Los liberales alemanes cuestionan a su l¨ªder
El tambi¨¦n ministro Niebel pide la destituci¨®n de R?sler dos semanas antes de las elecciones de Baja Sajonia
En Espa?a, los legendarios Reyes Magos alegran la vida a ni?os y adultos. En Alemania, el partido Liberal (FDP) tiene la costumbre de reunirse en la vieja ¨®pera de Stuttgart para celebrar sus ¨¦xitos y alabar sus dirigentes, siempre bajo la sombra benefactora y simb¨®lica de los Reyes. Pero, este a?o, los famosos reyes fracasaron en imponer algo parecido a la unidad en el peque?o partido bisagra de la pol¨ªtica germana y tampoco fueron capaces de salvar la vida pol¨ªtica al presidente de la formaci¨®n, Philipp R?sler, un m¨¦dico de 39 a?os nacido en la localidad vietnamita de Khan Houng y adoptado por una familia alemana. R?sler es tambi¨¦n el ministro de Econom¨ªa.
En medio de un caos que tiene en estado de alerta, incluso, a la canciller Angela Merkel, el FDP celebr¨® su encuentro anual con una agenda pol¨¦mica y destructiva. Los militantes y los l¨ªderes del partido llegaron a Stuttgart para determinar si es necesario prolongar o acabar la vida pol¨ªtica de su actual presidente, una discusi¨®n existencial que fue mencionada por un militante distinguido del partido.
Por primera vez en la historia del encuentro de Reyes del FDP, uno de los principales oradores, el ministro de Cooperaci¨®n y Desarrollo, Dirk Niebel, aprovech¨® la ocasi¨®n para exigir la destituci¨®n del presidente del partido, dos semanas antes de las elecciones regionales en Baja Sajonia. ¡°Siento un gran desgarro interno cuando observo la actual condici¨®n del FDP", dijo el ministro y enemigo declarado del l¨ªder del partido. "Esta situaci¨®n no puede continuar", a?adi¨® el ministro, en medio de una ovaci¨®n.
Bajo la presidencia de Philipp R?sler, (fue elegido en mayo de 2011) el FDP ha sido expulsado de seis Parlamentos regionales y en dos de ellos sufri¨® una derrota humillante, En Berl¨ªn, por ejemplo, obtuvo el 1,8% de los votos, tres d¨¦cimas menos que el odioso NPD, el partido de los neonazis, y en el peque?o land de Sarre se salv¨® de vivir una verg¨¹enza hist¨®rica al obtener un 1,2% de los votos.
Todo era diferente cuando R?sler asumi¨® el liderazgo del FDP. En un congreso del partido, el dirigente obtuvo un 95,1% de los votos de los delegados, un resultado excelente para un novato de la pol¨ªtica nacional. Pero el partido estaba cansado de los errores cometidos por Guido Westerwelle, quien sucumbi¨® a un raro estado de megaloman¨ªa y prepotencia, despu¨¦s de obtener en las elecciones nacionales de 2009, el mayor triunfo en la historia del partido.
En menos de un a?o, Westerwelle se convirti¨® en el ministro de Asuntos Exteriores m¨¢s impopular en la historia de postguerra del pa¨ªs y cometi¨® el error de convertir a su partido en una formaci¨®n que practicaba el amiguismo con la industria hotelera, cuando presion¨® para que el Gobierno aprobara una pol¨¦mica reducci¨®n fiscal que beneficiaba al sector, despu¨¦s de que su partido recibiera una importante donaci¨®n de un rico hotelero alem¨¢n.
Pero R?sler no supo darle al partido un nuevo rumbo y se encerr¨® en una burbuja que lo aisl¨®. Esta situaci¨®n qued¨® reflejada el domingo, de forma pat¨¦tica, cuando el p¨²blico que acudi¨® al encuentro aplaudi¨® a rabiar al jefe del grupo parlamentario del partido, Reiner Br¨¹derle, quien mezcl¨® la iron¨ªa, la experiencia (tiene 67 a?os) y una feroz cr¨ªtica al SPD y Los Verdes para entusiasmar a los militantes.
El discurso de R?sler, en cambio, fue recibido por un diplom¨¢tico aplauso del p¨²blico. El l¨ªder nunca logr¨® despertar la emoci¨®n, y menos la pasi¨®n. R?sler, aunque hizo un esfuerzo intelectual al improvisar su discurso, fracas¨® en buscar el apoyo de su partido para un a?o clave y en el que est¨¢ en juego la supervivencia del FDP. "Somos el partido de la libertad", dijo, una frase fuera de contexto en un pa¨ªs que goza de un excelente certificado democr¨¢tico. "Eres un imb¨¦cil", le respondi¨® un militante.
"El FDP asume la ruta del Titanic" se?al¨® la revista Stern en su p¨¢gina web, al comentar el resultado del encuentro. "El FDP es un grupo perdedor y dividido", constat¨® el peri¨®dico conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung.
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