Regresa la Historia
Obama tendr¨¢ que afrontar el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª, que se le hab¨ªa atragantado
El volc¨¢n de la primavera ¨¢rabe supuestamente dormido ha vuelto a vomitar lava sobre el centro neur¨¢lgico de Oriente Pr¨®ximo, advirti¨¦ndonos de que la Guerra de los Cien A?os que sostienen israel¨ªes y palestinos no se ha apagado y puede complicar mucho un mundo que solo parece mirar a la econom¨ªa. La tierra que dio origen a las grandes religiones nos sacude de nuevo por su capacidad de producir m¨¢s historia de la que es capaz de digerir, en un conflicto que combina la disputa de dos pueblos por el mismo pedazo de tierra, la religi¨®n y los nacionalismos. Como el cartero que siempre llama dos veces, la historia regresa y toca a la puerta. Israel ha dejado claro que no va a tolerar la lluvia de centenares de misiles de la a¨²n tosca coheter¨ªa de origen iran¨ª en poder de Ham¨¢s, y que tiene los medios para aplastar sus arsenales, desde el aire, sin necesidad de ocupar Gaza. La milicia isl¨¢mica que gobierna la Franja, una quinta parte de la provincia de Guip¨²zcoa, la m¨¢s peque?a de Espa?a, ha obtenido un d¨¦bil compromiso de Jerusal¨¦n de que levantar¨¢ el bloqueo de un territorio que es lo m¨¢s parecido a una prisi¨®n al aire libre. A cambio del cese de los ataques contra territorio israel¨ª y de no introducir de matute, a trav¨¦s de centenares de t¨²neles, armamento de todo tipo. Israel no ha logrado un jaque mate, que es imposible, content¨¢ndose con tablas, un buen resultado para Ham¨¢s, que juega en otra liga. Es lo que tienen las guerras asim¨¦tricas.
Parec¨ªa que la Historia con may¨²scula observaba una tregua a la espera del resultado de las elecciones en EE UU y la coronaci¨®n de los nuevos emperadores en China. Falsa sensaci¨®n. Obama iniciaba su segundo mandato insistiendo en el pivote hacia Asia, con un viaje de apoyo y defensa de la democracia y los derechos humanos a Myanmar, la antigua Birmania, pa¨ªs paria hasta hace nada, donde apunta un cambio hacia la libertad. Y una escala en Tailandia para vender a los miembros de la Asociaci¨®n del Sureste Asi¨¢tico, incluido el gigante chino, las bondades de un nuevo mundo en el que EE UU pretende situarse como un poder del Pac¨ªfico. Las noticias de Gaza despertaron al presidente durante su gira, record¨¢ndole que su estrategia asi¨¢tica no le va a ahorrar los retos de un Oriente Pr¨®ximo en recomposici¨®n geoestrat¨¦gica, a la espera de las r¨¦plicas del tsunami de la primavera ¨¢rabe. Obama tendr¨¢ que afrontar el conflicto entre ¨¢rabes y jud¨ªos, que se le atragant¨® en su primer mandato en el que no pudo, o no quiso, imponerse a Israel, enterrando la soluci¨®n de un Estado palestino viable. EE UU volver¨¢ a ser el bombero reacio en una regi¨®n en la que todav¨ªa debe preservar intereses vitales, a pesar de que se asoma ya a un horizonte de independencia energ¨¦tica de la gran gasolinera de la pen¨ªnsula ar¨¢biga. Regreso apresurado de Hillary Clinton a la zona para abrir el viejo dossier de la presi¨®n sobre Netanyahu, responsabilidad de Washington.
Mientras tanto, Europa hace lo que mejor se le da. Una nueva cumbre para seguir d¨¢ndole patadas hacia adelante a la lata, ganando tiempo, dejando empantanada la cuesti¨®n griega y peleando por el nuevo presupuesto. Ausente la Uni¨®n de Oriente Pr¨®ximo, solo dos cosas parecen claras: Merkel triunfa por goleada y Par¨ªs ya no ejerce de contrapeso de Alemania, pierde fuelle econ¨®mico y es cada vez m¨¢s la capital de una Francia menor.
Washington necesita toda la ayuda que le pueda prestar el pa¨ªs ¨¢rabe dominante, el nuevo Egipto isl¨¢mico de los Hermanos Musulmanes. El presidente Morsi, que en una fuga hacia adelante ha asumido plenos poderes para preservar la revoluci¨®n, es el ¨²nico capaz de refrenar y encauzar hacia la negociaci¨®n el ardor militar de Ham¨¢s, que en ning¨²n caso ser¨¢ suficiente por s¨ª solo para desatar el nudo gordiano del conflicto. En los a?os treinta, el sionista Vladimir Jabotinsky predijo que no solo los ¨¢rabes se opondr¨ªan a una Palestina inundada con jud¨ªos inmigrantes. ¡°Nosotros, si fu¨¦ramos ¨¢rabes, tampoco lo consentir¨ªamos¡±, a?adi¨®. El periodista norteamericano David K. Shipler, corresponsal del New York Times, ganador del Premio Pulitzer de 1987 por su libro Arab and Jew, resumi¨® brillantemente la cuesti¨®n. ¡°Ocurra lo que ocurra en la guerra o en la diplomacia, sea cual sea el territorio ganado o perdido, los acomodos o compromisos realizados, el futuro garantiza que los ¨¢rabes y los jud¨ªos continuar¨¢n siendo vecinos en esta cansada tierra, enredados en los miedos de cada uno. No escapar¨¢n el uno del otro. No hallar¨¢n la paz en los tratados o en las victorias. Solo la encontrar¨¢n, si lo hacen, mir¨¢ndose a los ojos¡±.
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