El Tribunal para Yugoslavia ha acusado a 161 personas por la guerra
Creado en 1993, el TPIY juzga los cr¨ªmenes cometidos en los Balcanes en las guerras de la disoluci¨®n de la federaci¨®n en los a?os 90 Concluir¨¢ sus trabajos hacia 2016 con el cierre de procesos y apelaciones
Establecido en mayo de 1993 por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) pertenece a la categor¨ªa de cortes ad hoc, es decir, dedicadas a juzgar delitos cometidos en conflictos espec¨ªficos. En su caso, se trata de las violaciones de los derechos humanos perpetradas en las guerras de los Balcanes entre 1991 y 2001. Una crisis que amenaz¨® tambi¨¦n la seguridad en Europa y que la comunidad internacional no contuvo a tiempo. Con la vista puesta en la futura reconciliaci¨®n de los pueblos enfrentados, el TPIY ha centrado sus esfuerzos en demostrar la culpabilidad de los m¨¢ximos responsables de los peores cr¨ªmenes, ya sea genocidio o cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad. Las sentencias las dictan 16 jueces. Los estatutos no contemplan la pena de muerte.
Con sede en La Haya, el Tribunal entr¨® en vigor al d¨ªa siguiente de su constituci¨®n y aplica las normas del Derecho Internacional Humanitario. Su fiscal¨ªa (cuenta adem¨¢s con tres Salas de Primera Instancia, una Sala de Apelaciones y una Secretar¨ªa), puede investigar de oficio, o bien a partir de los informes recibidos de la ONU, organizaciones no gubernamentales y cualquier Gobierno. No tiene polic¨ªa y depende de los pa¨ªses donde puedan encontrarse los presuntos autores de los cr¨ªmenes. Aunque ha acusado a 161 personas, ello ha dado lugar a largas esperas. La m¨¢s llamativa ha sido la del exgeneral serbobosnio Ratko Mladic, que estuvo 16 a?os evitando su arresto.
Como el TPIY no puede juzgar m¨¢s que a personas, ya sea por haber ordenado, incitado, contribuido, preparado o ejecutado los cr¨ªmenes, en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas ha demostrado que nadie goza de inmunidad. Ha creado a su vez doctrina legal al calificar las violaciones y la tortura como cr¨ªmenes de guerra. Tambi¨¦n ha rechazado el concepto de obediencia debida a un superior para exculpar un crimen. El Tribunal ha hecho frente a cr¨ªticas por la lentitud y coste de su labor, abonado por todos los miembros de la ONU. De todos modos, el peor momento de su historia fue en 2006, con la muerte en su celda del expresidente serbio, Slobodan Milosevic, sin que se hubiera dictado sentencia.
Mucho antes, en 1994, el primer reo hab¨ªa sido Dragan Nikolic, comandante serbobosnio del campo de concentraci¨®n de Susica, al este de Bosnia-Herzegovina. Recibi¨® 20 a?os de c¨¢rcel por cr¨ªmenes contra la humanidad. Hasta la fecha han sido condenadas m¨¢s de 60 personas de todas las etnias balc¨¢nicas, ya fueran serbios, croatas, musulmanes bosnios o albaneses de Kosovo. Los juicios contra m¨¢s de 30 acusados siguen en marcha y se espera que el Tribunal cierre sus puertas en 2016. Para entonces habr¨¢n concluido las apelaciones de los ¨²ltimos casos, que ser¨¢n llevadas por una versi¨®n reducida de la instituci¨®n, hoy una colosal maquinaria judicial.
De los cinco fiscales jefe que han pasado por La Haya, la m¨¢s medi¨¢tica fue la jurista suiza Carla del Ponte. El actual es el belga Serge Brammertz, que ha visto llegar a la c¨¢rcel de la ONU en Scheveningen (distrito costero) al ex l¨ªder pol¨ªtico serbobosnio, Radovan Karadzic, su jefe militar, Ratko Mladic, y al ¨²ltimo de los fugitivos de la antigua Yugoslavia, el pol¨ªtico serbocroata Goran Hadzic.
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