Wall Street agua la celebraci¨®n de Obama
La victoria de Obama es buena para firmas de tecnolog¨ªa, infraestructuras y energ¨ªas limpias Para los inversores y las rentas m¨¢s altas, la continuidad puede significar pagar m¨¢s impuestos
Dem¨®cratas en la Casa Blanca y el Senado, y republicanos en el C¨¢mara de Representantes. La situaci¨®n pol¨ªtica en EE UU tras las elecciones sigue siendo la misma, porque nada cambia en el Legislativo ni en el Ejecutivo. Eso representa una gran complicaci¨®n para Barack Obama, que tiene como reto inmediato forjar un consenso en un Congreso dividido para evitar como sea el denominado "precipicio fiscal". A esto se le suma, los temores sobre Europa, lo que provoc¨® que Wall Street cayera m¨¢s de un 2% al inicio de la sesi¨®n y aguara la victoria de Barack Obama como ya pas¨® en 2008.
A Wall Street suele gustarle el bloqueo en Washington, porque eso frena el proceso de adopci¨®n de nuevas leyes que pueden perjudicarle. Pero si antes del 1 de enero no se llega a un pacto para elevar el techo de endeudamiento, entrar¨¢n en vigor de forma autom¨¢tica una serie de recortes de gasto p¨²blico y de alzas de impuestos para reducir el d¨¦ficit que pueden provocar una reca¨ªda de la mayor econom¨ªa de planeta en la recesi¨®n.
El primer efecto de esta situaci¨®n de incertidumbre se ve en el d¨®lar, que perdi¨® algo de terreno frente a la mayor¨ªa de sus rivales. Eso provoc¨® que volviera a reclamar el nivel de los 1,28 d¨®lares. Entretanto, el Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq, los tres ¨ªndices de referencia del parqu¨¦ neoyorquino, abrieron la sesi¨®n con una fuerte ca¨ªda del 2,3%,?un d¨ªa despu¨¦s de que tuvieran una s¨®lida subida del 1%.
La agencia de calificaci¨®n Fitch recuerda de paso a Barack Obama que debe lograr pronto un acuerdo que evite el precipicio fiscal, para que la nota de solvencia de EE UU mantenga la triple A, la m¨¢xima. Una amenaza similar la hizo Moody?s antes de las elecciones. S&P la retir¨® en agosto del a?o pasado y no descarta una nueva rebaja si contin¨²a el impasse pol¨ªtico. Las tres firmas, como el Fondo Monetario Internacional, piden adem¨¢s un plan cre¨ªble de reducci¨®n del d¨¦ficit a medio plazo.
Obama ya recibi¨® una recepci¨®n similar de Wall Street hace justo cuatro a?os. Pero hay que remontarse a las presidenciales de 1948 para ver una reacci¨®n similar del parqu¨¦, cuando Harry Truman consigui¨® la rev¨¢lida contra todo pron¨®stico frente al republicano Thomas Dewey. Entonces la divisi¨®n ideol¨®gica entre los dos candidatos era tambi¨¦n muy grande. Se esperaba que el conservador limitara la presidencia del dem¨®crata a un solo mandato. Entonces, los progresistas recuperaron las dos c¨¢maras del Congreso.
La amenaza del fuerte ajuste fiscal reduce tambi¨¦n las expectativas para que haya un cambio de estrategia monetaria en la Reserva Federal, donde no tienen intenci¨®n de cambiar de rumbo hasta mediados de 2015. El abismo fiscal podr¨ªa forzar adem¨¢s al banco central a actuar de nuevo, aunque su margen de maniobra es limitado. El aspirante Mitt Romney hab¨ªa criticado mucho a Bernanke, hasta el punto de prometer sustituirlo.
Es decir, "business as usual" tambi¨¦n en la autoridad monetaria, aunque habr¨¢ que ver cuales son las intenciones de Obama, porque el segundo mandato de Bernanke expira en el inicio de 2014 y no est¨¢ dicho que vaya mantenerlo. Entre los posibles sustitutos estar¨ªa Janet Yellen (vicepresidenta de la Fed), Lawrence Summers (Harvard) y Roger Ferguson (TIAA CREF), nombres que ya salieron a colaci¨®n en el verano de 2009.
Europa mete m¨¢s presi¨®n
Con el marco pol¨ªtico, aun complicado, definido en EE UU, la atenci¨®n inmediata de los inversores se dirige en paralelo a otros dos frentes internacionales. Por un lado, la Administraci¨®n Obama deber¨¢ seguir muy de cerca la evoluci¨®n de la crisis de la deuda soberana en Europa. Las palabras de Mario?Draghi, presidente del BCE; sobre el da?o a Alemania agriaron la celebraci¨®n de la victoria del dem¨®crata.?Por otro, a la evoluci¨®n del crecimiento econ¨®mico en China y otras econom¨ªa emergentes, vitales para sus exportaciones y para su crecimiento.
Obama y Romney ten¨ªan visiones opuestas sobre la econom¨ªa, una divisi¨®n que qued¨® tambi¨¦n patente anoche en el electorado. La victoria del dem¨®crata es positiva para firmas metidas en el negocio de la tecnolog¨ªa, las infraestructuras y las energ¨ªas limpias. Pero para los inversores en Wall Street, y las rentas m¨¢s altas, su continuidad puede significar pagar m¨¢s impuestos.
Para las peque?as empresas, Obama prometi¨® durante la campa?a facilitarles el acceso al capital. Su continuidad mantiene adem¨¢s la nueva estructura del sistema de seguro sanitario. Y al igual que Romney, es muy posible que en su segundo mandato se rebaje el impuesto de sociedades, del 35% actual al 28%. Si quiere subir la carga fiscal a los beneficios derivados de las inversiones.
John Boehner, l¨ªder de los republicanos en la C¨¢mara de Representantes, dec¨ªa anoche haber escuchado a la mayor¨ªa. Eso podr¨ªa ser un gui?o hacia Barack Obama. Pero donde no parece que vaya a dar su brazo a torcer es a la hora de acabar con los beneficios fiscales a los ricos porque argumenta que eso tendr¨¢ una efecto en la econom¨ªa. Esta pelea podr¨ªa ser un elemento de pesimismo.
Para el sector financiero, y por extensi¨®n para el consumidor, la reelecci¨®n de Obama podr¨ªa allanar el camino de regulaciones como la Volcker Rule, para limitar la actividad especulativa de los grandes bancos de Wall Street. En este caso, los dem¨®cratas no parecen ahora muy dispuestos a ser tan severos como hace tres a?os. Obama contar¨¢ con una aliada de excepci¨®n: Elizabeth Warren, que se hace con el puesto de senadora por Massachusetts. Ac¨¦rrima cr¨ªtica de Wall Street, Warren estuvo detr¨¢s de la reforma del sistema financiero aprobada por Obama.
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