Europa trabajar¨¢ con quien sea pero prefiere a Obama
Bruselas apuesta por la continuidad en unas relaciones que han sido fluidas durante los ¨²ltimos cuatro a?os
Como quieren la tradici¨®n y la cultura pol¨ªtica, los europeos se sienten ante cada elecci¨®n presidencial de Estados Unidos m¨¢s en sinton¨ªa con el candidato dem¨®crata y la cita de 2012 no rompe con la tradici¨®n. Si adem¨¢s, el dem¨®crata es un presidente en ejercicio que durante sus cuatro primeros a?os en la Casa Blanca no ha dado motivos de disensi¨®n y ha tenido una fluida relaci¨®n con la Uni¨®n Europea, raz¨®n de m¨¢s. Instintivamente Europa vota Barack Obama y de su rival republicano, que tiene en poco a la UE y no visit¨® Bruselas en su viaje europeo del pasado verano, le llaman m¨¢s la atenci¨®n sus consejeros, muy en l¨ªnea con George Bush. En todo caso y ante lo ajustado del resultado, de creer los sondeos, la posici¨®n es tan clara como realista, seg¨²n una fuente diplom¨¢tica europea: ¡°Aunque preferimos a Obama, acogeremos bien al pr¨®ximo presidente, sea quien sea. Es con quien tendremos que tratar¡±.
Las relaciones entre Estados Unidos y la UE no son las propias de dos entes ajenos y en competici¨®n sino las que podr¨ªan corresponder a quienes tienen much¨ªsimos intereses en com¨²n, por m¨¢s que ocasionalmente, como si vio durante el primer mandato de Bush, haya rechinar de dientes en la pareja. En la gran cumbre de la OTAN en Lisboa de hace ahora dos a?os hubo un peque?o apartado, apenas una hora, para celebrar otra cumbre, la de Estados Unidos con la UE. Una fuente europea justific¨® aquella cicater¨ªa con el tiempo en el hecho de que ¡°estamos de acuerdo en pr¨¢cticamente todo¡±.
La relaci¨®n con Obama ha ido como la seda y en la balbuceante pol¨ªtica exterior colegiada de la UE, Catherine Ashton y los suyos no se han cansado de repetir cu¨¢nto les ha ayudado Hillary Clinton. De ah¨ª el deseo bruselense de ver que las cosas sigan por los mismos derroteros en Washington.
Los estadounidenses pueden tener fundadas dudas sobre Obama, pero para los europeos el presidente contin¨²a conservando buena parte de su brillo. Un sondeo publicado este verano por el German Marshall Fund revelaba que el 75% de los europeos votar¨ªan por ¨¦l, frente al 8% que prefer¨ªa a Romney. Una victoria del candidato republicano har¨ªa revivir entre los europeos el malestar y la incomodidad ya sufridos con Bush, aunque el tejano se enmendara durante su segundo mandato.
El hoy candidato republicano anduvo por Europa el pasado julio (Reino Unido y Polonia, periplo que tambi¨¦n le llev¨® a Israel), pero no consider¨® oportuno hacer escala en Bruselas, la capital de esa vieja y esclerotizada Europa que tanto juego da como espantajo del que huir en los m¨ªtines. Se ha recordado estos d¨ªas en Bruselas c¨®mo alguno de sus consejeros ha dejado negro sobre blanco que ¡°el proyecto europeo se est¨¢ deshaciendo, ahogado en un mar de deuda y regido desde Bruselas por bur¨®cratas sin asomo de responsabilidad democr¨¢tica¡±.
M¨¢s all¨¢ de estos chafarrinones, en las instituciones comunitarias se est¨¢ convencido de que la relaci¨®n trasatl¨¢ntica es lo suficientemente s¨®lida e importante como para no ser tenida muy en cuenta. Europa cree en la continuidad. Y lo mismo se aplica a la seguridad o la defensa, campo en el que Washington acicatea sin parar a los europeos para que asuman parte de la carga que les corresponde. Se le preguntaba este lunes a Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, qu¨¦ esperaba de la jornada electoral norteamericana ¡°Gane quien gane, Estados Unidos seguir¨¢ comprometido a favor de una relaci¨®n trasatl¨¢ntica fuerte¡±, respondi¨®.
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