Florida, el premio gordo de la campa?a
Obama aborda un marat¨®n de 8.500 kil¨®metros por los estados que decidir¨¢n las elecciones
En este marat¨®n de m¨¢s de 8.500 kil¨®metros con el que Barack Obama da el empuj¨®n final a su campa?a en los puntos m¨¢s determinantes, el presidente ha recorrido ocho estados en dos d¨ªas, ha participado en seis m¨ªtines, acudi¨® al programa de Jay Leno en Los ?ngeles, se desplaz¨® a Chicago por votar por adelantado y mantuvo dos mega llamadas telef¨®nicas colectivas con 17.000 votantes indecisos y con 9.000 voluntarios de su campa?a desde el asiento del Air Force One, donde pas¨® la noche antes de aterrizar el jueves aqu¨ª, en Tampa, en el estado de Florida.
El esfuerzo es proporcional a lo que est¨¢ en juego en esta fase cr¨ªtica de la campa?a electoral, que se est¨¢ decidiendo en estas horas y en lugares como este, Ybor City Park, el coraz¨®n de un ¨¢rea que en el siglo XVI fue abierta a la conquista por Hernando de Soto y que hoy, con tres millones de habitantes, es uno de los principales campos de batalla por la presidencia de Estados Unidos.
¡°Estamos avanzando en todo. El paro baja, la econom¨ªa crece. No podemos permitirnos volver a las pol¨ªticas que nos metieron en esta crisis. No podemos retrasar el reloj 50 a?os para las mujeres, para los inmigrantes, para los gays. Por eso les pido su voto para un segundo mandato como presidente de EEUU¡±, dijo Obama en Tampa. ¡°Florida, ustedes me conocen, ustedes saben que pueden confiar en m¨ª, que hago lo que digo y digo lo que hago¡±.
Desde Florida a Virginia, y de ah¨ª a Ohio, para completar el tr¨ªo fundamental de los llamados swing states, los que oscilan con m¨¢s facilidad entre uno y otro partido y deciden el resultado. Entre los tres juntan 60 votos de los 270 que se requieren para obtener la mayor¨ªa en el Colegio Electoral, el cuerpo que designa al ganador de las elecciones. De los tres, Florida es el que mayor premio otorga (29 representantes), pero tambi¨¦n el m¨¢s dif¨ªcil, por su extensi¨®n y la complejidad de su electorado.
Ning¨²n estado resume como Florida la diversidad racial, social y cultural de Estados Unidos. La campa?a electoral aqu¨ª supone, en realidad, una serie de diferentes campa?as para cada uno de los grupos electorales que integran este territorio: hispanos (con distintos or¨ªgenes y tendencias entre ellos), jubilados, jud¨ªos, j¨®venes y familias suburbanas, las que habitan en las zonas residenciales que rodean las grandes ciudades.
Mitt Romney es hoy ligero favorito a la victoria, pero los dem¨®cratas, no solo no dan el Estado por perdido, sino que, animados por encuestas en las que la ventaja del candidato republicano est¨¢ dentro del margen de error, y por c¨¢lculos propios, seg¨²n los cuales disponen de mayor capacidad de movilizaci¨®n en los ¨²ltimos d¨ªas, conf¨ªan a¨²n en repetir la sorprendente victoria que Obama tuvo en 2008, por menos de tres puntos. Una derrota de Romney en Florida ser¨ªa pr¨¢cticamente letal. Ya sab¨ªa de la trascendencia de este estado cuando decidi¨® organizar la ¨²ltima convenci¨®n republicana precisamente aqu¨ª, en Tampa. Si a los 237 votos electorales que Obama tiene pr¨¢cticamente asegurados ahora, a?adiese los 29 de Florida, su contrincante estar¨ªa obligado a ganar en todos los dem¨¢s estados actualmente indefinidos, una proeza.
Obama tiene diversas v¨ªas hacia la victoria que no pasan por Florida. Pero Romney est¨¢ obligado a un triunfo que, aunque posible, ser¨¢ costoso. Este es un estado de un comportamiento electoral muy irregular. No hay m¨¢s que recordar lo sucedido en el a?o 2000, cuando el Tribunal Supremo tuvo que deshacer el empate que el recuento de papeletas electorales era incapaz de resolver ¨Clo que, en ¨²ltima instancia, convirti¨® a George W. Bush en presidente-, para entender lo ajustado que puede llegar a ser el resultado final.
Ning¨²n estado resume como Florida la diversidad racial, social y cultural de Estados Unidos
Las elecciones aqu¨ª se juegan en tantos frentes y con ingredientes tan diferentes que, realmente, cualquier cosa puede ocurrir el 6 de noviembre. Tomemos, por ejemplo, el caso de los hispanos, el grupo en el que, igual que en Colorado y Nevada, Obama cuenta para que le d¨¦ el triunfo. En Florida, especialmente en el sur del Estado, existe una representaci¨®n, mayor o menor, de pr¨¢cticamente cada uno los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina. A los cubanos que llegaron desde el triunfo de la revoluci¨®n, y que son los que le han dado las se?as de identidad a Florida, se han ido sumando posteriormente colombianos, haitianos, dominicanos y, en los ¨²ltimos a?os, venezolanos.
El predominio de exiliados cubanos hasta hace poco orientaba el voto hispano claramente en direcci¨®n republicana. Pero, la suma de otras comunidades, unido al hecho de que los j¨®venes cubanos nacidos aqu¨ª no comparten ya un¨¢nimemente la ideolog¨ªa de sus padres ¨CObama gan¨® en 2008 en Hialeah, una de las principales ciudades cubanas del sur-, hace su comportamiento electoral m¨¢s imprevisible. Sobre todo, por el creciente protagonismo adquirido por los puertorrique?os, que han doblado su n¨²mero en la ¨²ltima d¨¦cada y son ya m¨¢s de 850.000, cerca de los 1.200.000 cubanos.
Una derrota de Romney en Florida ser¨ªa pr¨¢cticamente letal
Los puertorrique?os, que suelen ser votantes dem¨®cratas, han tenido hasta ahora poco inter¨¦s en participar en las elecciones, pero su respuesta esta vez puede ser decisiva. En un estado en el que la victoria puede depender de unos pocos miles, qui¨¦n sabe si cientos, de votos, un colectivo de cerca de un mill¨®n inclinado a votar dem¨®crata es una mina de oro. No por casualidad, el Partido Dem¨®crata ha nombrado como coordinadora de campa?a para los hispanos a Betsy Franceschini, que naci¨® en Puerto Rico.
Romney cuenta con compensar lo que pierda entre los hispanos con los votantes blancos del suburbio ¨CFlorida es uno de los estados de mayor crecimiento poblacional y, por tanto, uno de los principales escenarios de la burbuja inmobiliaria-, golpeados por la crisis econ¨®mica y sus efectos en el empobrecimiento de la clase media. Y cuenta tambi¨¦n con obtener la mayor¨ªa entre los pensionistas que, desde hace tiempo, se instalan masivamente en este c¨¢lido litoral.
Sin embargo, ese grupo, conservador por naturaleza, se ha hecho ahora un poco m¨¢s reacio por culpa de la presencia de Paul Ryan en el ticket republicano. La m¨¢s famosa iniciativa de Ryan, un halc¨®n contra el d¨¦ficit p¨²blico, en el Congreso ha sido una reforma presupuestaria que incluye la transformaci¨®n del Medicare, el programa de ayuda sanitaria a los jubilados. Para ¨¦stos, Medicare es una l¨ªnea roja que nadie puede cruzar. Desde su nombramiento como candidato a la vicepresidencia, Ryan ha corregido algunos de sus planes iniciales, que apuntaban hacia la privatizaci¨®n de ese servicio, y el propio Romney ha tenido que declarar que no comparte el punto de vista de su compa?ero de candidatura en esa materia. Pero el recelo ha quedado ah¨ª, y es dif¨ªcil anticipar su efecto final.
Ambas candidaturas han gastado en Florida m¨¢s que en ning¨²n otro lugar del pa¨ªs. Pero el premio es muy alto. Para Obama, una casi garant¨ªa de su permanencia en la Casa Blanca
Buena parte de esos pensionistas son jud¨ªos, lo que hasta hace poco supon¨ªa un factor que los inclinaba hacia el Partido Dem¨®crata, pero que ahora, despu¨¦s de instalado el prejuicio de que Obama ha tenido malas relaciones con Israel, puede jugar a favor del Partido Republicano.
Pescar votos en medio de este complejo panorama es dif¨ªcil y caro. Las dos candidaturas han gastado en Florida m¨¢s que en ning¨²n otro lugar del pa¨ªs. Pero el premio es muy alto. Para Obama, el gordo, una casi garant¨ªa de su permanencia en la Casa Blanca. Para Romney, la seguridad de que puede estar con posibilidades hasta el ¨²ltimo momento de la noche electoral. Si es como en 2000, incluso semanas o meses despu¨¦s.
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