La oposici¨®n se une para pedir otra Asamblea Constituyente
El Nobel El Baradei se suma a la alianza de revolucionarios y exmiembros del r¨¦gimen
Las ¨²ltimas y pol¨¦micas decisiones del presidente egipcio, Mohamed Morsi, han exacerbado una brecha que parte Egipto en dos. El bloque islamista no es monol¨ªtico, pues existen viejos recelos entre los Hermanos Musulmanes y las corrientes salafistas. Sin embargo, posee una mayor coherencia ideol¨®gica y organizativa que el llamado bloque laico, hasta ahora muy fragmentado a todos los niveles.
En un esfuerzo por dejar atr¨¢s esta divisi¨®n, que ha facilitado la victoria de los islamistas tanto en las elecciones parlamentarias como en las presidenciales, se ha creado un nuevo paraguas para aunar esfuerzos: el Frente de Salvaci¨®n Nacional. Entre los integrantes de la coalici¨®n, los principales partidos y personalidades de la oposici¨®n institucional, como el Partido Social Dem¨®crata, el Partido de la Constituci¨®n ¡ªpresidido por el ex premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei¡ª y el partido Corriente Popular, del excandidato presidencial Hamdin Sabahi.
Adem¨¢s de los partidos pol¨ªticos con vocaci¨®n de participar en las instituciones, tambi¨¦n forma parte de la oposici¨®n la constelaci¨®n de organizaciones revolucionarias que tuvieron un papel activo en el derrocamiento de Hosni Mubarak. Probablemente la m¨¢s conocida de ellas es el Movimiento 6 de Abril. Algunas de estas organizaciones son de tendencia izquierdista, mientras otras se declaran liberales. Todas tienen en com¨²n su desconfianza hacia la pol¨ªtica institucional, y apuestan por la movilizaci¨®n en las calles para impulsar sus demandas.
¡°Hay muchos j¨®venes que no quieren pertenecer a ning¨²n partido pol¨ªtico. Desconf¨ªan de ellos, y prefieren participar en movimientos sociales¡±, explica B¨¢ssem, fundador de Hijos de Egipto, una de estas organizaciones revolucionarias. ¡°Tambi¨¦n los hay que no militan, pero tienen amigos que s¨ª lo hacen, y cuando hay grandes movilizaciones se suman al carro. Por eso, es dif¨ªcil medir cu¨¢nta gente podemos sacar a las calles. Es un sistema muy informal¡±.
El tercer gran grupo de oposici¨®n a la Hermandad lo constituye la red de intereses que sosten¨ªa el r¨¦gimen de Mubarak, que incluye a caciques, hombres de negocios, exparlamentarios, y personas con cargos en instituciones semip¨²blicas. Esta nebulosa de personas y organizaciones no posee un l¨ªder claro. El ¨²ltimo primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafiq, lo represent¨® en las elecciones presidenciales, y ello le permiti¨® situarse a un paso de vencer a Morsi. Sin embargo, est¨¢ ¡°exiliado¡± en los Emiratos ?rabes tras ser imputado por varios delitos de corrupci¨®n.
Los nost¨¢lgicos del antiguo r¨¦gimen, conocidos en Egipto con el apelativo de fulul, despiertan una profunda inquina entre los grupos revolucionarios, lo que impide una mayor unidad de acci¨®n. Esta situaci¨®n se puso de manifiesto la semana pasada cuando Amr Musa, exl¨ªder de la Liga ?rabe y exministro de Exteriores en los noventa, fue expulsado al intentar sumarse en Tahrir a una de las grandes concentraciones contra el decretazo de Morsi.
En la actual crisis, todos estos grupos comparten al menos las tres demandas que el Frente Nacional de Salvaci¨®n ha hecho llegar al liderazgo de la Hermandad: la retirada inmediata del decretazo, la suspensi¨®n del refer¨¦ndum constitucional del pr¨®ximo d¨ªa 15; y la formaci¨®n de una nueva Asamblea Constituyente que, dicen, ¡°refleje mejor¡± la diversidad de la sociedad egipcia. Es decir, que no cuente con una clara mayor¨ªa islamista.
Si bien se suele incluir a los diferentes componentes de la oposici¨®n al presidente islamista Morsi bajo la etiqueta de ¡°laico¡±, la verdad es que esta no se ajusta a la definici¨®n de este vocablo habitual en Europa. Y es que las posiciones en torno al papel del islam en la vida p¨²blica oscilan entre quienes apuestan por una separaci¨®n total entre religi¨®n y Estado, y aquellos que est¨¢n de acuerdo en que el islam debe ser la religi¨®n oficial, y la shar¨ªa fuente de inspiraci¨®n de derecho. Este es el caso, por ejemplo, de los partidos y personalidades que se escindieron de la hermandad y mantienen unas posiciones pol¨ªticas m¨¢s bien conservadoras en cuestiones morales.
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