Por un nuevo enfoque de la guerra contra las drogas
Expertos mexicanos cuestionan la estrategia represiva del tr¨¢fico de estupefacientes
A un siglo de la aprobaci¨®n en 1912 de la Convenci¨®n Internacional contra el Opio y despu¨¦s de casi 50 a?os de prohibici¨®n y represi¨®n de la oferta y la demanda de drogas ilegales el consenso global sobre esta aproximaci¨®n al problema se ha roto. Los beneficios han sido escasos y los costes muy elevados. Partiendo de esta premisa, un grupo de expertos mexicanos, pa¨ªs que vive en primera l¨ªnea y en carne propia la tragedia del narcotr¨¢fico, presentaron el mi¨¦rcoles el libro Informe Jalisco. M¨¢s all¨¢ de la guerra contra las drogas en el que plantean una reflexi¨®n multidisciplinar sobre el narcotr¨¢fico m¨¢s all¨¢ de la violencia y la inseguridad.
Coordinado por el escritor H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn, director de la revista Nexos, y otros especialistas y con el apoyo del gobernador del Estado de Jalisco, Emilio Gonz¨¢lez M¨¢rquez, el informe aborda las dimensiones econ¨®micas, legales, sanitarias y de opini¨®n p¨²blica del problema suscitando el debate de que la estrategia actual contra las drogas debe cambiar. El volumen es tambi¨¦n una suerte de libro blanco sobre el fen¨®meno en M¨¦xico, repleto de informaci¨®n y gr¨¢ficos, de imprescindible consulta para quien est¨¦ interesado.
La dimensi¨®n del mercado de estupefacientes en M¨¦xico est¨¢ en torno a los 8.000 millones de d¨®lares al a?o
Durante la presentaci¨®n del informe, Aguilar Cam¨ªn abog¨® por ¡°una revisi¨®n internacional del consenso prohibicionista de las drogas, algo para lo que M¨¦xico tiene la autoridad moral para hacer¡±, y por debatir sin complejos su legalizaci¨®n o al menos su despenalizaci¨®n o regulaci¨®n. ¡°Es un problema m¨¢s grande que el de la seguridad, que exige un enfoque que no sea solo punitivo, que no sea solo una visi¨®n policial, sino social y de convivencia¡±, afirm¨®. El Gobernador de Jalisco subray¨® que hab¨ªa que poner el ¨¦nfasis ¡°en la prevenci¨®n y en la educaci¨®n¡±. Como demuestra el libro, hasta ahora los pa¨ªses han invertido una cantidad brutal de dinero en la represi¨®n de la oferta, muy superior a la empleada en reducir la demanda.
El analista Eduardo Guerrero defendi¨® la necesidad, en el caso de M¨¦xico, de ¡°nacionalizar¡± la pol¨ªtica antidrogas, involucrando a los Estados y municipios, -siendo ¨¦stos ¨²ltimos los m¨¢s d¨¦biles de la cadena para enfrentarse a la situaci¨®n- y de mejorar la informaci¨®n local sobre el problema.
El Informe Jalisco acota, en un terreno lleno de exageraciones y opacidades, el tama?o del desaf¨ªo, empezando por la dimensi¨®n del mercado de estupefacientes en M¨¦xico, que cifra en torno a los 8.000 millones de d¨®lares al a?o. Una cantidad astron¨®mica comparada ¡°con los 300 d¨®lares que gana un polic¨ªa al mes, los 500 que cobra un sicario por matar a alguien o los 522 millones aprehendidos al narcotr¨¢fico en los ¨²ltimos cuatro a?os¡±. Solo 54 criminales han sido sentenciados por lavado de dinero entre 2004 y 2010 en este pa¨ªs. Mientras, los beneficios del narcotr¨¢fico se disparan: un kilo de marihuana en M¨¦xico vale 80 d¨®lares pero al atravesar la frontera con EE UU puede alcanzar los 1.920. Un kilo de hero¨ªna duplica su valor hasta los 71.000 d¨®lares cuando cruza el R¨ªo Bravo y uno de coca¨ªna que sale de Colombia, Per¨² o Bolivia a un precio de 2.340 d¨®lares puede alcanzar en las calles del gigante del norte hasta los 180.000 d¨®lares.
EE UU, Europa occidental y Rusia son los grandes consumidores
EE UU, Europa occidental y Rusia son los grandes consumidores del mundo, pero el da?o lo sufren los ciudadanos y las naciones pobres. Del mill¨®n de personas que est¨¢n en prisi¨®n por delitos vinculados a las drogas, la mitad se encuentra en EE UU y de ellas el 44% son negros y el 21% hispanos. Al tiempo, pa¨ªses como Birmania, Afganist¨¢n, Ir¨¢n, Per¨², Colombia o M¨¦xico pagan el precio en violencia, corrupci¨®n y debilidad institucional.
¡°El narco¡±, escriben los autores, ¡°es a la vez un poder paralelo, una fuerza econ¨®mica, una red de oportunidades de riesgo, una fuente de sociabilidad ilegal y una provincia legendaria del, de por s¨ª, legendario territorio de la violencia mexicana¡±. Por ello, argumentan, ha llegado el momento de acabar con la condena del mito de S¨ªsifo en el que se ha convertido la mera estrategia represiva contra las drogas.
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