Las claves de la negociaci¨®n sobre la reforma migratoria

La nueva ley de inmigraci¨®n de Estados Unidos puede convertirse en una de las mayores reformas del presidente y en un nuevo motivo de enfrentamiento con los republicanos. ?stos no dar¨¢n facilidades a los cambios a pesar de que necesitan recuperar el apoyo de la comunidad hispana, que ya castig¨® al candidato presidencial Mitt Romney con menos de un cuarto de los votos y les oblig¨® a prometer colaboraci¨®n apenas 24 horas despu¨¦s de las elecciones.

El presidente Obama convirti¨® la reforma en una de sus promesas electorales -como ya lo fuera en 2008- y se espera que adelante los detalles de su propuesta en las pr¨®ximas semanas, despu¨¦s de que jure el cargo el pr¨®ximo 20 de enero, aunque la votaci¨®n en el Capitolio no llegar¨ªa antes del verano. Mientras que los dem¨®cratas abogan por una reforma global y que abarque los principales componentes del sistema de inmigraci¨®n, los republicanos prefieren dividir la reforma en varias leyes independientes y separadas porque consideran que as¨ª podr¨¢n reunir m¨¢s votos de congresistas y senadores reacios a respaldar una gran reforma.

Amnist¨ªa o acceso a la ciudadan¨ªa

Uno de los grandes escollos que deber¨¢n superar los dos partidos es el del acceso a la ciudadan¨ªa para los 11 millones de indocumentados que residen en el pa¨ªs. Desde que el debate sobre inmigraci¨®n se intensific¨® en 2010, tras la aprobaci¨®n de la ley de Arizona en primavera y hasta las elecciones legislativas del oto?o, los republicanos acusaron a los dem¨®cratas de buscar una amnist¨ªa para los indocumentados. Tanto Obama como la Casa Blanca se han preocupado en los ¨²ltimos meses de no emplear este t¨¦rmino y enfatizan, siempre que pueden, que su propuesta s¨®lo convertir¨¢ en ciudadanos a aquellos que cumplan las condiciones impuestas por la reforma. Entre ellas estar¨ªa el pago de impuestos atrasados y de una multa por haber entrado en el pa¨ªs de manera ilegal.

¡°Cuando el cabeza de familia logra la ciudadan¨ªa estadounidense, los ingresos familiares aumentan de media un 14%¡±, argumentaba el alcalde de Los ?ngeles, Antonio Villaraigosa, en una columna publicada por POLITICO. Villaraigosa es una de las voces dem¨®cratas l¨ªderes en materia de inmigraci¨®n. ¡°Para los 11 millones de inmigrantes indocumentados de Estados Unidos esto supondr¨ªa generar m¨¢s de 1,5 billones de d¨®lares. El gobierno federal recaudar¨ªa adem¨¢s 4.500 millones en impuestos solo en los pr¨®ximos tres a?os¡±.

El futuro de los 'dreamers'

Las otras tres grandes ¨¢reas que probablemente centrar¨¢n la reforma son el acceso a la ciudadan¨ªa y un permiso de residencia para los j¨®venes inmigrantes indocumentados, los visados para extranjeros altamente cualificados y el programa de intercambio para trabajadores agr¨ªcolas. Los ¡®dreamers¡¯, como se conoce a los cerca de dos millones de j¨®venes sin papeles que se hubieran beneficiado de la ley Dream Act, sufrieron un importante golpe cuando ¨¦sta fracas¨® en el el Congreso a finales de 2010. Su suerte s¨®lo cambiar¨ªa el pasado mes de junio, cuando una orden ejecutiva del presidente les conced¨ªa un permiso para residir y trabajar en EE UU durante dos a?os.

Ahora los dem¨®cratas quieren que la reforma aporte nuevas condiciones para estos j¨®venes, sabiendo que la amenaza de la deportaci¨®n no s¨®lo recae sobre personas individuales, sino que cambia la vida de familias enteras: el 46 por ciento de los hispanos tienen un pariente indocumentado y casi un tercio de los deportados tiene familiares estadounidenses. Seg¨²n los expertos, este drama fue uno de los argumentos que provocaron el apoyo masivo a Obama en las elecciones presidenciales.

Demanda de trabajadores especializados y agr¨ªcolas

El futuro econ¨®mico de EE UU tambi¨¦n depende de la llegada de profesionales altamente cualificados y de las facilidades de los estudiantes extranjeros tras culminar su formaci¨®n en las universidades estadounidenses. La primera propuesta republicana para conceder permisos de residencia a extranjeros con este perfil fracas¨® en la C¨¢mara de Representantes a finales de 2012. Por ¨²ltimo, la Casa Blanca buscar¨ªa la creaci¨®n de un programa de trabajadores agr¨ªcolas que permita a millones de indocumentados acceder a empleos temporales, con garant¨ªas de seguridad ante posibles abusos de empresarios, y mediante acuerdos con otras naciones como M¨¦xico. Se estima que Estados Unidos contrata m¨¢s de dos millones de empleados agr¨ªcolas al a?o y que la mitad podr¨ªan ser indocumentados.

Durante su primer mandato, y sabiendo que la mayor¨ªa republicana en la C¨¢mara de Representantes iba a dificultar el avance de su propuesta de inmigraci¨®n, Obama decidi¨® responder a todas sus exigencias en este debate: la seguridad en la frontera, la deportaci¨®n de indocumentados -m¨¢s de un mill¨®n de personas- la obligatoriedad de programas como E-Verify o Comunidades Seguras, el primero permite confirmar el estatus migratorio de candidatos a un puesto de trabajo y el segundo concede competencias de inmigraci¨®n a las autoridades policiales de varios Estados.

Una vez cubiertos estos frentes, Obama puede argumentar ante los republicanos que la frontera es m¨¢s segura que nunca -los datos de las autoridades federales validan esta postura- que ha cumplido con su obligaci¨®n con cuotas de deportaci¨®n de indocumentados muy superiores a las de su predecesor, George W. Bush, y que ha invertido m¨¢s en materia de inmigraci¨®n, por ejemplo, que en la lucha contra las drogas.