El Ej¨¦rcito alerta del ¡°colapso¡± de Egipto si sigue la violencia

Ante los seis d¨ªas de caos que han colocado a la joven democracia egipcia en uno de sus momentos m¨¢s delicados, el comandante en jefe del Ej¨¦rcito y ministro de Defensa, general Abdel Fattah al Sisi, dijo ayer, en un comunicado, que el pa¨ªs se halla al borde ¡°del colapso¡±. Dando muestra de la creciente impaciencia de las Fuerzas Armadas, que hasta ahora se han mantenido a un lado en el convulso proceso de evoluci¨®n pol¨ªtica que vive el pa¨ªs, el general ha exigido a los opositores y a los partidarios del Gobierno que lleguen a un punto de acuerdo para negociar, y ha advertido que no tolerar¨¢ que los disturbios afecten la navegaci¨®n por el Canal de Suez, por el que pasan al a?o 17.000 barcos y que le reporta a Egipto 320 millones de euros en ingresos mensuales.

¡°Si contin¨²a el conflicto entre las diferentes fuerzas pol¨ªticas y sus desacuerdos sobre c¨®mo deben gestionarse los asuntos del pa¨ªs, esto puede llevar a un colapso del Estado, que amenaza el futuro de las generaciones venideras¡±, dijo Al Sisi en una p¨¢gina oficial del Ej¨¦rcito egipcio en la red social de Facebook. Adem¨¢s, reconoci¨® que las Fuerzas Armadas se enfrentan ahora a ¡°un serio dilema, c¨®mo evitar confrontaciones con los ciudadanos y respetar su derecho a la protesta y al mismo tiempo proteger los puntos vitales del pa¨ªs¡±, para a?adir que ¡°los intentos de afectar la estabilidad de las instituciones del estado es un asunto peligroso, que da?a la seguridad nacional egipcia¡±.

Aunque las mayores revueltas se produjeron en los pasados d¨ªas en el este del pa¨ªs, en las ciudades de Port Said, Ismailia y Suez, en las que el Gobierno ha declarado el toque de queda de 21.00 a 06.00 durante un mes, en los ¨²ltimos d¨ªas ha crecido la violencia en El Cairo. Ayer, una turba arras¨® la entrada del hotel Intercontinental Semiranis, cercano a la plaza de Tahrir, epicentro de las protestas, rompiendo cristales y destrozando muebles. Desde que el jueves comenzaran las protestas, en el contexto del segundo aniversario de la revoluci¨®n que depuso a Hosni Mubarak, han muerto ya m¨¢s de 50 personas en diversos puntos del pa¨ªs, la mayor¨ªa por disparos de la polic¨ªa.

En respuesta a esos disturbios, el fiscal general egipcio, Talaat Abdal¨¢, orden¨® ayer el arresto de los miembros del grupo radical Bloque Negro, recientemente creado y opuesto a los Hermanos Musulmanes, que apoyan al presidente. Considera Abdal¨¢ que esa agrupaci¨®n, cuyos miembros suelen ir vestidos de negro, con la cara parcialmente tapada, ha instigado muchos de los episodios de violencia de las jornadas pasadas.

El Gobierno de Mohamed Morsi se halla m¨¢s acorralado que nunca en los siete meses que lleva de presidente. Convoc¨® a la oposici¨®n pol¨ªtica, aunada en el Frente de Salvaci¨®n Nacional, a un di¨¢logo el lunes, pero ¨¦sta le dej¨® plantado y le exigi¨® que antes de dialogar derogue algunas de sus reformas de corte islamista m¨¢s ambiciosas. Su Ejecutivo ha decretado el estado de emergencia en las tres ciudades principales por las que discurre el canal de Suez, pero los manifestantes han desafiado notoriamente el toque de queda. Y la violencia en las calles de El Cairo no hace sino crecer con las horas. La oposici¨®n ha avanzado, adem¨¢s, que tiene intenci¨®n de boicotear los comicios parlamentarios programados para el mes de abril.

Despu¨¦s de dos a?os de revueltas y transici¨®n a la democracia, la econom¨ªa del pa¨ªs se halla en ca¨ªda libre, al igual que la cotizaci¨®n de su moneda. La c¨²pula de la oposici¨®n pol¨ªtica ni siquiera puede poner freno a los excesos violentos de muchos manifestantes, que coexisten con actos de mero vandalismo. En Port Said, las protestas no siquiera originaron por una reivindicaci¨®n pol¨ªtica, sino por la condena a muerte, el s¨¢bado, de 21 hinchas del equipo de f¨²tbol local Al Masry, por una masacre ocurrida en febrero del a?o pasado contra 74 hinchas del club visitante, de El Cairo. En ese contexto, cualquier reforma pol¨ªtica y econ¨®mica est¨¢ necesariamente entre par¨¦ntesis.

Morsi gan¨® las elecciones en junio del a?o pasado. Desde entonces ha tropezado en varias ocasiones con la oposici¨®n. Los dos traspi¨¦s m¨¢s graves han sido el de un fallido decreto por que el que se hubiera otorgado poderes casi absolutos hasta que se hubiera aprobado una constituci¨®n y el de la aprobaci¨®n de esa carta magna, de corte islamista y que reconoce que la ley isl¨¢mica debe ser la fuente leg¨ªtima de cualquier nueva norma. Es cierto que esa constituci¨®n se aprob¨® en diciembre en las urnas, pero con una participaci¨®n de s¨®lo el 32,9%.

Ya en diciembre, el Ej¨¦rcito emiti¨® un comunicado en el que inst¨® a Gobierno y oposici¨®n a mantener un di¨¢logo constructivo, en el contexto de otro brote de violencia, a causa del refer¨¦ndum constitucional. La propia c¨²pula militar se ofreci¨® a tutelar semejante di¨¢logo, algo que Morsi rechaz¨®. Tras la victoria de Morsi en junio, las fuerzas armadas le cedieron el poder del Estado al presidente, toda una gesta en un pa¨ªs realmente controlado por los militares desde la revoluci¨®n de 1952. El nuevo presidente relev¨® a toda la c¨²pula militar y eligi¨® para liderarla al general Al Sisi, que ahora ha intervenido para evitar que el caos pase a ser generalizado.