Lunes sin clase en Newtown
Los siete colegios p¨²blicos de la localidad reiniciar¨¢n las clases el martes Se celebran los dos primeros funerales por las v¨ªctimas de la matanza
El colegio Chalk Hill se oculta en un recodo de una estrecha carretera de Monroe, Connecticut, tras un bosque de robles desnudos. Nada que ver con la escuela de primaria Sandy Hook, en Newtown, visible, casi, desde todas las v¨ªas que la rodean. La estructura de sus edificios tampoco puede ser m¨¢s parecida. El de Chalk Hill es una nave cuadrada, el de Sandy Hook se compone de varios pabellones que circundan un patio central. Sin embargo, desde este lunes, las paredes de Chalk Hill albergan una r¨¦plica exacta de las aulas que el pasado viernes asistieron al terror en forma de locura asesina.
El mismo d¨ªa en el que Adam Lanza acab¨® con la vida de 20 ni?os y seis adultos en Newtown, el responsable de educaci¨®n del pueblo vecino de Monroe (a 11 kil¨®metros), James Agostine, ofreci¨® la escuela de secundaria de Chalk Hill para acoger a los 436 estudiantes que sobrevivieron a la matanza hasta que Sandy Hook reabriera sus puertas. En menos de 48 horas sus responsables han transformado un edificio adjunto al colegio en una copia casi perfecta de ese centro para que los chavales no se sientan extra?os ni echen de menos sus aulas.
En menos de 48 horas, los responsables de Monroe han transformado un edificio adjunto al colegio en una copia casi perfecta al de Sandy Hook para que los chavales no se sientan extra?os ni echen de menos sus aulas
Los profesores de Newtown tambi¨¦n se trasladar¨¢n hasta Monroe para impartir sus clases. All¨ª dispondr¨¢n de un equipo de especialistas para ayudarles a sobreponerse a la tragedia y a responder a las preguntas y las inquietudes de sus alumnos, explic¨® en un comunicado Agostine, cuyo departamento ha publicado en su p¨¢gina web una gu¨ªa para tratar con los ni?os sobre la violencia dirigida a padres y docentes.
El responsable de Educaci¨®n de Monroe insta a los padres de Newtown a que lleven a sus hijos al colegio cuanto antes para ¡°retomar la rutina y favorecer su recuperaci¨®n¡±. (De momento, no se ha confirmado si alg¨²n alumno de esa localidad acudi¨® a clase). Con la iniciativa de calcar Sandy Hook en Chalk Hill, se pretende persuadir a los peque?os de que nada ha cambiado despu¨¦s de la matanza. Algo muy dif¨ªcil de conseguir, m¨¢xime cuando este lunes Newtown no amaneci¨® como un lunes normal. En la carretera, ning¨²n autob¨²s escolar destacaba entre el mon¨®tono tr¨¢fico matutino. Hoy no ha habido colegio en Newtown. Los siete centros p¨²blicos de la localidad han decidido cerrar sus puertas y sus 5.100 alumnos comenzar¨¢n las clases el martes.
Hoy se han celebrado los primeros funerales por las v¨ªctimas de la matanza. Noah Ponzer, el m¨¢s joven de los ni?os asesinados que acaba de cumplir seis a?os el 20 de noviembre, fue enterrado en Long Island Sound, a 40 kil¨®metros de Newtown, a la una de la tarde (siete de la tarde hora peninsular). En esta ¨²ltima localidad y a la misma hora los padres de Jack Pinto, un amante de los deportes, desped¨ªan a su hijo.
Algunos padres han insinuado en varios medios locales que, tras la matanza, nunca m¨¢s deber¨ªan reanudarse las clases en el colegio
Sandy Hook sigue siendo el escenario principal de la matanza y los encargados de la investigaci¨®n contin¨²an recopilando pruebas. En la ma?ana del lunes, el portavoz de la polic¨ªa estatal no revel¨® cu¨¢ndo podr¨ªa volver a abrir la escuela. Algunos padres han insinuado en varios medios locales que, tras la matanza, nunca m¨¢s deber¨ªan reanudarse las clases en ese colegio.
Pero el de hoy tampoco ha sido un lunes normal en el resto de los centros educativos de Connecticut. Todos los colegios cuentan ya con, al menos, un agente de polic¨ªa para velar por la seguridad de los estudiantes. La alerta y la desconfianza son tales que una falsa alarma desatada por una mujer, que crey¨® haber visto a un hombre con lo que parec¨ªa ser un rifle, oblig¨® a desalojar y cerrar todas las escuelas de Ridgefield, una localidad de ese mismo Estado.
Muchos de los alumnos m¨¢s mayores de Newtown ocuparon el lunes libre en pasear por los alrededores del ¨¢rbol de Navidad que alumbra el centro de la ciudad, muy pr¨®ximo al lugar de la matanza. El abeto se ha convertido en una suerte de santuario en honor a las 26 v¨ªctimas del tiroteo, a cuyos pies se extiende una alfombra de velas, cartas y mu?ecos de peluches.
Todos los colegios de Connecticut cuentan ya con, al menos, un agente de polic¨ªa para velar por la seguridad de los estudiantes
Los padres de los m¨¢s peque?os optaron por llevar a sus hijos hasta la Newtown Youth Academy, un centro deportivo privado que ayer decidi¨® abrir sus puertas de manera gratuita a todos los ni?os de Newtown. ¡°Disponemos de dos alas, en una se encuentra la cancha de baloncesto y tenemos piezas hinchables, en la otra est¨¢ el campo de f¨²tbol, de kick ball¡±, cuenta Christine Hughes, miembro de la direcci¨®n del recinto. Apenas una hora despu¨¦s de abrir sus puertas ya hab¨ªa casi dos centenares de cr¨ªos jugando. ¡°El ambiente dentro es de completa alegr¨ªa, ninguno parece triste o preocupado¡±, aseguraba Hughes. No obstante, el complejo contaba con un grupo de psic¨®logos voluntarios para prestar ayuda en cualquier momento.
El goteo de chavales ¡ªvarios de Sandy Hook¡ª entusiasmados por poder pasar un d¨ªa solo jugando fue constante. Las ganas de entrar de los peque?os contrastaba con la reticencia de sus padres a abandonarlos. Ayer la ilusi¨®n y las risas de los ni?os s¨®lo era capaz de arrancar congoja y angustia a los adultos.
A la entrada de la escuela Sandy Hook se alza un letrero en el que se lee: Los visitantes son bienvenidos. En la vivienda que hay frente a la de Chalk Hill, un enorme cartel en blanco y verde da la bienvenida a los alumnos de aquel centro. El blanco y verde son los colores del colegio de Newtown y en su honor ayer los estudiantes del Estado de Connecticut estaban invitados a llevar una prenda de ese color en homenaje a las v¨ªctimas. En Monroe, los dos tonos se intercalaron con el amarillo de dos polic¨ªas que detuvieron, uno por uno, a todos los coches que se adentraban en la escuela. Nada normal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.