Cameron, atrapado por el antieurope¨ªsmo
Reino Unido se encamina de forma imparable hacia un refer¨¦ndum sobre su permanencia en la UE La eventual salida de Londres empieza a calar entre los socios europeos
?Imagina a Reino Unido abandonando la Uni¨®n Europea?, le preguntaron el otro d¨ªa en la C¨¢mara de los Comunes al primer ministro brit¨¢nico, David Cameron. ¡°No es una posici¨®n que yo apoye, por lo tanto, no pierdo el tiempo pensando en ello¡±, respondi¨®. Pero a?adi¨®: ¡°Est¨¢ claro que todas las opciones sobre el futuro de Gran Breta?a son imaginables. Somos due?os de nuestro destino y podemos elegir lo que queramos. Creo que nuestra elecci¨®n ha de ser estar en la Uni¨®n Europea, ser miembros del mercado ¨²nico, maximizar nuestro impacto en Europa, pero no hemos de tener miedo a alzarnos y decir que no estamos contentos con ciertos aspectos de la relaci¨®n¡±.
Por muchos matices que se le quieran ver a esa respuesta, Cameron parece haber cruzado el Rubic¨®n en la cuesti¨®n europea al manifestar p¨²blicamente, por primera vez, que la salida de Reino Unido de la Uni¨®n Europea, lo que en la jerga pol¨ªtica brit¨¢nica llaman Brexit o Brixit (un juego de palabras entre Britain y salida, exit) es algo ¡°imaginable¡±.
Ese debate hace ya tiempo que da vueltas. Pero lo que antes parec¨ªa una quimera que solo defend¨ªan el partido ultranacionalista UKIP y un pu?ado de diputados conservadores, en los ¨²ltimos meses se ha convertido en uno de los puntos centrales del debate pol¨ªtico y una idea con la que los tories coquetean de forma cada vez m¨¢s abierta. Y no solo los tories. Tambi¨¦n en el Continente empieza a calar la creencia de que los brit¨¢nicos se pueden marchar. La diferencia con el pasado es que antes ese pensamiento provocaba escalofr¨ªos y ahora empieza a parecer algo no solo posible sino, hasta cierto punto, deseable. Aunque bastante incomprensible, dado el car¨¢cter cada vez m¨¢s anglosaj¨®n de la construcci¨®n europea.
El debate ya no est¨¢ en si hay que hacer o no un refer¨¦ndum sobre Europa, sino en cu¨¢ndo hay que hacerlo y de qu¨¦ manera. La gente lo quiere. Las encuestas se?alan que casi el 70% de los brit¨¢nicos apoya la consulta y m¨¢s de la mitad votar¨ªa ahora mismo a favor de que Reino Unido abandone la UE. No es un dato demasiado sorprendente dada la legendaria mala prensa que el proyecto europeo tiene en este pa¨ªs.
¡°Llevamos ya m¨¢s de 20 a?os de informaci¨®n unidimensional sobre lo que la UE hace o no hace. Muchos peri¨®dicos, y especialmente los tabloides, son muy hostiles hacia la UE y en las dos o tres ¨²ltimas d¨¦cadas est¨¢n suministrando al p¨²blico desinformaci¨®n o medias verdades¡±, afirma Petros Fassoulas, presidente del muy europe¨ªsta Movimiento Europeo. ¡°Eso ha creado una imagen muy negativa en la mente de la gente, que se ha acentuado con la crisis del euro. El problema es que no ha habido una visi¨®n alternativa. No ha habido ninguna comunicaci¨®n por parte de los pol¨ªticos sobre los beneficios de estar en la UE¡±, a?ade.
Cameron reconoci¨® en el Parlamento la posibilidad de una salida de la Uni¨®n
En la Casa Blanca, en cambio, s¨ª se perciben los beneficios de la existencia de la Uni¨®n Europea. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le advirti¨® el lunes pasado a David Cameron en una teleconferencia que no quiere que Reino Unido se vaya y que eso da?ar¨ªa la famosa ¡°relaci¨®n especial¡±. Una bronca que ha causado furor en la prensa euroesc¨¦ptica. ¡°Barack Obama da lecciones a Gran Breta?a sobre la pertenencia a la UE: el presidente de Estados Unidos parece arrogante adem¨¢s de estar en las nubes¡±, escrib¨ªa, indignado, el analista Nile Gardiner en el Daily Telegraph.
El primer ministro lleva meses preparando un esperado discurso sobre la cuesti¨®n europea en el que se espera que trace la hoja de ruta sobre ese dilema. Su idea es negociar primero con el resto de socios una larga lista de pol¨ªticas que hay que repatriar desde Bruselas. Una vez cerrada esa negociaci¨®n, el acuerdo ser¨ªa sometido a refer¨¦ndum. En la pr¨¢ctica, un plebiscito sobre la permanencia o no en la UE.
Es un plan que cuenta incluso con el apoyo de destacados europe¨ªstas, como Timothy Garton Ash, profesor de Estudios Europeos de la Universidad de Oxford. Aunque Garton Ash dif¨ªcilmente estar¨ªa de acuerdo con Cameron sobre renacionalizar pol¨ªticas, s¨ª cree que se ha de clarificar en refer¨¦ndum la posici¨®n de Gran Breta?a ¡°en Europa y en el mundo¡±, seg¨²n sostiene en su columna semanal en el diario The Guardian.
Garton Ash cree que eso ha de ocurrir cuando se haya resuelto la crisis del euro y se conozcan ¡°las consecuencias pol¨ªticas de la salvaci¨®n del euro¡±. Ese debate deber¨ªa arrancar, a su juicio, con el ¡°equilibrio de competencias¡± que Cameron quiere negociar con el resto de socios. Lo que llevar¨ªa la consulta a ¡°alg¨²n momento de la pr¨®xima legislatura¡±, entre 2015 y 2020. ¡°Yo digo: convocad el refer¨¦ndum y que gane el que tenga m¨¢s argumentos¡±, escribe. ¡°Al contrario que muchos de mis amigos proeuropeos, yo creo que ganaremos. No creo que [los tabloides] Sun y Daily Mail hayan logrado atontar el cerebro de los brit¨¢nicos hasta el punto de que cuando se vean enfrentados a la realidad de lo que significa ser Noruega (sin el petr¨®leo) o Suiza decidan que la salida es la mejor opci¨®n para este pa¨ªs. ?Y si lo hacen? Bueno, ser¨ªa un error hist¨®rico, pero al menos la gente se habr¨ªa pronunciado¡±, sostiene.
Casi el 70% apoya que se haga una consulta y m¨¢s de la mitad votar¨ªa ahora por abandonar la UE
Petros Fassoulas es mucho m¨¢s cauto. ¡°No soy un gran partidario de referendos, especialmente por la falta de debate de la que hablaba. Si tuvi¨¦ramos la oportunidad de tener un verdadero debate durante un cierto tiempo, empezando ahora y continuando en las elecciones europeas de 2014 y las generales de 2015, un debate en el que se pudieran presentar de forma justa los beneficios de estar en la UE, entonces, despu¨¦s de eso, podr¨ªamos tomar en consideraci¨®n el celebrar un refer¨¦ndum si, por ejemplo, la UE decide tener una estructura m¨¢s federal o Reino Unido decide entrar en la zona euro¡±.
La idea de Cameron de renacionalizar antes ciertas pol¨ªticas ahora comunitarias est¨¢ llamada a provocar muchas fricciones con el resto de socios. Y corre el riesgo de acabar mal y crear una gran frustraci¨®n entre los brit¨¢nicos, sin duda el mejor combustible para avivar la hoguera antieuropea.
El primer ministro ha abierto el partido con lo que muchos creen que es un autogol: retirar a Reino Unido de las pol¨ªticas de Interior y Justicia. Tiene legalmente esa opci¨®n, pero ha de renunciar a todas ellas en bloque. Y Londres quiere negociar con Bruselas el mantenimiento de ciertos aspectos, como la cooperaci¨®n policial. Ah¨ª se empezar¨¢ a ver si los socios europeos est¨¢n con est¨®mago para negociar o no.
Ese ser¨¢ solo el aperitivo de un gran paquete presentado de forma detallada en un libro verde, Fresh Start Project (Proyecto Nuevo Comienzo) que ha recibido la c¨¢lida bienvenida del ministro de Exteriores, William Hague. Conocido por su euroescepticismo, Hague es el gran promotor de la devoluci¨®n de poderes a Westminster. El libro verde aborda las opciones que tiene Reino Unido para renacionalizar total o parcialmente las pol¨ªticas comunitarias en 11 ¨¢reas: Comercio, Desarrollo Regional, Agricultura, Pesca, Presupuesto e Instituciones, Pol¨ªtica Social y Empleo, Servicios Financieros, Medio Ambiente, Interior y Justicia, Inmigraci¨®n y Defensa.
Obama llam¨® a Cameron para advertirle de que la salida de la UE afectar¨ªa a su relaci¨®n
El creciente distanciamiento de Europa que muestran los brit¨¢nicos ha dado alas al Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP), una formaci¨®n que naci¨® en 1993 con el objetivo de conseguir que Gran Breta?a abandone la UE y que se ha convertido con los a?os en el partido antiinmigraci¨®n por excelencia. En 2004 tocaron el cielo al conseguir una docena de esca?os en el Parlamento Europeo. Hace tres semanas se convirtieron en el segundo partido m¨¢s votado en tres elecciones parciales para cubrir tres esca?os en Westminster.
El ¨¦xito del UKIP denota, sobre todo, una intensa preocupaci¨®n de los brit¨¢nicos por lo que consideran creciente p¨¦rdida de identidad nacional. Culpan de ello a la inmigraci¨®n y a la UE, a la que precisamente atribuyen la explosi¨®n migratoria a pesar de que solo uno de cada tres nuevos inmigrantes son nacionales comunitarios. ¡°La gente vota al UKIP sobre todo porque se ha convertido en un partido populista antiinmigraci¨®n¡±, sostiene Robert Ford, profesor de la Universidad de Manchester especializado en el estudio del extremismo pol¨ªtico y la xenofobia. ¡°Es algo que tiene mucho en com¨²n con otros partidos que vemos por toda la UE. El Partido de la Libertad en Holanda, el Partido Popular sueco, el PP dan¨¦s, en muchos pa¨ªses europeos con la notable excepci¨®n de Espa?a. Esos partidos obtienen muy a menudo entre el 10% y el 20% del voto, sobre todo entre gente que est¨¢ preocupada por la inmigraci¨®n, que est¨¢ preocupada por el cambio cultural, que est¨¢ preocupada por la identidad nacional y cosas as¨ª. En ese sentido el UKIP se enmarca en una familia pol¨ªtica muy concreta¡±, a?ade Ford.
El creciente distanciamiento da alas al extremismo del partido UKIP
¡°El segundo aspecto es que ahora acaparan el voto protesta, en gran parte porque los liberales-dem¨®cratas est¨¢n en el Gobierno¡±, a?ade. ¡°Y la tercera cuesti¨®n y la que claramente tiene menos peso es la UE. S¨®lo un pol¨ªtico puede decir que la gente vota al UKIP por la cuesti¨®n europea, porque nadie m¨¢s se lo cree. La UE se ve peor de lo que se ve¨ªa, debido a la crisis del euro, pero no es algo que preocupe a los votantes en el d¨ªa a d¨ªa¡±, asegura.
Robert Ford ha analizado junto con otros dos profesores, Matthew Goodwin y David Cutts, el car¨¢cter del UKIP y sus votantes a partir de una muestra de 4.000 votantes que eligieron esa opci¨®n en las europeas de 2009. Y llegaron a dos conclusiones: que los votantes del UKIP son m¨¢s extremistas que los cuadros del partido y que, a pesar de sus posiciones antieuropeas, antimusulmanas y antiinmigraci¨®n, est¨¢n lejos de ser una opci¨®n tan abiertamente racista como el BNP, el Partido Nacional Brit¨¢nico.
¡°En el BNP, los pol¨ªticos y los activistas son m¨¢s racistas que sus votantes. Es gente con s¨ªmbolos nazis, que ensalzan literatura fascista y son a menudo violentos. En el UKIP ocurre lo contrario. Mi experiencia con ellos me dice que sus militantes y hasta cierto punto sus pol¨ªticos tienden a ser menos intolerantes que muchos de sus votantes. Cuando dicen que no son racistas intentan ser sinceros. Sobre todo sus activistas m¨¢s j¨®venes. Sus pol¨ªticos son bastante intolerantes, pero no masivamente intolerantes como los del BNP. Pero su estrategia es conseguir el apoyo de un electorado que est¨¢ contra la inmigraci¨®n y que es culturalmente conservador¡±, concluye. Y eso contribuye a empujar a los conservadores hacia ese mismo terreno. Incluida la fobia a Europa.
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