Berlusconi amenaza con dejar caer al Gobierno tecnocr¨¢tico de Monti
Il Cavaliere vuelve a cambiar y dice que ser¨¢ candidato a primer ministro
Silvio Berlusconi est¨¢ dispuesto a morir matando. Durante toda la jornada de hoy, primero en el Senado y luego en la C¨¢mara de Diputados, su maltrecho partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), puso en escena la amenaza de derribar al Gobierno de Mario Monti al ausentarse en sendas votaciones de una ley. A continuaci¨®n, el anterior primer ministro orden¨® a su secretario general, Angelino Alfano, que anunciara su en¨¦simo cambio de parecer: volver¨¢ a ser candidato a la jefatura del Gobierno. La versi¨®n dada por el propio Berlusconi la noche del mi¨¦rcoles es que el pa¨ªs est¨¢ mucho peor que hace a?o: ¡°Y much¨ªsimos me piden que salve a Italia¡±. Pero la realidad tiene m¨¢s que ver con su propia desesperaci¨®n.
Berlusconi est¨¢ desesperado. A sus 76 a?os, y tras permanecer los ¨²ltimos 20 en la cumbre del poder pol¨ªtico italiano, lleva meses dudando sobre qu¨¦ camino tomar: si volver a presentarse para, casi con toda seguridad, hacer un rid¨ªculo espantoso o jubilarse ¡ªhace unos meses anunci¨® que lo iba a hacer, pero se desdijo de inmediato¡ª y quedar m¨¢s desprotegido ante los procesos judiciales. La tarde del mi¨¦rcoles, durante tres horas y media, el anterior primer ministro mantuvo una tensa reuni¨®n en el romano palacio Grazioli con los dirigentes de su partido. Estos intentaron convencerlo de que no se vuelva a presentar y ¨¦l les acus¨® de no defenderlo p¨²blicamente, de acuchillarlo y dejarlo en la estacada.
Al t¨¦rmino de la infructuosa reuni¨®n ¡ªen la que no se decidi¨® si el PDL cambiar¨¢ de nombre o si celebrar¨¢ primarias para elegir un candidato¡ª, Berlusconi se dej¨® caer con unas declaraciones en las que dec¨ªa justo lo contrario de lo que hab¨ªa sucedido: ¡°Much¨ªsimos me piden que salve a Italia¡±. Il Cavaliere lleg¨® incluso a a?adir que se siente ¡°asediado¡± por las peticiones de los suyos para que vuelva a ser candidato, dando a entender que, despu¨¦s de mucho pensarlo, no tendr¨¢ m¨¢s remedio que sacrificarse: ¡°La situaci¨®n es hoy mucho m¨¢s grave que hace un a?o, cuando dej¨¦ el Gobierno por sentido de responsabilidad y por amor a mi pa¨ªs. Hay un mill¨®n de parados m¨¢s, la deuda aumenta, el poder adquisitivo se desploma, la presi¨®n fiscal est¨¢ a niveles insoportables¡ No lo puedo consentir¡±.
Las posibilidad de que Berlusconi volviese a contaminar la vida pol¨ªtica italiana hizo reaccionar a uno de los hombres fuertes del Gobierno. Corrado Passera, ministro de Desarrollo Econ¨®mico, dijo en televisi¨®n: ¡°Debemos dar la sensaci¨®n de que Italia va hacia adelante. Todo aquello que pueda hacer imaginar al resto del mundo, a nuestros socios, que se vuelve para atr¨¢s no es bueno para Italia. Dicho esto¡¡±. El ataque del ministro de Monti era lo que necesitaba Berlusconi ¡ªun maestro en hacer de la necesidad virtud¡ª para reagrupar a los suyos y, unas horas despu¨¦s, montar el n¨²mero en el Senado. Lo de menos era retirar la confianza a ley que se votaba ¡ªuna serie de medidas destinadas a fomentar el crecimiento y recortar el coste de la pol¨ªtica y de las administraciones locales¡ª, lo importante era volver a dar la sensaci¨®n de que no es un pol¨ªtico desvalido esperando el golpe final de sus procesos pendientes. Lo consigui¨®.
Y de qu¨¦ manera. El secretario del PDL, Angelino Alfano, anunci¨® que el viernes subir¨¢ al palacio del Quirinale para comunicar la decisi¨®n de su jefe al presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, quien se apresur¨® a pedir calma. El principal partido de la oposici¨®n, el Partido Democr¨¢tico (centro izquierda), anunci¨® que seguir¨¢ apoyando a Monti, pero aconsej¨® al primer ministro tecn¨®crata que subiera ¨¦l tambi¨¦n al Quirinale a recibir consejo de Napolitano. El resultado es que Berlusconi volvi¨® a enfangar la vida pol¨ªtica italiana por la misma raz¨®n de siempre: sus intereses personales.
Adem¨¢s de su triste perspectiva electoral ¡ªapenas un 15%¡ª, Berlusconi se siente amenazado por las reformas gubernamentales que lo pueden dejar fuera de las instituciones, a merced de los jueces. Desde que dej¨® el Gobierno, el magnate de los medios de comunicaci¨®n ha buscado infructuosamente un salvoconducto que lo blindara ante los procesos judiciales que a¨²n tiene abiertos ¡ªentre ellos, el del llamado caso Ruby, la presunta inducci¨®n a la prostituci¨®n de menores¡ª, pero no lo ha conseguido. Y esta es su venganza. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, todos siguen bailando al son del viejo tah¨²r de la pol¨ªtica italiana.
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