Los rusos israel¨ªes se vuelcan a la derecha
Los inmigrantes de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica apuestan por la mano dura con los palestinos Su voto es crucial en las elecciones del pr¨®ximo martes


"Tenemos m¨¢s de 50 tipos de vodka¡±, presume el gerente de un supermercado en Ashdod, en el sur de Israel. Adem¨¢s de licores, se puede comprar bac¨®n, chuletas de cerdo, gambas y todo tipo de productos vetados a los jud¨ªos observantes. En esta tienda se aprovisiona la comunidad sovi¨¦tica de Ashdod, una ciudad en la que algunos barrios, por sus comercios y por los rostros de sus habitantes, bien podr¨ªa ser Mosc¨². Aqu¨ª se concentran buena parte del mill¨®n de jud¨ªos que desembarc¨® en Israel a principios de los noventa procedentes de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y que hoy suman el 15% de la poblaci¨®n. Echan pestes del comunismo y quieren para su pa¨ªs de adopci¨®n un l¨ªder fuerte. Se les considera el factor transformador de la pol¨ªtica israel¨ª.
Su gran l¨ªder, el ultranacionalista moldavo Avigdor Lieberman, imputado por fraude y abuso de confianza, es el n¨²mero dos de la alianza derechista y gubernamental, que parte como ganadora en las elecciones del pr¨®ximo martes. La incertidumbre sobre el futuro penal de Lieberman no ha supuesto, sin embargo, ning¨²n cataclismo pol¨ªtico para los sovi¨¦ticos de Israel, que dicen que seguir¨¢n apoyando al partido de Lieberman ¡ª15 de los 120 esca?os en las ¨²ltimas elecciones¡ª y a su socio, el Likud del primer ministro, Benjam¨ªn Netanyahu. La mayor¨ªa considera a Netanyahu un l¨ªder fuerte, capaz de enfrentarse a una comunidad internacional crecientemente hostil y a desaf¨ªos que consideran existenciales como la enemistad con Ir¨¢n.
¡°Cerca del 60% de los rusoparlantes votar¨¢ a la alianza Likud-Beitenu. El resto, m¨¢s a la derecha o incluso al centro¡±, indica Ze¡¯ev Khanin, polit¨®logo de la Universidad de Bar-Ilan. ¡°Su voto es parecido al del resto de los israel¨ªes, solo que un poco m¨¢s extremo¡±, a?ade.
Abigail Kold ¡ªnombre que sus padres hebraizaron despu¨¦s de emigrar en los noventa¡ª es una ayudante de enfermer¨ªa que vino de Rusia con 18 a?os. Ahora tiene dos hijos rubios que no paran ni un momento. ¡°Aqu¨ª, los partidos de izquierda no saben de qu¨¦ hablan. Creen en la utop¨ªa¡±, dice Kold, que creci¨® en una familia ¡°que se identificaba mucho con el comunismo, pero que en realidad, no sab¨ªan lo que pasaba¡¡±. Ella va a votar a Netanyahu, porque piensa que es un buen l¨ªder.
Para Arthur Rosen, uno de los empleados del supermercado, el gran problema, sin embargo, es que Netanyahu ¡°no tiene suficiente poder¡±. No le convence adem¨¢s c¨®mo se organiza la democracia israel¨ª ¡°porque cada uno dice lo que quiere y eso no es bueno¡±. Prefiere ¡°el sistema ruso¡± porque ¡°Putin tiene mucho poder y eso le permite hacer grandes cambios¡±. Adem¨¢s, este joven de 34 a?os tiene tambi¨¦n la receta para solucionar el conflicto con los palestinos. ¡°Israel tiene que cerrar las fronteras. Sin darles agua ni electricidad. Y si despu¨¦s disparan un solo cohete, en 24 horas los destruimos. Nada de ataques quir¨²rgicos como hasta ahora¡±. Como ¨¦l, el 75% de los israel¨ªes de origen sovi¨¦tico no cree que la paz con los palestinos sea alg¨²n d¨ªa posible.
Rosen vino de Ucrania a principios de los noventa, tras el colapso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Form¨® su familia y ahora se siente, como muchos otros inmigrantes sovi¨¦ticos, israel¨ª antes que nada. Los rusoparlantes consiguieron integrarse en el pa¨ªs mucho mejor que otros grupos de jud¨ªos ¡ªet¨ªopes o marroqu¨ªes, por ejemplo¡ª que tambi¨¦n recalaron en el pa¨ªs. En parte porque los sovi¨¦ticos llegaron cuando el pa¨ªs ya estaba construido y la poblaci¨®n era m¨¢s heterog¨¦nea, pero tambi¨¦n porque llegaron muy bien formados. ¡°El que no tocaba el piano es porque ven¨ªa con el viol¨ªn debajo del brazo¡±, reza el chiste local.
Aun as¨ª, muchos optaron por recluirse en su cultura. Comen comida rusa, ven la tele en ruso y leen peri¨®dicos en su idioma. Mantienen relaciones cordiales con el resto de israel¨ªes, pero tienden a relacionarse en su comunidad. Bronislava Pogorilov, una economista de 50 a?os que votar¨¢ a Netanyahu ¡°porque es un pol¨ªtico fuerte¡±, dice que su adaptaci¨®n en Israel no fue dif¨ªcil, aunque es consciente de que queda alguna barrera por superar. ¡°Tambi¨¦n hay israel¨ªes que cuando no entienden a los mayores que hablan en ruso les gritan que se vuelvan a su pa¨ªs¡±.
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