El matrimonio gay, ausente en la campa?a electoral de EE UU
Son estas las primeras elecciones en las que un candidato apoya la plena igualdad de derechos
Estas son las primeras elecciones en la historia de Estados Unidos en las que un candidato apoya la plena igualdad para personas homosexuales, pero nadie lo dir¨ªa. En mayo, el presidente Barack Obama dijo que cree que las parejas gais deber¨ªan poder casarse como las heterosexuales. El republicano Mitt Romney, por su parte, se opone tanto al matrimonio gay como a las uniones civiles. Sorprendentemente, el asunto no se ha convertido en un punto central en la campa?a. No se ha sacado a colaci¨®n en ning¨²n debate. Ni es una parte central en los m¨ªtines de los candidatos.
Una encuesta de Gallup, publicada este viernes, asegura que el 3,4% de los adultos de EE UU se identifica como homosexual, bisexual o transexual. Es el mayor estudio sobre identificaci¨®n sexual realizado en el pa¨ªs, y se ha efectuado con 121.000 entrevistas. La base de votantes homosexuales, por lo tanto, no tiene el suficiente peso como para que Obama haga campa?a enarbolando la bandera de su apoyo a las uniones gais. Su Administraci¨®n, sin embargo, ha sido la que m¨¢s ha favorecido a ese grupo de poblaci¨®n en la historia norteamericana.
Obama, como presidente, ha dejado de defender en los tribunales una ley que ilegaliza el matrimonio gay a nivel federal. Ha cancelado las deportaciones de aquellos inmigrantes sin papeles que se hayan casado con norteamericanos de su mismo sexo en cualquiera de los seis Estados de EE UU donde las uniones gais son legales. Y ha levantado la prohibici¨®n a los gais de servir de forma abierta en las fuerzas armadas norteamericanas. Ha hecho, en suma, todo lo que estaba a su alcance con el uso exclusivo de la autoridad ejecutiva.
Romney se halla en el lado opuesto del espectro pol¨ªtico. No siempre ha sido as¨ª. Cuando se enfrent¨® en 1994 a Ted Kennedy en las elecciones a senador por Massachusetts, escribi¨® una carta a un lobby gay conservador en la que dijo: ¡°Estoy m¨¢s convencido que nunca de que, a medida que buscamos establecer la plena igualdad entre los ciudadanos gais y lesbianas de Norteam¨¦rica, yo ser¨¦ m¨¢s efectivo que mi oponente¡±. En las elecciones a Gobernador de 2002 lleg¨® a difundir anuncios en que felicitaba a los homosexuales de Massachusetts en la celebraci¨®n del orgullo gay. Todo aquello cambi¨® el 18 de noviembre de 2003.
En aquella jornada, el Tribunal Supremo de Massachusetts legaliz¨® el matrimonio gay en ese Estado. Fue el primero en todo el pa¨ªs en hacerlo. Fue una decisi¨®n pionera, que lleg¨® solo despu¨¦s de que esas uniones se aprobaran en Holanda y en B¨¦lgica. En aquellos meses Romney ya jugaba con la idea de ser Gobernador de un solo mandato, para aspirar a la presidencia de la naci¨®n. A sabiendas de que sus electores en periodo de primarias ser¨ªan muy conservadores, Romney decidi¨® convertirse en un cruzado en contra de la causa del matrimonio gay. Como Gobernador no pod¨ªa hacer nada por vetar la decisi¨®n judicial, pero hizo una intensa campa?a en su contra.
En 2005, en un encuentro de votantes republicanos en Carolina del Sur, que se emiti¨® en varias cadenas de televisi¨®n, dijo: ¡°Hoy, parejas del mismo sexo se casan legalmente en Massachusetts. Algunos tienen hijos nacidos de ellos mismos. Se nos ha pedido que cambiemos los certificados de nacimiento para quitar las palabras padre y madre y para que pongamos progenitor A y progenitor B. Es algo err¨®neo en negro sobre blanco. Es algo err¨®neo como idea. Todos los ni?os merecen tener una madre y un padre¡±.
Ese es el Mitt Romney que llega ahora a la recta final de las elecciones presidenciales. Hizo suya la causa ultraconservadora en las primarias. Ahora, sin embargo, debe apelar al votante independiente y moderado. Por eso no ataca a Obama en el asunto de las uniones gais. Tampoco es un asunto que parezca destinado a decidirse pol¨ªticamente. El jueves, una tribunal de apelaciones decidi¨® que la ley que ilegaliza el matrimonio gay a nivel federal es inconstitucional. Con toda seguridad, deber¨¢ ser el Tribunal Supremo quien decida sobre el asunto.
En mayo, una encuesta de Gallup revel¨® que, por primera vez en la historia, m¨¢s de la mitad de los norteamericanos se muestran favorables a legalizar las uniones gais. Un sondeo m¨¢s reciente, publicado el jueves por el centro de estudios Pew, revel¨® que un 52% de los votantes hispanos, tambi¨¦n mayor¨ªa, apoyan ese tipo de uniones. Sin embargo, Obama no hace de ¨¦l bandera. En sus m¨ªtines hace menci¨®n, de pasada, a su defensa de los derechos de los gais, pero no ahonda en sus reformas.
El presidente s¨ª que saca el asunto a relucir en reuniones m¨¢s peque?as, cuando acude a actos de recaudaci¨®n de fondos frecuentados por activistas. Obama defiende sus gestiones en cuanto a derechos de los gais en las millonarias cenas con la directora de la revista Vogue, Anna Wintour; las actrices Sarah Jessica Parker y Eva Longoria, o el magnate cinematogr¨¢fico Harvey Weinstein. Tiene su l¨®gica: el asunto es importante en bastiones dem¨®cratas en California o Nueva York, pero aun es muy divisorio en Estados cruciales como Ohio o Florida.
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