El buen alumno, en apuros
Pocos conf¨ªan en que, incluso con el aplazamiento de un a?o otorgado en septiembre, Portugal llegue a cumplir con el 4,5% de d¨¦ficit para el a?o pr¨®ximo
Cuando muchos l¨ªderes europeos --la mayor¨ªa procedentes del sur-- alababan los eurobonos, Pedro Passos Coelho, primer ministro conservador de uno de los pa¨ªses de este ¨¢rea, Portugal, se alineaba con las tesis alemanas y se manifestaba expl¨ªcitamente en contra. As¨ª ha sido siempre. Portugal ha desempe?ado en el escenario europeo desde que Passos Coelho se erigi¨® como primer ministro portugu¨¦s, en junio de 2011, el papel de alumno ejemplar, siempre conforme (por lo menos de puertas para afuera) con las explicaciones, ¨®rdenes y hasta rega?inas de la maestra (Alemania). Hasta tal punto de que la oposici¨®n portuguesa ha acusado al Gobierno luso de defender antes los intereses de la troika que los suyos propios. La estrategia de Passos Coelho fue siempre clara: tratar de apartarse del caos griego e intentar que su pa¨ªs se viera en el extranjero como un Estado serio, sin los desgarros sufrientes de Atenas.
S¨®lo una vez la voz de Passos Coelho se alz¨® para advertir y prevenir a sus socios europeos: fue en junio de este a?o, cuando Rajoy se jact¨® de que el rescate bancario espa?ol no acarrear¨ªa condiciones da?inas para Espa?a. Passos Coelho asegur¨® entonces que estudiar¨ªa la letra peque?a de ese rescate a fin de que cualquier ventaja a Espa?a fuese autom¨¢ticamente trasferida al rescate portugu¨¦s, pedido y concedido en mayo de 2011 por un valor de 78.000 millones de euros. As¨ª que ante un eventual rescate espa?ol, sea virtual o real, es previsible que Portugal se abalance sobre las condiciones para calibrar en qu¨¦ puede mejorar su situaci¨®n.
Passos Coelho llega a la Cumbre Europea con los deberes cumplidos pero el pa¨ªs revuelto. El buen alumno se encuentra en apuros pol¨ªticos con el partido con el que forma coalici¨®n gubernamental a causa de la brutal subida de impuestos propugnada por el ministro de Finanzas y la protesta?crece en la calle: hay convocadas ya varias manifestaciones (una el pr¨®ximo 12 de noviembre, coincidiendo con la visita oficial a Lisboa de Angela Merkel) y fijada una huelga general para el 14 de noviembre.
Es cierto que en la ¨²ltima inspecci¨®n de la troika, en septiembre, ¨¦sta accedi¨® a otorgar a Portugal un a?o m¨¢s de plazo para cumplir el d¨¦ficit. Este a?o no ha supuesto un relajamiento en el ajuste general que sufre el pa¨ªs ya que, a cambio de ese a?o de plazo, y para contentar a la troika, Passos Coelho sigue con la pol¨ªtica de austeridad a machamartillo, asegurando a las cada vez m¨¢s voces cr¨ªticas que se levantan contra ella que no le queda otro remedio ya que su Gobierno goza de muy poco margen de maniobra. Consecuencia de esto es el presupuesto recientemente entregado a la Asamblea de la Rep¨²blica, el m¨¢s restrictivo y duro de la reciente historia portuguesa. Desde la izquierda (y tambi¨¦n desde la derecha, ya que ex ministros conservadores de Finanzas han salido a la palestra) se le exige al Gobierno portugu¨¦s que renegocie en Europa los intereses de la deuda y que pida a¨²n m¨¢s tiempo a fin de que el ajuste draconiano y la brutal carga fiscal no estrangule definitivamente el consumo en Portugal. Es decir: que ampl¨ªe a codazos su margen de maniobra. Hasta ahora, Passos se ha negado a exigir ni m¨¢s tiempo ni m¨¢s dinero, insistiendo en su papel de perfecto alumno que jam¨¢s cuestiona una directriz. Pero pocos conf¨ªan en que, incluso con el plazo de un a?o otorgado en septiembre, Portugal llegue a cumplir con el 4,5% de d¨¦ficit para el a?o pr¨®ximo.
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