¡°Gracias por ayudarnos a perder el Senado¡±
Varapalo del electorado a los dos candidatos republicanos que polemizaron sobre si las violaciones son consentidas o las quiere Dios El partido les dirige reproches por arruinar la campa?a de Romney
"Solo quiero dar las gracias a?@ToddAkin por ayudarnos a perder el Senado". El tuit del presidente del Comit¨¦ de Pol¨ªtica Nacional del Partido Republicano, Jason B. Whitman, no ocultaba su amargura por una delirante pol¨¦mica entre sus filas, durante la campa?a, sobre si los embarazos de las mujeres que son violadas son consentidos por estas o decididos por Dios. Puede haber sido uno de los factores que arruin¨® la campa?a de Romney, alej¨¢ndole del voto femenino y del de cualquiera con cierta sensibilidad hacia el drama de la violencia sexual. En particular, esas declaraciones han acabado con las aspiraciones de los dos candidatos que se pronunciaron en este sentido: el congresista Todd Akin, que ahora optaba al Senado por Misuri, contra quien Whitman expresaba su rabia en la noche electoral, y el aspirante a senador por Indiana Richard Mourdock. Ambos fueron vapuleados por las urnas, en un claro mensaje de las l¨ªneas rojas que el electorado moderado no acepta que se pisen.
Akin hab¨ªa declarado su oposici¨®n al aborto incluso en el supuesto de violaci¨®n. "Por lo que me dicen los m¨¦dicos, eso es raro. Si se trata de una violaci¨®n leg¨ªtima, el cuerpo de la mujer tiene mecanismos para cerrarse del todo" y prevenir el embarazo, declar¨® en agosto el parlamentario, uno de los favoritos del Tea Party. "Asumamos que ese recurso no funcion¨®. Creo que deber¨ªa haber un castigo, pero el penalizado deber¨ªa ser el violador, no el beb¨¦¡±, dijo en una televisi¨®n local. En el momento de la pol¨¦mica, las encuestas daban a Akin hasta 11 puntos de ventaja sobre la dem¨®crata Claire McCaskill. Despu¨¦s de que Akin hablara de violaciones "leg¨ªtimas" (se entiende que quer¨ªa decir aut¨¦nticas), McCaskill se ha hecho con la victoria por un margen aplastante: 55% frente al 39% de Akin. Eso en un Estado en que Romney gan¨® ampliamente las presidenciales.
La declaraci¨®n de Akin oblig¨® al Partido Republicano a desmarcarse de ¨¦l, pero ¨¦l se neg¨® a rectificar. "No he hecho nada ¨¦tica o moralmente incorrecto", dijo tras ser desautorizado por su partido. ¡°Creo en la defensa de los que a¨²n no han nacido y tengo un gran respeto por la vida... Creo que no son cosas de las que uno deba huir".
Pero Akin no fue el ¨²nico en polemizar sobre el aborto por violaci¨®n. El candidato republicano al Senado por Indiana Richard Mourdock, que aspiraba a la reelecci¨®n, hab¨ªa asegurado que los embarazos provocados por una violaci¨®n son ¡°algo que Dios quiere que suceda¡±. Dej¨® en bandeja a Obama que dijera en televisi¨®n: "Una violaci¨®n es una violaci¨®n. Es un crimen". Y oblig¨® a Romney a aclarar que ¨¦l no iba a modificar las normas sobre el aborto, asunto al que ninguno de los candidatos presidenciales habr¨ªa dedicado una frase de no ser por la movilizaci¨®n de los m¨¢s conservadores. Sin embargo, Romney no acab¨® de retirar su apoyo a Mourdock como s¨ª hizo con Akin. Dio igual. Finalmente el dem¨®crata Joe Donnelly obtuvo un 50% del voto frente al 44% del lenguaraz republicano en Indiana, diez puntos menos que los obtenidos por Romney en las presidenciales all¨ª.
Ha sorprendido el empe?o de algunos sectores cercanos al Tea Party por devolver el asunto del aborto al primer plano del debate pol¨ªtico. En Estados Unidos el derecho al aborto fue establecido por la sentencia del caso Roe contra Wade del Tribunal Supremo en 1973. Desde entonces, el embarazo puede ser interrumpido por decisi¨®n de la madre antes del l¨ªmite de la viabilidad fetal (es decir, de que sea capaz de vivir aut¨®nomamente). En la pr¨¢ctica, el aborto es libre durante el primer trimestre de gestaci¨®n. La sentencia se relacion¨® con el derecho a la privacidad que establece la decimocuarta enmienda constitucional. Solo una reforma de la Constituci¨®n podr¨ªa restringir el acceso al aborto en EE UU. El electorado no ha comprendido que se pretenda empezar prohibi¨¦ndoselo precisamente a las mujeres violadas.
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