La guerra de Afganist¨¢n caldea el ¨²ltimo debate presidencial en EE UU
La guerra es uno de los asuntos que Obama y Romney abordar¨¢n en el ¨²ltimo cara a cara esta noche
El vicepresidente Joseph Biden describi¨® la ¨²ltima estrategia de la Adiministraci¨®n Obama en t¨¦rminos deliberadamente descarnados en su debate con el representante (y candidato republicano a la vicepresidencia) Paul Ryan: "Nos iremos de Afganist¨¢n en 2014, punto". Ryan no discuti¨® ese plazo pero insisti¨® en un peque?o margen de maniobra al decir que Mitt Romney consultar¨ªa con sus generales sobre los plazos, los recursos y las condiciones sobre el terreno para impedir poner en riesgos los logros de Estados Unidos en un conflicto que empez¨® en 2001.
Sorprendentemente, este intercambio hace 11 d¨ªas puede haber sido la discusi¨®n m¨¢s sustanciosa durante toda la campa?a electoral sobre c¨®mo gestionar el conflicto m¨¢s duradero en la historia estadounidense. No era una discusi¨®n sobre los objetivos que EEUU deber¨ªa tener sino sobre cu¨¢n r¨¢pido salir de all¨ª.
No obstante, tanto para el presidente Obama como para Mitt Romney, hallar una salida satisfactoria a la guerra en Afganist¨¢n y mantener la influencia estadounidense en la permanente guerra encubierta en Pakist¨¢n ser¨¢ un desaf¨ªo mucho mayor que simplemente decidir cu¨¢ndo apaga la luz, o bajar¨¢ su intensidad, en el esfuerzo b¨¦lico despu¨¦s de 2014. gestionar el coflicto mientras EEUU se dirige hacia la salida requerir¨¢ que el pr¨®ximo presidente tome decisiones dif¨ªciles, alguna de las cuelas pueden salir a relucir en el tercer y ¨²ltimo debate presidencial, este lunes (madrugada del martes en la Espa?a peninsular), en el que Afganist¨¢n es uno de los cinco asuntos que ambos candidatos discutan.
Incluso tras m¨¢s de una d¨¦cada de conflicto, las decisiones que se requieren ser¨¢n dolorosas; ?Seguir¨¢ Estados Unidos entrenando al Ej¨¦rcito afgano incluso si los ataques verde contra azul -en los que las tropas afganas van contra sus instructores- siguen causando bajas? ?Trabajar¨¢ el pr¨®ximo presidente a trav¨¦s de cada vez m¨¢s hostil presidente afgano, Hamid Karzai, o le circunvalar¨¢ en vista de que se supone que abandonar¨¢ el cargo m¨¢s o menos cuando salgan las tropas estadounidenses? ?Seguir¨¢ intentando negociar con los talibanes o haciendo presi¨®n para mantener un presencia duradera de 10.000-15.000 soldados dentro de Afganist¨¢n?
Incluso si el pr¨®ximo presidente negocia la presencia a largo plazo de EEUU en Afganist¨¢n -una parte del plan de la Administraci¨®n que el se?or Biden nunca reconoci¨® en el debate-? bastar¨¢ para evitar que los talib¨¢n tomen ciudades estrat¨¦gicas? Perpetrar¨¢ ataques dentro de Pakist¨¢n contra los insurgentes y, si es necesario, le permitir¨¢ a Estados Unidos responder lo suficientemente r¨¢pido si el arsenal nuclear paquistan¨ª parece estar en peligro de caer en manos extremistas?
Bajo todas estas preguntas subyace una m¨¢s fundamental: ?Merec¨ªa el aumento de tropas de Obama, que oficialmente concluy¨® el mes pasado, el coste en sangre americana y dinero? El se?or Obama ha evitado la discusi¨®n a lo largo de la campa?a. Cuando el llamado aumento de tropas concluy¨®, devolviendo el nivel de fuerzas a su nivel preaumento de 68.000, nunca lo admiti¨® quiz¨¢ para evitar recordar a los estadounidenses que tantas tropas segu¨ªan sobre el terreno o incluso para evitar recordar a los talibanes que incluso esas tropas se ir¨¢n.
Por su parte Romney raramente ha profundizado en la cuesti¨®n de c¨®mo gestionar¨ªa la guerra de manera diferente. En enero, intentando apelar a su base conservadora, declar¨®: "Debemos negociar con los talibanes, debemos derrotar a los talibanes", a?adiendo que su estrategia consistir¨ªa en "vamos a todos los rincones donde est¨¢n y los matamos". despu¨¦s de que sus asesores le alertar¨¢n de que sonaba como una receta para una guerra interminable, no ha vuelto ha repetir esa declaraci¨®n.
La realidad a la que se enfrentar¨¢ el pr¨®ximo presidente es bastante sombr¨ªa. Altos cargos aseguran que el pr¨®ximo ocupante de la Casa Blanca tendr¨¢ que afrontar el hecho de que Estados Unidos y sus aliados se retiran, de que los talibanes retomar¨¢n el control sobre territorio por el que las tropas estadounidenses han luchado y han muerto.
"Cuando miremos el mapa en dos a?os, los talibanes estar¨¢n controlando grandes franjas rurales en el sur", dice un alto cargo de la Administraci¨®n. "Y eso es algo de lo que nadie quiere hablar mucho".
Quiz¨¢ no deber¨ªa sorprender que en la campa?a haya habido tan poco debate sobre Afganist¨¢n: A Obama le persiguen las suposiciones aparentemente razonables de 2009 sobre c¨®mo resultar¨ªa el aumento de tropas, que finalmente acabo de manera b¨¢sicamente fallida. Y el se?or Romney deber¨¢ decidir antes o despu¨¦s si su llamamiento a restaurar el liderazgo estadounidense, del que habla casi a diario en cada una de sus paradas, implica extender una guerra que se ha vuelto muy impopular incluso entre los republicanos.
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