Las autoridades de R¨ªo dar¨¢n nombre a las calles de las favelas pacificadas
La medida permitir¨¢ a los vecinos de estos barrios tener direcci¨®n postal
Las 22 favelas ya pacificadas de R¨ªo de Janeiro tendr¨¢n por primera vez calles con nombres. Con ello, sus habitantes se liberar¨¢n de la humillaci¨®n de vivir en una casa sin direcci¨®n, que era como vivir en la calle. Como dejar de ser ciudadano.
Las familias que viv¨ªan en las favelas en guerra y las que a¨²n viven en ellas, que son a¨²n mayor¨ªa en R¨ªo, no pueden recibir una carta en su casa, porque no tienen calles ni direcci¨®n.
A las calles de las favelas, que muchas veces son solo senderos entre matorrales o entre detritos, la gente les daba nombres por su cuenta. A veces nombres de sus abuelos. Pero no eran oficiales ni estaban escritos.
En algunas favelas las cartas o avisos a las familias llegaban todos a un determinado lugar y all¨ª ten¨ªan que ir a recogerlos. Por ejemplo, la favela Chapeau Mangueira, con 3.740 habitantes, posee una sola direcci¨®n de correos: CEP: 22010-000. All¨ª llega toda la correspondencia.
Solo a veces, la compa?¨ªa de la luz colocaba por su cuenta nombres a las calles para poder entregar los pocos recibos de la luz que eran pagados, ya que la mayor¨ªa usa los llamados gatos (conexiones ilegales).
Hasta los a?os ochenta las favelas no estaban ni registradas en los mapas de R¨ªo. Seg¨²n S¨¦rgio Magalh?es, presidente del Instituto de Arquitectos de Brasil, un decreto de 1937 prohibi¨® que las favelas apareciesen en los mapas porque las consideraban un ¡°fen¨®meno transitorio¡±, informa el diario O Globo.
Tan transitorio que desde entonces a hoy se centuplicaron hasta llegar a ser m¨¢s de mil, con m¨¢s de dos millones de habitantes. Todos ellos habitantes fantasma, sin direcci¨®n, sin identidad, sin calle donde poder ubicarles.
Algunos de los nombres por los que se conocen las calles de las favelas son emblem¨¢ticos, como el de la ¡°Avenida de la muerte¡±, porque all¨ª tuvieron lugar varias matanzas.
Los enviados de las autoridades no tienen f¨¢cil su trabajo de elaborar mapas de las favelas ya pacificadas y dar nombres a las callejuelas. Seg¨²n ellos mismos cuentan, son seguidos desde lejos por los traficantes de drogas, que prefieren que las favelas se queden sin calles y sus habitantes an¨®nimos y sin poder ser localizados, para poder actuar con mayor libertad.
De ah¨ª que el mayor regalo hoy a los moradores de las favelas ocupadas por las fuerzas del orden sea ofrecerles una direcci¨®n de correos, lo que les hace sentirse tambi¨¦n ciudadanos como los dem¨¢s habitantes de la ciudad. Una soci¨®loga que trabaja en las favelas dijo a EL PA?S: ¡°Puede ese particular parecer una nimiedad para un europeo, pero no para quien ha vivido a?os bajo la humillaci¨®n de sentirse nadie¡±.
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