La ca¨ªda del agente Kiriakou
Por primera vez es encarcelado un esp¨ªa de la CIA por dar informaci¨®n reservada a un periodista El exagente es el mismo que denunci¨® en 2007 las torturas de la organizaci¨®n
John Kiriakou podr¨ªa haber pasado a la historia como el agente de la CIA que lider¨® la primera captura de Abu Zubaydah, uno de los l¨ªderes de Al Qaeda despu¨¦s de los atentados del 11 de septiembre. O quiz¨¢ por ser el hombre que revel¨® a los estadounidenses en varias entrevistas en televisi¨®n que la agencia hab¨ªa empleado m¨¦todos de tortura. Fue tambi¨¦n el que describi¨® p¨²blicamente las t¨¦cnicas del ahogamiento simulado en sus interrogatorios: provocar una angustiante sensaci¨®n de asfixia arrojando agua a una tela que cubre la cara del prisionero. Un m¨¦todo que causa un enorme sufrimiento f¨ªsico y psicol¨®gico sin dejar secuelas o marcas. Pero al final no ser¨¢ tan recordado por esos hechos como por ser el primer miembro de la CIA que entra en prisi¨®n acusado de compartir informaci¨®n clasificada con un periodista.
?El caso de Kiriakou, que ingresar¨¢ en prisi¨®n el pr¨®ximo 25 de enero, seg¨²n adelant¨® esta semana The New York Times, abre una nueva etapa para la agencia de espionaje, para los que investigan e informan sobre sus actividades y para el Departamento de Justicia, que por primera vez logra una condena de este tipo. Y esta llega adem¨¢s durante el Gobierno de Barack Obama, el presidente que 24 horas despu¨¦s de jurar su cargo, en enero de 2009, pidi¨® el cierre de la prisi¨®n de la base militar de Guant¨¢namo. Aquella orden hist¨®rica tambi¨¦n pon¨ªa fin a la tortura, las t¨¦cnicas de ¡°interrogatorio mejorado¡± empleadas por la CIA durante el mandato de George W. Bush y las c¨¢rceles secretas. Los que en su d¨ªa aplaudieron a Obama por este cambio hoy le reprochan que mantenga abiertos varios casos contra personas acusadas de compartir informaci¨®n clasificada.
¡°Lo m¨¢s preocupante es que prometi¨® contar con la Administraci¨®n m¨¢s transparente de la historia y al final ha presentado cargos contra seis exagentes¡±, dice Michael Morisy, responsable de la organizaci¨®n MuckRock, a favor de la transparencia gubernamental. ¡°Obama lidera el Departamento de Justicia m¨¢s opaco de los ¨²ltimos a?os, mantiene un programa secreto sobre el uso de drones o aviones no tripulados en el extranjero y ha perseguido a filtradores de informaci¨®n¡±.
La abogada de Kiriakou, Jesselyn Radack, afirma a EL PA?S que su cliente fue acusado hace un a?o gracias a una ley aprobada en 1982 para perseguir a esp¨ªas que entreguen informaci¨®n maliciosamente, no contra aquellos que revelan datos clasificados. Pero Kiriakou, que abandon¨® la agencia en 2004, tambi¨¦n fue el primer exagente en hablar en p¨²blico sobre la existencia de un programa de la CIA que empleaba la tortura en sus interrogatorios.
Era 2007 y Estados Unidos estaba inmerso en un profundo debate sobre el uso de la tortura. En una entrevista concedida a la cadena de televisi¨®n ABC News, el periodista Brian Ross pregunt¨® a Kiriakou si consideraba que el ahogamiento simulado fue lo que rompi¨® a Zubaydah, forzando su confesi¨®n. ¡°Creo que s¨ª¡±, contest¨® el agente. ¡°La informaci¨®n que ¨¦l nos proporcion¨® sobre amenazas impidi¨® varios ataques, quiz¨¢ docenas¡±. Ross insisti¨® entonces si las t¨¦cnicas de interrogatorio hab¨ªan merecido la pena: ¡°S¨ª¡±, respondi¨® Kiriakou.
¡°La CIA deber¨ªa haber quedado contenta con esta versi¨®n¡±, sostiene John Prados, investigador del National Security Archive de la Universidad George Washington. Pero Kiriakou afirmar¨ªa m¨¢s tarde que EE UU deb¨ªa abandonar la tortura. Seg¨²n argumenta, adem¨¢s, The New York Times, el agente comprob¨® despu¨¦s que hab¨ªa recibido informaci¨®n equivocada sobre la efectividad de los interrogatorios y el n¨²mero de ocasiones en las que Abu Zubaydah hab¨ªa sido sometido a esta pr¨¢ctica. El n¨²mero tres de Al Qaeda no se hab¨ªa rendido a los 30 segundos, como pensaba Kiriakou, sino que fue sometido a ahogamiento simulado en 83 ocasiones. ¡°Cree que ¨¦l y otros agentes fueron enga?ados deliberadamente por otros que s¨ª sab¨ªan la verdad¡±, escribe Scott Shane en The New York Times.
Radack asegur¨® a EL PA?S que su cliente era blanco de varias investigaciones desde que comenz¨® a hablar p¨²blicamente sobre los programas de la CIA, pero el hecho que hizo saltar todas las alarmas fue otro. Kiriakou comparti¨® la identidad de un agente con una persona que se hizo pasar por un autor independiente y con un periodista de The New York Times ¡ªel mismo que ahora ha revelado su condena¡ª. El agente hab¨ªa sido compa?ero de equipo de Kiriakou y participaba en los interrogatorios. El supuesto escritor result¨® ser un colaborador de John Adams Project, una organizaci¨®n que ayuda en la defensa de varios detenidos en Guant¨¢namo. ¡°El nombre del agente acab¨® en manos de los abogados¡±, dice Radack. Cuando las autoridades de la base militar encontraron im¨¢genes de varios empleados de la CIA en las celdas de algunos detenidos en 2009 acusaron a Kiriakou de revelar informaci¨®n clasificada a los periodistas. Los expertos mantienen que las consecuencias de este caso van m¨¢s all¨¢ del hecho de que Kiriakou pase 30 meses en prisi¨®n. La Ley de Protecci¨®n de Identidades no hab¨ªa sido puesta a prueba ante un juez desde su aprobaci¨®n en 1982. ¡°Esto reforzar¨¢ la postura de la CIA en su defensa de nuevas restricciones al acceso a informaci¨®n clasificada y la revelaci¨®n de datos a individuos fuera de la agencia¡±, explica Prados. ¡°El encarcelamiento de Kiriakou abre una nueva etapa a la hora de imponer su secretismo¡±.
No es f¨¢cil comparar el caso de Kiriakou con otros m¨¢s o menos recientes, como el de la agente Valerie Plame, cuya identidad fue revelada por un miembro de la Administraci¨®n de Bush ¡ªla pena de c¨¢rcel fue revocada por el presidente¡ª, o incluso el del soldado Bradley Manning, acusado de compartir miles de documentos secretos con la organizaci¨®n Wikileaks. ¡°Por primera vez, un agente ha llegado a un acuerdo judicial tras declararse culpable¡±, recuerda Morisy. ¡°Ahora, la CIA puede aferrarse a ella para intimidar a futuros agentes. Cualquiera que acceda a informaci¨®n sobre m¨¦todos de tortura, cualquier testigo, se lo va a pensar dos veces si quiere hablar de lo que ha visto¡±.
En los ¨²ltimos d¨ªas, numerosas voces han puesto en duda el porqu¨¦ de la condena de Kiriakou, que tambi¨¦n fue acusado de mentir a la agencia durante la revisi¨®n del material para sus memorias, publicadas en 2010, y en las que relata la operaci¨®n que lider¨® para encontrar y capturar a Abu Zubaydah, mientras que otros agentes no han recibido el mismo trato. Prados afirma que el exesp¨ªa es el primer condenado despu¨¦s de hablar en contra de las t¨¦cnicas de ahogamiento simulado. ¡°Todos aquellos que participaron en los interrogatorios donde se us¨® la tortura est¨¢n en libertad, mientras que la persona que se opuso a ella p¨²blicamente va a entrar en la c¨¢rcel. Por suerte para el Gobierno, encontraron otros motivos para acusarle¡±.
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