Lisboa calcula las consecuencias del rescate espa?ol
Portugal mira con atenci¨®n el reflejo de la cumbre en el vecino, su principal socio econ¨®mico
Acostumbrados los portugueses a ser protagonistas de las malas noticias y a situarse siempre en el ojo del hurac¨¢n macroecon¨®mico en Europa, resalta el titular de hoy del Di¨¢rio de Not¨ªcias, que da la impresi¨®n de que fue escrito con cierto alivio ir¨®nico: ¡°La cumbre, m¨¢s preocupada con Madrid que con Lisboa¡±. La cr¨®nica que lo acompa?a describe c¨®mo los rumores y filtraciones sobre la petici¨®n (o no) de un rescate por parte de Espa?a circunscribieron buena parte de las conversaciones llevadas a cabo ayer en los pasillos de la cumbre. Un diplom¨¢tico portugu¨¦s que no quiso dar su nombre explicaba que, a su juicio, Rajoy trata hasta el ¨²ltimo momento ¡°de no querer ser visto a los ojos de un alem¨¢n como un griego¡±.
El editorial tambi¨¦n est¨¢ dedicado en buena medida a Espa?a. Titulado ¡°Una buena cabezoner¨ªa¡±, asegura: ¡°La aparente duda de Mariano Rajoy en pedir ayuda no debe ser entendida como el t¨ªpico reflejo del proverbial orgullo castellano. Obedece a un intento de clarificar el modo futuro de operar de las instancias comunitarias de combate de la deuda excesiva en la zona euro¡±. Y concluye: ¡°De lo que se trata es de separar el funcionamiento de los bancos en apuros del apoyo a las cuentas p¨²blicas. Irlanda tiene mucho para ganar con una renegociaci¨®n de su programa de asistencia [rescate]. Y Portugal, tambi¨¦n¡±.
Las consecuencias perjudiciales para Espa?a del retraso en la uni¨®n bancaria y la supervisi¨®n ¨²nica del Banco Central Europeo tambi¨¦n han sido objetos de cr¨®nicas, comentarios y reportajes hoy por la ma?ana, tanto en televisi¨®n como en ediciones en internet de los principales peri¨®dicos portugueses. As¨ª, por ahora, Portugal mira m¨¢s el reflejo de la cumbre en el vecino poderoso (su principal socio econ¨®mico despu¨¦s de todo) que en su propia incidencia en el pa¨ªs. Portugal, despu¨¦s de todo, vive a¨²n inmerso en la discusi¨®n del presupuesto m¨¢s draconiano de la historia, presentado hace unos d¨ªas en el Parlamento. Un ejemplo de esto: el primer ministro portugu¨¦s, el conservador Pedro Passos Coelho, se ha limitado, hasta ahora, a asegurar por en¨¦sima vez, en Bucarest, que Portugal ¡°no pedir¨¢ ni m¨¢s tiempo ni m¨¢s dinero¡± a Europa para alcanzar el objetivo de d¨¦ficit.
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