Morsi, aprendiz de aut¨®crata
El l¨ªder del partido pol¨ªtico de los Hermanos Musulmanes de Egipto ha demostrado que no es el presidente de todos los ciudadanos
Si hab¨ªa dudas, ya se han disipado. Mohamed Morsi, l¨ªder del partido pol¨ªtico de los Hermanos Musulmanes de Egipto, ha demostrado que no es el presidente de todos los ciudadanos, tal como prometi¨® cuando asumi¨® el cargo hace cinco meses, sino que est¨¢ al servicio de los sectores islamistas afines. Durante las ¨²ltimas semanas nada parece haberle impedido recurrir a formas autoritarias de gobernar ni le ha frenado el riesgo de poner al pa¨ªs borde del enfrentamiento civil.
Su reciente decretazo ha tenido como objetivo concentrar todos los poderes en su mano ¡ªseg¨²n ¨¦l, ¡°de forma temporal¡±, aunque muchos egipcios no lo creen¡ª y situarse a s¨ª mismo por encima de la ley. Ahora intenta que el pa¨ªs adopte una nueva Constituci¨®n redactada al gusto de los Hermanos Musulmanes y criticada por muchos debido a su deficiente defensa de derechos fundamentales y a su nada eficaz separaci¨®n de poderes.
Morsi y los jerarcas de los Hermanos Musulmanes est¨¢n tratando de imponer al resto del pa¨ªs su versi¨®n antiliberal del islam pol¨ªtico, desatendiendo as¨ª la diversidad social y pol¨ªtica de Egipto e incumpliendo sus repetidas promesas de que no har¨ªan semejante cosa. Como resultado, Morsi est¨¢ batiendo r¨¦cords en el ritmo de rechazos y de p¨¦rdida de legitimidad democr¨¢tica que han provocado sus decisiones bruscas y su actitud excluyente.
En su intento de establecer un autoritarismo de nuevo cu?o, las decisiones del presidente han provocado una amplia movilizaci¨®n social en su contra desde sectores muy diversos, a lo que se ha sumado el rechazo de numerosos medios independientes, jueces, diplom¨¢ticos, autoridades de la Universidad de Al Azhar y de la Iglesia copta, as¨ª como la dimisi¨®n de varios consejeros presidenciales. La p¨¦rdida del miedo est¨¢ haciendo que muchos egipcios se refieran abiertamente a Morsi como un ¡°Mubarak con barbas¡±.
La transici¨®n egipcia se encuentra en un momento cr¨ªtico. En juego est¨¢ la creaci¨®n de un Estado funcional que responda a las demandas populares de dignidad, libertad y justicia social que acabaron con el mubarakismo. De lo contrario, se corre el riesgo de un largo periodo de inestabilidad interna, que podr¨ªa ser aprovechado por la vieja guardia, as¨ª como una fractura social que pueda provocar una intervenci¨®n del Ej¨¦rcito.
Hay quienes ven algo positivo en lo que est¨¢ ocurriendo, y es que las intenciones de los dirigentes de los Hermanos Musulmanes hayan quedado al descubierto, as¨ª como la poca fiabilidad de sus promesas. La reciente creaci¨®n del Frente Nacional de Salvaci¨®n, al que se han afiliado diversos partidos pol¨ªticos y personalidades opositoras, y cuyo coordinador es Mohamed el Baradei, deber¨ªa jugar un papel crucial de contrapeso en este momento convulso, tanto para evitar la deriva autoritaria de Morsi como la extensi¨®n de los enfrentamientos violentos.
Resulta sorprendente que Morsi ¡ªquien obtuvo el apoyo de menos del 12% del electorado egipcio en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, y gan¨® la segunda con menos del 52% de los votos¡ª haya pensado que se puede salir con la suya sin provocar fuertes reacciones. Tambi¨¦n llama la atenci¨®n que el autogolpe de Morsi se produjera el d¨ªa despu¨¦s de reunirse con Hillary Clinton, aunque los asesores de este niegan que la secretaria de Estado estadounidense estuviera al corriente.
A pesar de las protestas masivas y de las dimisiones, Morsi insiste en llevar a cabo el refer¨¦ndum constitucional el pr¨®ximo d¨ªa 15. Si al final la controvertida Constituci¨®n fuera adoptada, habr¨ªa que celebrar elecciones legislativas en el plazo de dos meses. Visto el incesante desgaste electoral de los Hermanos Musulmanes durante el ¨²ltimo a?o y la actual polarizaci¨®n entre seguidores y detractores, resulta ilusorio creer que esas elecciones puedan ser limpias y transparentes con Morsi en el poder. Mientras todo eso ocurre, los Gobiernos democr¨¢ticos parecen observar los excesos del presidente egipcio desde el silencio.
Haizam Amirah Fern¨¢ndez es investigador principal de Mediterr¨¢neo y Mundo ?rabe en el Real Instituto Elcano. S¨ªgueme en Twitter: @Haiz
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.