Merkel pide paciencia a los portugueses
La canciller alemana lanza un bal¨®n de ¨®xigeno al Gobierno de Passos Coelho y le promete que llegar¨¢ con ¨¦xito a la meta ¡°del crecimiento y la inversi¨®n¡±
Angela Merkel, canciller alemana, dirigente europea m¨¢s poderosa y principal impulsora de la estricta pol¨ªtica de la austeridad y el ajuste, ha visitado al pa¨ªs m¨¢s esforzado y aplicadamente austero, casi hasta el ahogo: Portugal. La visita ha sido fugaz, casi mete¨®rica (cinco horas), pero ha servido para dejar claras dos cosas: que la canciller alemana sigue pensando lo mismo a pesar de las protestas y de las cr¨ªticas crecientes y que el primer ministro portugu¨¦s, Pedro Passos Coelho, acusado por la oposici¨®n de aceptar sin rechistar las directrices germanas, tampoco va a mudar por ahora de estrategia, a pesar de que su popularidad se desploma desde hace meses y de que la protesta en las avenidas lusas tampoco cesa. Merkel, eso s¨ª, le dio un bal¨®n de ox¨ªgeno al asegurar que Portugal est¨¢ respondiendo (¡°cumple cada uno de los ex¨¢menes de la troika¡±) y que llegar¨¢ a la meta ¡°del crecimiento y de la inversi¨®n¡±. Esto es: al final del t¨²nel de la recesi¨®n y del paro que asfixia al pa¨ªs (3% de ca¨ªda del PIB en 2012 y un 16% de desempleo). Pero para eso a¨²n falta y por eso ha pedido a los portugueses paciencia. ¡°El ¨¦xito es un proceso que lleva tiempo¡±.
Con un tono a veces profesoral ¡ªque corrobor¨® la usada met¨¢fora de la institutriz germana y el buen alumno portugu¨¦s para referirse a las relaciones entre los dos dirigentes¡ª a?adi¨®: ¡°Pero hay que mejorar la productividad. Solo si Portugal se vuelve m¨¢s competitivo podr¨¢ sobrevivir. Los alemanes sabemos por experiencia que hay que hacer las reformas precisas. Solo con las reformas necesarias podremos dejar un futuro feliz para las futuras generaciones¡±.
Passos Coelho asent¨ªa. Al primer ministro portugu¨¦s no se le puede acusar de no haber emprendido esas ¡°reformas¡±: desde que fue elegido en junio de 2011 ha abordado privatizaciones, quitado pagas extras, cambiado relaciones laborales abaratando el despido, entre otras medidas, y tiene previsto discutir y aprobar en el Parlamento un presupuesto para 2013 considerado el m¨¢s restrictivo de la historia de Portugal, que incluye una brutal subida del impuesto sobre la renta.
La oposici¨®n le ha acusado de haber sobrepasado el l¨ªmite de lo tolerable y haber estrangulado la econom¨ªa y a la sociedad a base de recortes. Y le reprochan haberlo hecho siguiendo, precisamente, las instrucciones dictadas desde Alemania. En una palabra: de haber empobrecido su pa¨ªs obedeciendo ¨®rdenes. Passos Coelho se defendi¨®: ¡°La crisis en Portugal hunde sus hondas ra¨ªces en la falta de competitividad de la econom¨ªa portuguesa desde hace muchos a?os. Es un problema enteramente nuestro¡±.
Y luego defendi¨® su propio rumbo, la trayectoria pol¨ªtica de austeridad a rajatabla como ¨²nica soluci¨®n para salir del hoyo. ¡°Todos saben que una pol¨ªtica restrictiva va contra el crecimiento. Pero tambi¨¦n se sabe que sin lograr que baje la deuda y el d¨¦ficit no hay crecimiento. No podemos aplicar las mismas recetas que nos han tra¨ªdo hasta aqu¨ª para alejarnos de la crisis¡±. De hecho, el primer ministro ha anunciado hace d¨ªas una profunda (aunque a¨²n muy poco concretizada) ¡°refundaci¨®n completa del Estado¡±, que acarrear¨¢ un recorte de 4.000 millones de euros en gastos estatales. ?D¨®nde se har¨¢n? A¨²n no se sabe. El secretario general del Partido Socialista portugu¨¦s, Ant¨®nio Jos¨¦ Seguro, que ha ido endureciendo d¨ªa a d¨ªa su discurso, ha negado cualquier tipo de consenso o de colaboraci¨®n en esa idea. ¡°El primer ministro portugu¨¦s debe decir a la canciller alemana que su pol¨ªtica est¨¢ fallando¡±, asegur¨® ayer.
La visita de Merkel hab¨ªa despertado un enorme inter¨¦s y una creciente pol¨¦mica en Portugal. Los peri¨®dicos y las revistas de estos d¨ªas se han llenado de art¨ªculos criticando la influencia econ¨®mica alemana, reportajes describiendo (para bien y para mal) el car¨¢cter alem¨¢n y dibujos caricaturescos. En muchos de estos ¨²ltimos, como era de prever, aparec¨ªa Passos Coelho como un criado ofreciendo a Merkel una copa de Oporto, llev¨¢ndole el malet¨ªn o extendiendo una alfombra roja de bienvenida.
La llegada de Merkel, que lleg¨® acompa?ada de un centenar de empresarios con intereses en Portugal, tambi¨¦n ha tenido sus episodios chuscos. Un v¨ªdeo impulsado por el comentarista pol¨ªtico y antiguo l¨ªder del partido de Passos Coelho, Marcelo Rebelo de Sousa, se ha convertido en uno de los temas de conversaci¨®n de la visita. El v¨ªdeo ten¨ªa por objeto explicar y divulgar en Alemania los esfuerzos llevados a cabo por los portugueses en estos tiempos de crisis.
Asegura que trabajan tanto o m¨¢s que los alemanes, pagan m¨¢s impuestos y que, en contra de lo que, seg¨²n el texto, se piensa en los pa¨ªses del Norte, no tienen m¨¢s vacaciones ni hacen menos fiestas. Rodado en Lisboa, no es un prodigio del arte de la filmograf¨ªa y, seg¨²n sus autores, ha sido prohibido en Alemania, lo que ha desatado cierta controversia a?adida a la ya pol¨¦mica visita de la canciller todopoderosa.
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