Napolitano lo deja claro: ¡°Monti no puede presentarse a las pr¨®ximas elecciones¡±
El presidente de la Rep¨²blica aclara que la condici¨®n de senador vitalicio del jefe del Gobierno t¨¦cnico descarta cualquier aventura pol¨ªtica
Ha tenido que ser el presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, de 87 a?os, quien finalmente arroje un poco de luz sobre el papel de Mario Monti, el actual primer ministro, en las elecciones generales previstas para la primavera pr¨®xima. Ha dicho Napolitano tras su encuentro en Par¨ªs con Fran?ois Hollande: ¡°Un senador vitalicio [y Monti lo es desde que, hace justo un a?o, el presidente de la Rep¨²blica lo nombrara para sustituir a Silvio Berlusconi al frente del Gobierno] no puede presentarse en las listas al Parlamento porque ya es parlamentario. Ning¨²n partido puede presentarlo como su candidato¡±. Una explicaci¨®n as¨ª de sencilla, pero hace un par de meses, hubiese ahorrado r¨ªos de tinta y de dudas sobre si el jefe del actual gobierno t¨¦cnico aceptar¨ªa la invitaci¨®n de algunos sectores de la pol¨ªtica y la empresa para que descienda a la arena pol¨ªtica.
Sin ir m¨¢s lejos, el pasado fin de semana, el presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, y un ministro de actual gobierno, el profesor Andrea Ricardi, fundador de la Comunidad de San Egidio, presentaron en Roma a bombo y platillo una plataforma pol¨ªtica dise?ada para que Mario Monti lidere ¡°un gobierno constituyente de reconstrucci¨®n nacional¡±. En la puesta en escena del ¡°partido de Mario Monti¡±, el presidente de Ferrari admiti¨® que a¨²n no ten¨ªan el s¨ª del aludido, pero a?adio que, por el momento, no era tan importante. ¡°No le pedimos¡±, dijo, ¡°que tome hoy el liderazgo de este movimiento, porque perjudicar¨ªa su actual trabajo. Nuestro objetivo es dar fundamento democr¨¢tico y electoral al discurso iniciado por su Gobierno para que pueda continuar¡±.
El ministro Ricardi fue a¨²n m¨¢s animoso. Dijo abiertamente lo que algunos peri¨®dicos italianos llevaban d¨ªas atribuyendo a las habituales ¡°fuentes bien informadas¡±. Esto es, las principales canciller¨ªas extranjeras est¨¢n presionando a ¡°il Professore¡± para que acepte el clamor de importantes sectores pol¨ªticos, empresariales y hasta religiosos --el Vaticano tiene depositadas en Monti todas sus complacencias-- para que siga al frente del Gobierno. ?De qu¨¦ manera? Se supone que aceptando finalmente la invitaci¨®n de sus patrocinadores y aglutinando en torno a s¨ª un poco de todo: el centro pol¨ªtico, los moderados que logren ponerse a salvo del derrumbe del partido de Berlusconi, los perdedores de las primarias que el centro izquierda celebra el domingo para elegir a su candidato, los desilusionados de la pol¨ªtica y los que temen que el c¨®mico Beppe Grillo logre --como parece-- unos resultados espectaculares... Hay quien sostiene que el ¨²ltimo objetivo de la nueva plataforma es el de catalizar el voto de ¡°los mil mundos diversos¡± que llev¨® a la Democracia Cristiana al poder.
Y a todo esto, ?qu¨¦ dice Monti? La pregunta, de tan sencilla, es muy dif¨ªcil de contestar. Desde hace meses, el primer ministro t¨¦cnico se refiere a la cuesti¨®n estrella --?seguir¨¢ usted al frente del Gobierno?-- y a sus m¨²ltiples variantes con declaraciones ambiguas, calculadas al mil¨ªmetro para que nadie pueda achacarle nunca haber dicho una cosa o su contraria. Hay que reconocer que el profesor lo borda. Se deja querer por unos y por otros, pero no se casa con nadie. Hace cinco d¨ªas, parec¨ªa extra?o que gente tan principal --incluido un ministro de su propio Gobierno-- se reuniera para invitarlo a seguir en pol¨ªtica sin que ¨¦l, aun de manera impl¨ªcita, hubiese dado el visto bueno. Pero ahora tambi¨¦n parece extra?o que el presidente Giorgio Napolitano, su mentor y su defensor en ¨¦pocas de turbulencias, aborte la v¨ªa de la candidatura sin haber pactado con Monti la declaraci¨®n de Par¨ªs. Todo lo cual conduce a un camino: il Professore solo volver¨¢ a ser jefe del Gobierno si la pol¨ªtica vuelve a fracasar. Si, de aqu¨ª a la pr¨®xima primavera, ning¨²n partido logra convencer a una cantidad suficiente de ciudadanos de que la pol¨ªtica a¨²n es posible y necesaria.
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