Cameron anuncia ayudas a las familias e inversiones para ganar popularidad
El primer ministro asegura que la coalici¨®n con los liberales acabar¨¢ la legislatura
En mayo de 2010, el sol y el color de las flores del jard¨ªn trasero de Downing Street presidieron el lanzamiento de la coalici¨®n que el conservador David Cameron y el liberal-dem¨®crata Nick Clegg acababan de formar. Justo 32 meses despu¨¦s, reci¨¦n pasado el ecuador de la legislatura, la oscuridad de un invierno londinense templado pero m¨¢s gris y h¨²medo que nunca ha marcado la comparecencia del primer ministro y su adjunto para presentar las prioridades de Gobierno para el resto de la legislatura.
Un relanzamiento de la coalici¨®n mucho m¨¢s sobrio que su lanzamiento y que ha servido, sobre todo, para aclarar que Cameron y Clegg no est¨¢n casados. Ni siquiera son pareja de hecho. Pero su relaci¨®n, sea la que sea, durar¨¢ hasta 2015. Eso, al menos, es lo que han dicho el primer ministro y su adjunto en una comparecencia conjunta ante la prensa en Downing Street.
Cuando le preguntaron c¨®mo va su matrimonio con Clegg, Cameron respondi¨®: ¡°No me gusta aguar la fiesta, pero d¨¦jeme decirlo as¨ª: estamos casados, pero no entre nosotros. Los dos estamos felizmente casados. Pero esto es un Gobierno, no una relaci¨®n¡±. Y a?adi¨®: ¡°Lo que le dijimos a la gente hace dos a?os y medio es que estar¨ªamos juntos durante los cinco a?os de la legislatura y que abordar¨ªamos los problemas. O sea que, para m¨ª, esto no es un matrimonio¡±. Y asegur¨® que la coalici¨®n es como los productos de la popular marca de bricolaje Ronseal: ¡°Lo que dice la etiqueta es lo que hay dentro de la lata¡±.
La longevidad de la coalici¨®n fue uno de sus mensajes centrales del acto. Nada m¨¢s empezar el delicado ejercicio de convencer a los brit¨¢nicos de que la coalici¨®n est¨¢ haciendo lo que prometi¨®, el primer ministro asegur¨® que el Gobierno de conservadores y liberales, ¡°que muchos pensaban que no llegar¨ªa a Navidad¡±, durar¨¢ hasta el final de la legislatura, en la primavera de 2015. De aqu¨ª a entonces, el Gobierno se ha propuesto ¡°nuevas prioridades¡±, como mejorar las infraestructuras de transporte, reformar la regulaci¨®n bancaria o reformar las pensiones del sector p¨²blico.
En concreto, Cameron anunci¨® nuevas inversiones para ayudar a las familias a reducir el coste de criar a sus hijos; m¨¢s ayudas a las familias que no pueden conseguir una hipoteca; medidas para limitar los poderes del Estado y extender las libertades personales; ¡°nuevos pasos de envergadura¡± en asuntos como las pensiones y ¡°poner un l¨ªmite al coste potencialmente enorme¡± de las ayudas sociales; fomentar en lo posible la inversi¨®n privada en autopistas y carreteras; extender la red ferroviaria de alta velocidad desde Birmingham hacia el norte de Inglaterra.
En su introducci¨®n al programa para el resto de la legislatura, que por lo dem¨¢s no ofrece grandes novedades, Cameron y Clegg presumen de que la coalici¨®n ha sido capaz de navegar en aguas turbulentas y tomar decisiones en materias como reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico, reequilibrio de la econom¨ªa, regulaci¨®n bancaria o cambio clim¨¢tico, entre otras.
Si hasta hoy los medios brit¨¢nicos se preguntaban si la coalici¨®n ser¨ªa capaz de aguantar toda la legislatura pese a sus diferencias de fondo, ahora se cuestionan cu¨¢ndo empezar¨¢n a distanciarse ambos partidos para concurrir a las elecciones de 2015 con programas diferenciados. La cuesti¨®n europea es una de las que m¨¢s sigue diferenciando a conservadores y liberal-dem¨®cratas. Aunque estos ¨²ltimos han moderado las posiciones proeuropeas que les distinguieron hace unos a?os, el entusiasmo con el que los conservadores parecen dirigirse hacia la puerta de salida de la UE promete convertirse en uno de los problemas de aqu¨ª al final de la legislatura. Y, sobre todo, para formar un nuevo acuerdo de Gobierno si de las urnas no sale ning¨²n ganador por mayor¨ªa absoluta.
Nick Clegg insisti¨® de nuevo en que no hay diferencias entre ambos partidos en la pol¨ªtica europea y que las posiciones de Cameron a favor de una congelaci¨®n de los presupuestos europeos est¨¢ plenamente justificada. Pero lo cierto es que su partido dif¨ªcilmente podr¨ªa aceptar la renacionalizaci¨®n de pol¨ªticas europeas que esperan conseguir los conservadores. Una aspiraci¨®n que ha de quedarse para la pr¨®xima legislatura. En parte porque es dif¨ªcil saber hoy en d¨ªa c¨®mo ser¨¢ la UE dentro de unos a?os, cuando la crisis del euro haya acabado o la moneda ¨²nica haya saltado por los aires. Y en parte precisamente por la dificultad de que conservadores y liberales-dem¨®cratas se pongan de acuerdo sobre qu¨¦ relaci¨®n con Europa quieren para Reino Unido.
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