo le es adversa. De acuerdo con las encuestas, Romney tiene hoy las elecciones perdidas, y no dispone, de entrada, de ninguna baza clara con la que reducir la ventaja alcanzada por Barack Obama.
Ni siquiera la econom¨ªa, que al principio de esta campa?a era el argumento casi exclusivo del Partido Republicano para recuperar la Casa Blanca, es ya un terreno favorable para la oposici¨®n. Modestos signos de recuperaci¨®n, unidos a la confusi¨®n sobre las propuestas del t¨¢ndem Mitt Romney-Paul Ryan, han eliminado la ventaja que hasta hace poco ten¨ªan los republicanos en ese campo.
Hoy Obama est¨¢ por delante tambi¨¦n en las encuestas que preguntan qu¨¦ candidato ofrece mayores garant¨ªas para la mejora de la econom¨ªa o en qui¨¦n conf¨ªa m¨¢s para mejorar su actual situaci¨®n. En todo lo relativo a impuestos, d¨¦ficit y gasto p¨²blico, los asuntos preferidos por los conservadores, los beneficios electorales para Romney parecen ahora muy escasos.
La econom¨ªa, pese a todo, seguir¨¢ siendo un tema estelar la noche del debate. Romney tiene que intentar convencer a sus compatriotas de que Obama ha fracasado en estos cuatro a?os y no ha ofrecido razones suficientes como para concederle cuatro m¨¢s. Pero, probablemente, Romney buscar¨¢ tambi¨¦n el milagro en alg¨²n otro terreno.
En todo lo relativo a impuestos, d¨¦ficit y gasto p¨²blico los beneficios electorales para Romney parecen ahora muy escasos
La pol¨ªtica exterior podr¨ªa ser uno de ellos. La opini¨®n de los norteamericanos sobre la pol¨ªtica exterior de Obama, hasta ahora muy positiva, se ha visto perjudicada, a juzgar por las encuestas, por el ataque del 11 de septiembre contra el consulado norteamericano en Bengasi, en el que muri¨® el embajador en Libia, Chris Stevens.
La primera reacci¨®n de Romney, en la que critic¨® la actuaci¨®n del presidente, se volvi¨® claramente en su contra. Pero, posteriormente, una serie de datos aportados por la investigaci¨®n han entrado en contradicci¨®n con la primera versi¨®n oficial y han hecho aparecer a la Administraci¨®n algo d¨¦bil en el manejo de este asunto.
Hasta hace poco, el Gobierno sosten¨ªa que el ataque hab¨ªa sido una reacci¨®n espont¨¢nea contra la pel¨ªcula sobre Mahoma. La propia embajadora ante la ONU, Susan Rice, lo dijo hace 10 d¨ªas. Los servicios secretos han aportado despu¨¦s datos que indican una conexi¨®n entre el ataque y grupos terroristas vinculados a Al Qaeda que operan en el norte de ?frica, quiz¨¢ la propia Al Qaeda en el Magreb, una de las secciones m¨¢s activas de esa red. El diario The Wall Street Journal, que sigue este tema de forma muy minuciosa, mencionaba el martes la posibilidad de que el ataque fuese dirigido por un extremista liberado de la c¨¢rcel en Egipto durante la revoluci¨®n de ese pa¨ªs.
La opini¨®n de los norteamericanos sobre la pol¨ªtica exterior de Obama, hasta ahora muy positiva, se ha visto perjudicada tras el ataque a la embajada en Libia
En su defensa, la campa?a de Obama dice que los republicanos tratan de politizar este caso por razones electorales. Pero, aunque eso sea cierto, tambi¨¦n lo es que el presidente llega al debate del mi¨¦rcoles en Denver con una posici¨®n poco definida en un asunto importante para la seguridad y la pol¨ªtica exterior de EE UU.
Sin embargo, el mero hecho de que se especule sobre cu¨¢l puede ser su bala m¨¢gica, es una prueba de que Romney aborda el debate en una situaci¨®n desesperada. Est¨¢ obligado a atacar, lo que, de nuevo, le coloca ante un guion que no es el que se corresponde con su naturaleza. Enfrente, adem¨¢s, tiene a alguien que no es f¨¢cil de atacar. Los debates no est¨¢n considerados la especialidad de Obama, pero el presidente posee un temple que le puede ser muy ¨²til en noches como esta.
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