Una CIA militarizada toma el control de la lucha antiterrorista en EE UU
La Agencia quiere engrosar su flota de drones mientras el Pent¨¢gono busca tener m¨¢s esp¨ªas
Las l¨ªneas que hace a?os separaban a la Agencia Central de Inteligencia y al Pent¨¢gono se han ido diluyendo gradualmente a medida que las dos guerras que Estados Unidos abri¨® en la pasada d¨¦cada han ido tocando a su fin. Cerrado el frente iraqu¨ª e iniciada la retirada en Afganist¨¢n, la Casa Blanca ha aceptado dotar a la CIA de mayor autonom¨ªa para dar caza a supuestos terroristas en el extranjero, sobre todo con un notable aumento de su flota de drones o aviones controlados de forma remota. Adem¨¢s, considera autorizar un incremento de la red de esp¨ªas de la que dispone el Pent¨¢gono, para ejercer un mayor control sobre los refugios de Al Qaeda en la pen¨ªnsula Ar¨¢biga y el este y el norte de ?frica.
La diluci¨®n de las fronteras que durante las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XX tan claramente separaron a la CIA y al Pent¨¢gono ha culminado durante los mandatos de George W. Bush y, sobre todo, Barack Obama. La Agencia ha tomado cada vez parte m¨¢s activa en la ofensiva contra el yihadismo internacional, y ha expandido notablemente su programa de ataques con misiles lanzados desde drones, en muchas instancias con la cooperaci¨®n del Ej¨¦rcito norteamericano. En verano de 2011, Obama nombr¨® al exdirector de la CIA Leon Panetta jefe del Pent¨¢gono. En movimiento inverso, un condecorado general, comandante de las misiones en Irak y Afganist¨¢n y jefe del Comando Central militar, David Petraeus, fue nombrado jefe de la CIA.
Petraeus dimiti¨® el pasado 9 de noviembre, despu¨¦s de admitir una relaci¨®n extramatrimonial con su bi¨®grafa. Su legado en la CIA ser¨¢ duradero. Antes de salir pidi¨® a la Casa Blanca un refuerzo de la flota de drones de la Agencia, para poder efectuar ataques m¨¢s all¨¢ de los objetivos habituales en Somalia, Yemen y Pakist¨¢n. La Agencia y el Pent¨¢gono tienen sus miras puestas en Mal¨ª y Libia, dado el incremento de la actividad en la zona del grupo Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico. Fuentes de la inteligencia norteamericana aseguran que la flota de drones de la CIA no supera en este momento los 35. Petraeus solicit¨® una decena m¨¢s.
¡°Hay una tendencia general de incremento del uso de dispositivos de ataque controlados de forma remota, y un cada vez menor uso de grandes contingentes militares. La nueva forma de hacer la guerra implica un aumento del uso de comandos de operaciones especiales y fuerzas expedicionarias y de asalto anfibio, un mayor papel de la CIA Y m¨¢s analistas militares¡±, explica el profesor Paul Rogers, especialista en seguridad internacional de la Universidad de Bradford. ¡°Creo que no veremos en un futuro pr¨®ximo un nuevo despliegue de contingentes de m¨¢s de 100.000 soldados en un teatro de guerra, como sucedi¨® en Irak y Afganist¨¢n¡±, a?ade.
La CIA, cada vez m¨¢s militarizada, tiene su propia lista de nombres a los que tiene autorizaci¨®n de aniquilar. En septiembre de 2011 logr¨® un notable ¨¦xito al matar en Yemen al cl¨¦rigo Anuar el Aulaki, de nacionalidad norteamericana y uno de los mayores propagandistas de la red de Al Qaeda. El Ej¨¦rcito tambi¨¦n tiene su lista de objetivos leg¨ªtimos, que cada martes se somete a revisi¨®n por parte de unos 100 analistas de seguridad del gobierno. Estos recomiendan al presidente la eliminaci¨®n o adici¨®n de nombres a esa lista, en un protocolo que en la Casa Blanca se conoce como ¡°martes de terror¡±.
Los ataques contra esos objetivos se suelen ejecutar con misiles lanzados desde drones. Desde 2002, EE UU ha ejecutado hasta 494 misiones con drones en Pakist¨¢n, Yemen y Somalia. La CIA tiene un papel protagonista en Pakist¨¢n, que nominalmente es un aliado de EE UU pero cuyos servicios de inteligencia han asistido a la insurgencia talib¨¢n huida de Afganist¨¢n tras 2001. Normalmente, el presidente Obama autoriza personalmente cada ataque en Yemen y Somalia, pero s¨®lo se le informa de un tercio de las misiones en Pakist¨¢n. El Ej¨¦rcito emplea tambi¨¦n esos aviones remotos para operaciones de espionaje y ataque en Afganist¨¢n.
La CIA y el Comando Conjunto de Operaciones Especiales del Pent¨¢gono cooperan en muchos de esos ataques. La Casa Blanca no ha admitido en p¨²blico la existencia de su programa de drones, por motivos de seguridad nacional. Por ello, no hay indicios de si, en operaciones conjuntas, se siguen los protocolos de actuaci¨®n de la CIA o de las fuerzas armadas. En muchas instancias, como el ataque del viernes en el que EE UU aniquil¨® en Pakist¨¢n a Abu Zaid al Kuwaiti, uno de los nuevos l¨ªderes de Al Qaeda, no queda claro inicialmente si el drone empleado es de la CIA o del Pent¨¢gono. A pesar de ese secretismo, la Casa Blanca suele incidir en sus filtraciones en el hecho de que el n¨²mero de v¨ªctimas colaterales suele ser casi inexistente.
¡°Esa afirmaci¨®n no tiene sentido¡±, asegura el abogado norteamericano Clive Stafford Smith, que dirige la organizaci¨®n de derechos humanos Reprieve. ¡°No saben lo que hacen, porque la informaci¨®n de inteligencia en el caso de Pakist¨¢n, por ejemplo, viene de la gente a la que le pagan para recibir esos datos de inteligencia, que son los mismos que les ofrecen informaci¨®n falsa en un primer momento. El problema mayor es que los drones aterrorizan a regiones enteras, algunos de ellos planeando 24 horas al d¨ªa sobre algunas comunidades¡±.
Tras dos guerras que han acabado siendo notablemente impopulares, y en las que han fallecido m¨¢s de 6.500 soldados norteamericanos, el Pent¨¢gono tambi¨¦n busca modos de abrir v¨ªas de futuro, centrado en t¨¢cticas antiterroristas. El 20 de noviembre, en un discurso en Washington, el secretario de Defensa avanz¨® la v¨ªa de ruta de la pr¨®xima d¨¦cada. ¡°La campa?a contra Al Qaeda tendr¨¢ lugar fuera de zonas declaradas de combate, empleando t¨¢cticas que dejen poco rastro, con operaciones de precisi¨®n¡±, dijo Panetta.
Para ello, el Pent¨¢gono busca reforzar su propia rama de espionaje, la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, por sus siglas en ingl¨¦s). Este mismo mes, Panetta le pidi¨® a Obama que le permita reclutar a 1.600 nuevos esp¨ªas, lo que doblar¨ªa el tama?o de esa agencia. El razonamiento: la CIA ha sido tan efectiva dando caza a terroristas en el extranjero, que el poderoso Ej¨¦rcito norteamericano quiere ser m¨¢s como la ella, y menos como unas fuerzas armadas al uso.
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